La Autoridad Fiscal pide que se replanteen los 73.000 millones que quedan por invertir del AVE
España tiene una de las mayores redes de alta velocidad del mundo pero es de los países que menos la usa y tiene un coste superior al beneficio
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) concluye que hace falta seleccionar mejor dónde se invierte. España ha mejorado mucho su movilidad gracias a un esfuerzo inversor mayor que otros países europeos, hasta el punto de que, en algunos aspectos, tiene una red incluso mejor. Por ejemplo, posee una dotación de ferrocarril superior a la de Alemania. Tras China, España es el país con la mayor red de alta velocidad del mundo. Pero también estamos entre los países que menos usan estas líneas de AVE. Y estas fuertes inversiones no han conseguido una mejora de la convergencia territorial, apunta la Airef. Es decir, los lugares que estaban mejor conectados son los que se han visto más reforzados y han sido los más beneficiados en ahorro de tiempo y en precios. En un claro contraste con las fuertes inversiones del AVE, la red de trenes de cercanías ha tenido una baja inversión pese a su elevada demanda y la antigüedad de su parque móvil.
Según los planes previstos, en los próximos años hace falta invertir unos 73.000 millones para ampliar la red de alta velocidad en 5.654 kilómetros hasta un total de 8.700 kilómetros. Habría que replantearse si todos estos desembolsos van a comportar beneficios suficientes teniendo en cuenta la demanda esperable y las alternativas de inversión que puedan darse para resolver los problemas de movilidad detectados, señala el informe sobre la eficiencia del gasto en infraestructuras de la Airef publicado este jueves. De hecho, con los datos en la mano de los corredores existentes, los beneficios netos no compensan los costes de explotación en tres de ellos: el del Norte es deficitario en 5.672 millones (la inversión realizada ha sido de 8.105 millones); el del Levante pierde 3.636 millones (con una inversión de 5.991 millones), y el del Nordeste da una rentabilidad negativa de 1.115 millones (sobre un desembolso de 11.248 millones). Solo el del Sur consigue una rentabilidad neta de 270 millones (el coste ha sido de 9.006 millones). Para calcular los beneficios se han tenido en cuenta los ahorros de costes producidos o los beneficios medioambientales, según la metodología comunitaria.
Por todo ello, el organismo que preside Cristina Herrero defiende que hace falta un plan integral de movilidad que priorice cuáles son las necesidades. Y pide que se cree una autoridad independiente que valore los proyectos. Muchas veces se han tomado decisiones sin conocer cuáles eran los planes de viabilidad, subraya la Airef. Y cuando hay informes previos de planificación es frecuente pecar de optimismo, hinchando las cifras de potenciales viajeros y bajando los costes en un 30% de media. Aun así, la Autoridad Fiscal destaca que en España en general se han construido las infraestructuras del AVE a un coste igual o menor que en el resto de Europa.
“La planificación de las infraestructuras no se realiza identificando problemas de movilidad y centrando el interés y los recursos en las alternativas posibles para resolverlos”, recalca el estudio. Estas son algunas de las principales conclusiones de la evaluación que ha realizado la Airef sobre las inversiones en infraestructuras de transporte de los últimos 35 años. Desde 1985 se han gastado unos 340.000 millones en este capítulo y en 2018 la partida ascendió a cerca de 7.000 millones. A partir de 2009, las cifras invertidas se desplomaron para intentar corregir el abultado déficit público. Este gasto es muy procíclico, se ha usado esta partida siempre para corregir las cuentas públicas y ahora mismo las cantidades destinadas ponen en duda el mantenimiento de algunas infraestructuras, señala la Autoridad Fiscal.
La Airef recomienda además que se implique al Ministerio de Hacienda en la planificación presupuestaria y que se refuerce la corresponsabilidad de las administraciones territoriales, obligándolas a costear parte de las infraestructuras. Según explican fuentes de la Airef, a veces se proyecta sin tener en cuenta la situación presupuestaria y sin la coordinación suficiente entre los departamentos del Ministerio de Fomento, lo que provoca que al final se gaste por debajo de lo esperado y que los territorios siempre se quejen. Lo cual a su vez acaba degenerando en que a veces se impulsen obras que no atienden estrictamente a las necesidades de movilidad.
Para desplegar el AVE se han invertido 55.888 millones de euros, de los que 14.086 millones se han pagado con fondos europeos. En cambio, pese a que Cercanías engloba el 90% de todos los usuarios del ferrocarril, la inversión destinada entre 1990 y 2018 solo alcanza los 3.600 millones de euros.
En cuanto a las subvenciones al transporte aéreo de las islas, la Airef ha detectado una subida de precios como consecuencia del incremento de las ayudas. La institución propone sustituir el subsidio del 75% por una cuantía fija para cada una de las rutas y que se tengan en cuenta los niveles de renta.
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