El SOS de la industria turística
Para el sector, al que la pandemia ha puesto contra las cuerdas, las ayudas concedidas por el gobierno son insuficientes
Las recientes manifestaciones celebradas en diferentes ciudades españolas de representantes de empresas de la hostelería han supuesto un dramático SOS que refleja la desesperación en que viven muchas compañías. Es una señal de alarma significativa por ser un sector que no suele prodigarse en este tipo de acciones.
Hostelería, restauración y transporte constituyen el núcleo duro del turismo que representa el 12% del PIB y ocupa 2,7 millones de trabajadores, el 13,4% del empleo total. El año pasado creó 93.850 empleos netos y durante la última década cerca de 500.000. El turismo ha sido una de las grandes palancas para recuperar el empleo perdido por la crisis de 2008.
El sector logró atraer a más de 83,7 millones de visitantes extranjeros el año pasado que gastaron más de 92.000 millones de euros, según el INE. Esto significa que el turismo tiene un potencial que desborda a sus propias empresas y riega a otros segmentos como el comercio, diversos servicios y las actividades artísticas y culturales. Unas actividades en las que abundan los trabajadores autónomos, que cuentan con la red de protección más frágil.
En realidad, deberíamos hablar de industria turística. La tecnificada organización de sus empresas, su equipamiento y la elevada profesionalización de sus trabajadores son más bien característicos de la industria y un claro indicador de la modernización de la economía española. Sólo esto explica el impresionante éxito en la atracción de visitantes.
La pandemia ha llevado contra las cuerdas al sector, que teme perder este año 98.000 millones de euros, según la patronal Exceltur, y 54 millones de visitantes, según la consultora Simon-Kucher & Partners. Los empresarios piden desesperadamente apoyo al Gobierno con medidas como la prórroga de los ERTE hasta abril de 2021 y aplazamientos de impuestos y cotizaciones sociales.
Desde el inicio de la pandemia, el Gobierno ha implementado un plan para proteger a las empresas y trabajadores del sector que supondrá 19.535 millones de euros. El ICO ha financiado a cerca de 83.000 compañías de turismo, ocio y cultura y más de 147.000 empresas se han acogido a ERTE, lo que ha protegido a 948.000 trabajadores. Para el sector, las ayudas concedidas son insuficientes. Las previstas subvenciones europeas de hasta 72.000 millones podrían ser perfectamente canalizadas hacia el turismo.
Las autoridades del Banco de España creen que “en una situación como esta el sector público tiene que darlo todo”. De la salvación del turismo y sus actividades conexas depende la recuperación del consumo y la economía española. El Gobierno debería pactar todas las ayudas necesarias condicionándolas a un reequilibrio del sector. Hay que acabar con la precariedad de las kellys y las actividades sumergidas.
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