Cómo transitar al mercado laboral 4.0 con menos trabajadores y más envejecidos
Los expertos proponen distintas fórmulas para adecuar el entorno actual a la nueva demografía y al impacto de una tecnología más disruptiva que la conocida hasta el momento
El mercado laboral español se enfrenta a una situación de clara desaceleración económica; las reformas laborales de los últimos años no han solucionado los problemas estructurales del empleo en España, como las elevadas tasas de paro y la fuerte dualidad entre fijos y temporales, principal causa de la desigualdad salarial. Además, el modelo productivo, con un elevado peso de actividades de poco valor añadido, está también condicionado por la ineficiencia del actual mercado laboral.
Esta es la nada halagüeño fotografía del mercado de trabajo español hoy en día que hace Juan Francisco Jimeno, doctor en Economía por el Massachusetts Institute of Technology (MIT) e Investigador del Banco de España. Jimeno –que participó junto a otros tres expertos en el Foro Futuro, observatorio de tendencias económicas, organizado por Santander y CincoDías– presentó el mercado de trabajo como "un enfermo sobrediagnosticado". Y para sanarlo consideró que "debe analizarse hacia dónde va" y qué se debería hacer para reconducirlo "hacia donde debería ir".
Este investigador tiene claro lo que viene en los próximos años: "Vamos hacia un mundo radicalmente distinto en materia de demografía y de tecnología". Explicó que el mercado de trabajo se desarrollará en un escenario de menor crecimiento demográfico, que ofrecerá menos empleados y más envejecidos "Habría menos trabajadores incluso si se retrasara la edad de jubilación a los 70 años", precisa Jimeno.
Además, a diferencia de los avances tecnológicos vividos hasta ahora, considera "que nos han hecho más productivos, porque eran complementarios al trabajo", la tecnología que viene con la revolución 4.0 "es más disruptiva porque es capaz de sustituir totalmente al trabajo humano", indica el economista del Banco de España.
Ante el actual escenario y el que se avecina, Jimeno propone que los poderes públicos deberían actuar sobre dos cuestiones: "Decidir cómo se quiere organizar el empleo para que el mercado de trabajo sea el más funcional"; y, en segundo lugar, saber "qué tipo de trabajadores vamos a necesitar, cómo hacer que sepan completar a las nuevas tecnologías y no se dejen sustituir".
En este marco, los expertos que intervinieron en este foro coincidieron en que, por lo general, la forma de abordar desde la clase política, sindical y empresarial los cambios laborales que se esperan no es la adecuada. "Estamos cambiando hacia otro mercado laboral y nosotros estamos aun intentando cambiar el antiguo", se quejó Santiago Carbó, catedrático de Economía de CUNEF y director de Estudios Financieros de Funcas.
Igualmente, el profesor de Economía de IE Business School, Fernando Fernández, consideró que "cuando se mira al mercado laboral, se hacen reformas legales, e incluso alguna pequeña incursión en el sistema educativo, pero nos fijamos muy poco en el cambio cultural que supondrán las novedades".
Concretamente, Fernández citó cuatro cuestiones, al margen de las reformas laborales, que tienen que ver con las distintas generaciones de trabajadores implicadas en los cambios y que deberían abordarse para encarar el futuro laboral. Lo primero que se cuestionó es "¿por qué seguir aceptando que cualquier ajuste sea de empleo y no de salarios?" Y, dicho esto, se hizo otra pregunta: ¿por qué todos los ajustes de plantilla consentidos se hacen a través de jubilaciones anticipadas, antes de prescindir de un joven que tendría más fácil su recolocación? Con ello, criticó que se opte por subsidiar al trabajador mayor antes de apostar por hacer empleables a los jóvenes y fomentar un mercado laboral dinámico. Seguidamente, este profesor planteó lo que denominó "la falacia del reparto de trabajo" –no por trabajar menos horas habrá más gente trabajando, aseguró–. Y dejó para el final de su exposición otra cuestión delicada, al asegurar que "gran parte del paro juvenil actual en España (que afecta al 30% de los menores de 24 años) es fruto de un modelo familiar altamente proteccionista, que mantiene a los jóvenes más allá de lo razonable".
