El dinero seguirá bailando al son de la geopolítica
Los expertos creen que la Bolsa y la deuda tienen aún cierto recorrido en la segunda mitad del año, pero piden cautela por las tensiones comerciales
La primera mitad del año ha sido muy positiva para los mercados financieros, destancando el buen comportamiento de las Bolsas y la deuda pública. El Ibex 35, por ejemplo, sube más de un 7,6% desde enero, lo que ha servidio a los inversores que aguantaron la volatilidad para resarcirse en parte de las pérdidas acumuladas en el último tramo de 2018. En el caso de la renta fija el escenario favorable —el precio de los bonos se ha revalorizado un 6% en 2019— no figuraba en los cálculos de las grandes casas de análisis a principios de año. El cambió en el guion se ha debido al frenazo (con marcha atrás) de los bancos centrales en su hoja de ruta para normalizar los tipos de interés. En el primer semestre también hemos asistido a una ligera fortaleza del euro frente al dólar y a la subida de las materias primas (con mención especial al oro).
Como rentabilidades pasadas no son nunca sinónimo de ganancias futuras cabe preguntarse qué espera a los inversores en la segunda mitad del año. Los expertos creen que los mismos factores que han movido los mercados en los últimos meses volverán a ser determinantes en el devenir del precio de los activos, con especial mención a la geopolítica. En BlackRock, la mayor gestora de activos del mundo, apuntan los temas a seguir: el aterrizaje de de la economía china y sus tensiones comerciales con Estados Unidos; además de los próximos pasos de los bancos centrales en política monetaria. “Vemos la creciente confrontación geopolítica como el mayor riesgo para la expansión económica global”, advierten.
Roberto Ruiz-Scholtes, director de estrategia de UBS Banca Privada en España, también está preocupado por este factor, aunque confía en que finalmente se enfríen las tensiones comerciales. Ve que la economía mundial crecerá cerca de su potencial con una recuperación “técnica” de los beneficios empresariales. Si este escenario se cumple, calcula que a la Bolsa americana le queda mecha para subir otro 5% hasta diciembre más el dividendo, potencial que eleva hasta el 8% en el caso de la renta variable europea. El mercado más atractivo por valoración es el japonés para este experto.
Precisamente, en Japón se celebra este fin de semana la cumbre del G20, con reuniones bilaterales al más alto nivel, que puede marcar el devenir de los mercados a corto plazo. Entre los optimistas, José Ramón Iturriaga, gestor de Abante Asesores, cree que hasta ahora se han ido sorteando bien los problemas que han surgido. “La economía mundial no está a las puertas de una recesión. Los ciclos expansivos se mueren por sobrecalentamiento y no es el caso. Sólo hay burbuja en los bonos y los bancos centrales no quieren poner punto final al ciclo”, dice. Una visión más negativa es la de Sébastien Galy, de Nordea AM: “Dada la probabilidad de que se intensifique la guerra comercial entre EE UU y China, sugerimos preparar las carteras para entornos adversos, optando por una combinación de productos que permitan reducir el riesgo o diversificarlo”.
El cambio de guion de los bancos centrales prolonga el viento a favor de la Bolsa
DWS se alinea también con la cautela: “A pesar de las recientes turbulencias, la mayoría de los mercados de renta variable siguen siendo más caros que los promedios históricos recientes. Los temores de una desaceleración global podrían provocar correcciones adicionales”. Y añaden: “las perspectivas a corto plazo para la renta variable estadounidense parecen decididamente turbias, entre otras cosas debido a las preocupaciones comerciales y geopolíticas. Y en Europa, además del comercio, los inversores se enfrentan a muchos problemas en clave interna. La política podría seguir generando titulares desconcertantes sobre el Brexit , Italia o las perspectivas inciertas de supervivencia del Gobierno de coalición de Alemania”. Debido a este contexto, las apuestas de DWS son los emergentes, beneficiados de los bajos tipos de EE UU.
Un análisis más pormenorizado de lo que ha ocurrido en las Bolsas en la primera parte del año revela que han sido los valores ligados a tarifas y a la marcha del precio del dinero los que mejor comportamiento han tenido, en detrimento de los más ligados al ciclo económico. Pero esta visión va a cambiar en la segunda mitad de 2019, según los expertos. Ruiz-Scholtes apuesta por los valores más cíclicos como tecnología, industria y las materias primas, mientras que aquellos más ligados a los tipos se quedarán rezagados. En este último grupo incluye a eléctricas, telecomunicaciones y consumo básico. En UBS Banca Privada no esperan recortes de tipos en los bancos centrales, y apuntan que el bono estadounidense rondará el 2,5% al cierre del año, frente al 0% del alemán y el 0,80% que rendirá el español. Su apuesta clara es la deuda pública de los países emergentes, pues esperan que se produzca una reducción en las primas de riesgo.
Víctor de la Morena, director de inversiones de Amundi Iberia, cree que la deuda seguirá en el radar de los inversores gracias al soporte de los bancos centrales y el crecimiento moderado de la economía. También le gustan los bonos emergentes de forma selectiva, apoyados por la política de la Reserva Federal.
Otras opciones
Como no solo de acciones y deuda vive el inversor, los analistas aconsejan seguir de cerca otros activos. Indosuez ha elaborado un informe en el que explica que el precio del petróleo tendría que superar de forma duradera 80 dólares por barril para ejercer una presión sustancial a la baja sobre el PIB mundial. “Nuestra previsión media para 2019 sitúa el precio del barril de Texas en 60 dólares. En todo caso, el nuevo peso de EE UU en este ámbito (15% de la producción mundial) y sus políticas más bien impredecibles de sanciones, auguran una mayor volatilidad en el precio del petróleo de aquí en adelante”, explican.
En cuanto al oro, estos expertos creen que no ha sido muy sensible a la evolución de la incertidumbre económica. “Seguimos creyendo que el oro es una cobertura razonablemente barata frente al riesgo geopolítico y la inflación”. Y añaden: “Puede que la volatilidad tenga que ascender para que el oro pueda revalorizarse”.
En divisas los dos factores que apuntalan el dólar, según Indosuez, son el crecimiento del PIB estadounidense y los diferenciales de tipos frente a la eurozona. “En 2019 la eurozona tendrá que lidiar con la salida del Reino Unido y cuesta imaginar que el euro coja más fuerza. No obstante, pensamos que en la segunda mitad de este año se podría observar un cierto debilitamiento del dólar: prevemos un rango de cruce de divisas de 1,10-1,20 dólares por euro”, concluyen.
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