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La prima de riesgo española se dispara ante la parálisis económica por el coronavirus

El diferencial italiano también escala con fuerza, con la rentabilidad de su bono a 10 años ya por encima de la barrera del 2%

Vista de los paneles que informan sobre la prima de riesgo en la Bolsa de Madrid.
Vista de los paneles que informan sobre la prima de riesgo en la Bolsa de Madrid.Juan Carlos Hidalgo (EFE)
El País

La crisis que se está desencadenando por la pandemia del coronavirus amenaza con dejar su impronta en los manuales de historia económica por su virulencia. Los mercados financieros se precipitan hacia el abismo y los inversores huyen despavoridos por miedo a perderlo todo. Las ventas en los mercados de bonos fueron este lunes la tónica del mercado. En este escenario, las primas de riesgo de los países del sur vuelven a aparecer en las crónicas como un lejano déjà vu. Este indicador, que viene a ser un termómetro de la aversión al riesgo de los inversores respecto a la deuda de un país, se mide por la diferencia entre el bono alemán a 10 años —considerado el valor refugio por los analistas— y el mismo titulo de otro país europeo.

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La oleada de pánico en los mercados financieros ha provocado que la prima de riesgo española haya aumentado un 20% durante la sesión de este lunes hasta alcanzar los 130 puntos. El bono español a 10 años, de referencia para los inversores, se cotizaba a 0,83%, mientras que el alemán ahondaba en terreno negativo hasta los -0,476%. Es decir, que ante esta situación de alarma, los inversores están dispuestos a pagar por tener títulos alemanes.

Italia, Grecia y Portugal

La prima de riesgo de Italia escala ya hasta los 268 puntos, un nivel desconocido desde la Gran Recesión. El termómetro en Portugal alcanza los 150 puntos y Grecia, otro de los países periféricos, mantiene su diferencial en los 298 puntos. La escalada de la prima de riesgo puede suponer un problema adicional para los países porque encarece sus emisiones de deuda.

Las palabras de Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), el pasado jueves, cuando dijo que no es su responsabilidad cerrar la brecha entre bonos, fueron la espita que avivó el miedo de los inversores a los bonos soberanos. Aunque luego trató de matizar sus palabras para apagar el incendio, ya fue tarde. El esfuerzo de la Fed, que ha lanzado un plan coordinado con otros bancos centrales, entre ellos el BCE, para inyectar liquidez en el sistema, tampoco ha logrado bajar la fiebre de los inversores que buscan activos refugio como el dólar y el yen, además de la ya citada deuda a largo plazo de EE UU y Alemania.Las medidas restrictivas para tratar de frenar la epidemia de coronavirus en Europa, con cierre de fronteras y confinamientos generalizados provocan un parón económico, cuyas consecuencias son todavía difíciles de cuantificar.

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