El Gobierno avisa a Nissan de que el cierre de Barcelona le costará 1.000 millones
El plan de viabilidad presentado por las administraciones contempla una inversión de unos 300 millones
A tres días de que Nissan anuncie su nueva hoja de ruta hasta 2023 y con rumores continuos sobre el posible cierre de su planta de Barcelona, el Gobierno rompió este lunes su silencio sobre el tema. Y lo hizo con una seria advertencia a la multinacional japonesa. El secretario general de Industria, Raül Blanco, afirmó que, en el caso de desmantelar sus instalaciones de la Zona Franca, el Ejecutivo no ofrecerá una salida “fácil ni pacífica” a la marca, a la que advirtió que el cierre le costará más de 1.000 millones de euros.
El mensaje de Blanco difería del ofrecido por Reyes Maroto poco antes durante una entrevista en Onda Cero, cuando la ministra abrió la posibilidad a “las mejores noticias” desde Japón. Su responsable industrial admitió no tener información sobre la decisión definitiva de Nissan, pero lanzó de forma deliberada su mensaje. Los 1.000 millones de coste por cerrar a los que se refirió, dijo, serían muy superiores a una inversión de 300 millones que daría viabilidad a la planta y que permitiría mantener el tipo a la multinacional japonesa en España y Europa.
Blanco se basa en el plan de viabilidad que el Ministerio de Industria presentó en Japón hace unos meses tras elaborarlo junto con otras administraciones, entre ellas la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona. La idea original era que Nissan apostase por la capital catalana para fabricar un vehículo eléctrico pequeño, el centro de una estrategia con la que se pretendía transformar también toda la cadena de suministro para el vehículo eléctrico. El Gobierno catalán sospecha que si no se hace esa transición de forma correcta pueden estar en peligro 38.000 empleos en la comunidad.
Expertos consultados explicaban ayer que la propuesta de las administraciones pasa por hacer una suerte de operación acordeón en la planta barcelonesa, de la que ahora dependen unos 3.200 empleos directos, si se tiene en cuenta los distintos centros de trabajo de Nissan en Cataluña. La cuestión es apostar por un vehículo de futuro y si hace falta reducir la capacidad de la instalación, pero evitar eliminarla totalmente del mapa. Si la estrategia acaba siendo un éxito, cuando las ventas de coches propulsados por baterías se consoliden la factoría podría asumir mayor producción y otros encargos y por el camino se habrá dado viabilidad a una industria condenada, de otro modo, a la obsolescencia.
El problema de esa estrategia es que estaba pensada en un momento en el que parecía que Nissan tendría más autonomía. Eso ha cambiado en los últimos meses, con una apuesta contraria que va en la dirección de reforzar la alianza con Renault y Mitsubishi y compartir el camino en los próximos años e, incluso, repartirse mercados. Esta semana se conocerán los planes definitivos, pero todas las noticias procedentes de Japón apuntan a un repliegue de Nissan en Europa que podría condenar a la liquidación a las históricas instalaciones de la Zona Franca.
En todo caso, el Gobierno no da la batalla por perdida. A partir del jueves seguirá “luchando”, dijo ayer Blanco. Fuentes consultadas sostenían ayer que no creen que el jueves la decisión que se anuncie sea tajante y que ésta quedará abierta a la interpretación y a la negociación. Blanco aseguró ayer que su propuesta no fue descartada en Japón y que Barcelona entró en la lista para albergar la fabricación de un coche eléctrico.
Blanco, que se reunió con el comité de empresa ayer por la mañana, mostró su apoyo a la plantilla de la compañía. Los comités de empresa de la compañía le reclamaron intensificar el trabajo institucional en defensa de la actividad industrial de la compañía automovilística en Cataluña y el resto de España. “Es hora de que las administraciones saquen los dientes en la defensa del tejido industrial y el mantenimiento del empleo. Del mismo modo, las secciones sindicales y los comités de empresa intensificaremos la acción sindical”, dijo el secretario general de Sigen-Usoc en Nissan, Miguel Ruiz.
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