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transformación digital

Creatividad y pasión para una nueva pedagogía

Santillana, con sus proyectos Compartir y UNOi, lidera la transformación digital de las aulas de Latinoamérica, personalizando el talento y habilidades de cada alumno

Tabletas, proyectores interactivos, aulas ‘maker’ con impresoras 3D: así son los nuevos colegios.
Tabletas, proyectores interactivos, aulas ‘maker’ con impresoras 3D: así son los nuevos colegios.

La transmisión del conocimiento y el modo de aprender han experimentado un salto cualitativo. Los entornos digitales enriquecidos permiten ya una enseñanza flexible, ágil y personalizada. Atrás queda el tradicional aprendizaje pasivo, memorístico y estandarizado, centrado en la figura de un profesor que dictaba lecciones desde el estrado.

“Desde principios de la década trabajamos en la innovación digital, tanto en el portfolio de producto como en las estructuras organizativas de la compañía, con recursos específicos para la tecnología y la innovación”, afirma Miguel Barrero, director global de I+D+i de Santillana. “Constituimos un área de Desarrollo Digital que, con el tiempo, se desdobló en un Departamento de Tecnología Educativa y en otro de I+D+i que aborda la escuela como un todo, donde se entrelazan las innovaciones pedagógicas con las tecnológicas”.

Para Santillana, la transformación digital ha supuesto en muy pocos años una metamorfosis organizativa de gran envergadura. “Hemos pasado de ser una empresa de contenidos impresos a una empresa edtech de contenidos, servicios y tecnología”, añade Miguel Barrero. Porque la compañía educativa está convencida de que “la innovación en la escuela se producirá por mestizaje y por un uso híbrido. Allá donde el papel sea más eficaz, no hay razón para cambiar; allí donde lo digital sea oportuno, habrá que incorporarlo”.

El proyecto Compartir, diseñado por Santillana en 2012, es un claro ejemplo de esta simbiosis, según Miguel Barrero. “Combina contenidos en versión impresa y digital (con un formato propio de e-textbook), una plataforma LMS (Learning Management System) para administrar el acceso al contenido y la gestión académica, unos servicios digitales de evaluación del aprendizaje, servicios de formación y acompañamiento, una comunidad para integrar a todos los agentes educativos y un equipamiento de hardware para el aula”.

El campo de aplicación de esta plataforma educativa es la Enseñanza Básica y la Secundaria, con alumnos con edades de entre 6 y 16 años. “Estamos ya en 15 países latinoamericanos, con 2.120 colegios y casi 770.000 alumnos”, apunta Miguel Barrero. La atmósfera digital en el aprendizaje es gradual y modular: el colegio decide en qué ámbitos es de aplicación. Incorpora una amplia oferta de dispositivos para profesor y alumnos (tabletas Android, Chromebooks y portátiles), pizarrón, proyectores interactivos, aulas maker con impresoras 3D y aulas móviles. Santillana facilita el conjunto: contenidos, tecnología y servicios. Es un modelo de suscripción que da acceso al usuario a todos los componentes que integran Compartir. Un porcentaje importante corresponde a productos desarrollados por Santillana, como los servicios del entorno virtual de aprendizaje (la plataforma e-stela) y la plataforma de evaluación y confección de exámenes en línea, denominada Pleno. También se incluyen los acuerdos con terceros, como la plataforma de lectura en inglés MyOn. El sistema de implantación en los colegios es llave en mano.

“Todos los contenidos son desarrollados en cada país donde Santillana tiene presencia siguiendo el programa oficial marcado por cada Ministerio de Educación. El cumplimiento normativo de los contenidos y la adaptación a los modos pedagógicos de cada territorio están garantizados”, indica Miguel Barrero.

La otra gran apuesta de Santillana en los nuevos modelos pedagógicos se llama UNOi, un proyecto nacido en 2011, de carácter más disruptivo, implantado en casi 900 escuelas de Brasil, Colombia y México, con un alcance de más de 273.000 alumnos.

“Es un modelo más aspiracional desde el punto de vista pedagógico y más inmersivo desde el uso de las tecnologías. Implica una concepción sobre todas las áreas y grados, de modo que la adopción de UNOi es global para el conjunto del centro”, matiza el responsable de I+D+i de Santillana. “Como propuesta de digitalización es más ambiciosa que Compartir. Por ejemplo, en UNOi se podrá otear el mercado laboral con el programa de Habilidades del Siglo XXI, hay talleres de programación y código, aprendizaje por proyectos o un módulo de propuestas maker, incluso con la instalación de un aula maker en el colegio”.

UNOi combina pedagogía, ambientes y contenidos impresos y digitales en un programa compuesto por tres idiomas: español, portugués e inglés, destacando en este último idioma la certificación por Cambridge. Como en el caso de Compartir, el Grupo Santillana dispone de una red de coaches en cada país en los que opera, ofreciendo formación al docente, apoyando a los equipos directivos y acompañando a las familias. Porque, según Miguel Barrero, “cuando la oferta se hace más sofisticada y responde a un proceso de transformación de la escuela, el acompañamiento es una clave determinante del éxito”.

‘Big data’ orientado al aprendizaje óptimo

“El proceso en el que estamos inmersos”, afirma Miguel Barrero, “es utilizar los datos que dejan traza en los componentes digitales para obtener analíticas que permitan personalizar la enseñanza y tomar las mejores decisiones”. La digitalización ha supuesto un innegable impulso del aprendizaje en palabras de este experto: “Una animación o un video pueden favorecer mucho la comprensión de un concepto frente a recursos solo textuales y de ilustración”. También en la evaluación del conocimiento: “Es uno de los campos donde más productividad aportan las tecnologías; tanto para confeccionar las pruebas, como para la aplicación de la misma en el aula (automática, en tiempo real), o para la corrección (elimina la tarea manual) y la explotación de los datos”.

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