En este punto, Carbó se mostró también contrario al abuso de las jubilaciones anticipadas pero encontró una justificación en "el interés de las empresas de quedarse con los trabajadores jóvenes, más adaptables" Pese a estos planteamientos, Fernández aseguró no ser pesimista ante el futuro mercado laboral "porque solemos visualizar mucho los empleos que desaparecen y menos los que surgen".
Precisamente el hecho de que hoy no existan muchos de los puestos que habrá en un futuro nada lejano, hace que estos cuatro expertos coincidan sin excepciones en la importancia que cobra la formación y la educación continuada a lo largo de toda la vida laboral. La continua repetición de esta idea puede parecer un mantra, pero los analistas aseguran que aquellos que no lo cumplan quedarán fuera mercado laboral en el medio y largo plazo.
"Uno de los principales retos que tiene España es cambiar la educación y prepararse para que las personas se formen de manera contínua", aseguró el catedrático de Análisis Económico de la Universitat de Valencia y director de Investigación del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), Francisco Pérez. Incluso fue más allá y llamó la atención sobre la vinculación de este reto con uno de los cambios laborales que muchos expertos sitúan entre los más relevantes: las modificaciones de las relaciones laborales, asalariadas en su inmensa mayoría en la actualidad y que también caminan hacia una individualización y pérdida de peso de la empresa como empleador. "El reto de la formación continuada encajará muy mal con los perfiles de relaciones laborales del pasado", indicó Pérez. Por ello, añadió que "habría que preguntarse qué tipo de relaciones laborales serán las adecuadas en un entorno tan cambiante". Es más, Pérez dio otra de las claves para próximos años: "Lo que hoy llamamos Derecho del Trabajo va a tener que ser revisado, porque está pensado para proteger a los trabajadores por cuenta ajena casi exclusivamente", frente a otras relaciones laborales de carácter más mercantil que están ganando terreno.
El impacto en la economía
Otra de las derivadas que surgen al hablar del futuro del empleo afecta a su impacto en la economía del país, dado que con los ingresos derivados del trabajo se financia buena parte del Estado del Bienestar. La mayoría de los expertos coinciden en el diagnóstico expuesto por Jimeno: "Cuando se tienen en cuenta el modelo demográfico y el impacto de las nuevas tecnologías vemos que vamos a un mundo de menor crecimiento económicos, menor crecimiento de los salarios y menor participación de las rentas del trabajo; habrá que inventarse nuevos ingresos". ¿De dónde sacarlos? Los expertos manifiestan también un alto grado de coincidencia: será más fácil gravar el consumo que el capital.
Ideas sobre el salario mínimo
En el debate sobre el futuro del empleo con estos cuatro expertos surgieron cuestiones sobre asuntos como el papel del salario mínimo interprofesional o la ganancia de tiempo para el ocio de los trabajadores en un futuro más tecnificado. El investigador del Banco de España, Juan Francisco Jimeno, introdujo la idea de adecuar el salario mínimo a las circunstancias de distintos tipos de trabajadores. “Tiene que haber un salario mínimo, pero igual no tiene que ser el mismo para todos”, dijo. Así, lanzó al aire una reflexión: “Con todas las diferencias territoriales, ¿tendría que ser el mismo salario mínimo el de un joven de 17 años que el de un trabajador de 40 años con familia?”.
En cuanto a la incógnita de si los trabajadores dispondrán de más horas de ocio, Santiago Carbó se preguntó si la sociedad está preparada para ello. “El problema será que solo algunos se podrán permitir ese mayor tiempo de ocio”, se lamentó Jimeno.
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