Economía definirá con la UE la potencia de su línea de avales de 100.000 millones
El Gobierno debate sobre qué porcentaje del riesgo se tiene que cubrir y si las garantías se repartirán por sectores
El Gobierno ha aprobado este martes los 100.000 millones en avales para afrontar la crisis del coronavirus. Con esas garantías busca movilizar entre 150.000 y 200.000 millones de euros en créditos. Sin embargo, el Ministerio de Economía esperará en los próximos días al visto bueno de Europa para definir la potencia que tengan esos avales. Además, como figura en el real decreto-ley publicado ayer, se amplía en 10.000 millones la capacidad de endeudamiento del ICO para que preste más, en especial a pymes y autónomos. Y se dota a CESCE de 2.000 millones más en coberturas para nuevas necesidades de financiación de empresas exportadoras.
La solvencia de un banco se calcula como una ratio entre el crédito concedido y el capital que tiene. Por tanto, si empiezan las dudas sobre su salud financiera por la epidemia, lo más rápido y efectivo para la entidad es reducir el crédito mejorando de forma automática su solvencia. Eso sucedió en 2011 y 2012, cuando la banca tenía liquidez a mansalva pero no daba financiación porque había dudas sobre la viabilidad de sus cuentas. Ahora la idea consiste en crear un bazuka que respalde todo y no haga falta cerrar el crédito. Al tener una garantía del Estado, el banco no tiene que provisionar y puede prestar.
Hasta ahí la teoría que respalda la iniciativa del Gobierno. Pero también importa el detalle. Y el Ministerio de Economía está trabajando en él. Según explican fuentes gubernamentales, se está aguardando a que se flexibilicen las ayudas de Estado en Europa para poder determinar qué porcentaje se garantizará de los préstamos. Y además alegan que se está viendo lo que hacen otros países y que todo se está negociando con la UE. Esta lentitud contrasta con la de Alemania, que no esperó y anunció el detalle cuando aprobó el plan. En el programa alemán se avala hasta el 80% de la financiación para pymes. Y algunas fuentes apuntan que la cifra de cobertura en España podría estar en esos niveles.
Sin embargo, fuentes gubernamentales señalan que todo está por decidir: en el Gobierno se está debatiendo qué porcentaje se cubre en función del tamaño de la empresa; cómo se aplica según sea financiación nueva o vieja, e incluso se está valorando la posibilidad de que esos 100.000 millones se repartan por sectores. Ante esto último, una fuente financiera sostiene que el bazuka perdería eficacia al dividirlo. Y añade que se está urgiendo al Ejecutivo para que el instrumento tenga un diseño potente.
Un empresario industrial explica que no es baladí el porcentaje de riesgo que se cubra: si solo se garantiza el 50% de la financiación, el departamento de riesgos de la entidad parará el crédito para analizarlo a la espera de acontecimientos y con unos criterios estrictos. Y se perderá un tiempo crucial justo cuando se precisa liquidez para afrontar el parón, lamenta.
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