El FMI alerta de daños económicos de la epidemia más graves que en la crisis financiera
La economista jefa del organismo cree que el brote provocará despidos y un parón en la oferta y la demanda
El coronavirus no es ya solo una amenaza para la salud, sino un golpe fenomenal para la economía mundial. “Esta crisis sanitaria va a tener importantes efectos económicos colaterales que se reflejan en shocks de demanda y oferta distintos de crisis pasadas”, escribió en un blog del Fondo Monetario Internacional (FMI) su economista jefa, Gita Gopinath.
En China, el país que por ahora ha sufrido un mayor impacto, las consecuencias recuerdan ya a las del inicio de la Gran Recesión de 2008. Los economistas del Fondo calculan que el descenso en ese país del sector manufacturero en febrero fue similar al del inicio de la crisis financiera global, mientras que el impacto en los servicios parece haber sido mayor.
“La oferta y demanda global de bienes como materiales de construcción y mercancías también han caído de una forma similar a como lo hicieron durante la fase más aguda de la crisis financiera global, lo que refleja una actividad económica restringida. […] Estas caídas no se vieron en otras epidemias recientes o después de los ataques terroristas del 11-S de 2001”, continúa la economista Gopinath.
Esta es ya una crisis tanto de demanda como de oferta, con disrupciones en los negocios que han reducido la producción y, a la vez, la resistencia a gastar de consumidores y empresas ha reducido la demanda. “Las pérdidas de ingresos, el miedo al contagio y la incertidumbre hará que la gente gaste menos. Puede haber pérdidas de empleos, ya que algunas empresas no podrán pagar los salarios de los trabajadores. Estos efectos serán especialmente serios en sectores como el turismo y la hostelería, como se ha visto por ejemplo en Italia”, añade el texto.
Los economistas del Fondo reclaman a las autoridades internacionales “políticas dirigidas a apoyar la economía”. La idea, insisten en el FMI, es mantener “intactas” las relaciones económicas y financieras entre empleados y negocios, prestamistas y prestatarios y proveedores de bienes y compradores finales para que la actividad se recupere una vez se haya superado la crisis sanitaria.
“El objetivo es evitar que una crisis temporal dañe de forma permanente a la gente y a las empresas a través de pérdidas de empleo y bancarrotas", asegura el texto publicado en la página web del FMI. El organismo que encabeza la búlgara Kristalina Georgieva reclama a los países que gasten más para impulsar sus sistemas sanitarios.
Por último, Gopinath pide a los bancos centrales que estén preparados para ofrecer “un amplio grado de liquidez” a las compañías, tanto financieras como no financieras, y especialmente a aquellas pequeñas y medianas empresas que no tengan la capacidad de asumir un golpe de este calibre. “Los Gobiernos podrían ofrecer garantías crediticias temporales para pymes afectadas”, escribe la economista.
La semana pasada, el FMI ya anunció que iba a movilizar un paquete de 50.000 millones de dólares (unos 45.000 millones de euros), destinado a ayudar a los países pobres y emergentes a combatir la expansión del coronavirus. Georgieva recordó que el organismo cuenta con líneas de financiación de emergencia que se pueden desembolsar rápidamente. De ese paquete, los países más pobres podrán acceder a 10.000 millones de dólares (unos 9.000 millones de euros) sin necesidad de suscribir un programa de préstamo oficial, por lo que no tendrían que pactar con los técnicos del Fondo un paquete de medidas para conseguir esos fondos.
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