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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Vox en griego

Voz, del latín vox, tiene su antecedente en la palabra griega epos, usada para definir las hazañas épicas de los héroes clásicos

José Carlos Díez
Santiago Abascal, líder de Vox, firma un autógrafo en un mitín en Teruel.
Santiago Abascal, líder de Vox, firma un autógrafo en un mitín en Teruel.EUROPA PRESS

Voz, del latín vox, tiene su antecedente en la palabra griega epos, usada para definir las hazañas épicas de los héroes clásicos. En España Vox es un partido formado por mortales y cuyo líder es un político profesional al que no se le conoce cotización en ninguna empresa privada en toda su vida. Su relato intenta emular a Ulises en la Odisea,pero revisando su programa económico, recuerda al Syriza griego de 2015, y ya sabemos que acabó en tragedia.

Hace tres años Grecia estaba inmersa en una profunda depresión económica y Syriza, un partido comunista próximo a Podemos, se presentó a las elecciones con un programa económico que parecía la carta a los Reyes Magos. Bajadas de impuestos masivas para todos los votantes y aumento del gasto público para recuperar los recortes de la crisis. Vox ideológicamente no tiene nada que ver con Syriza ni con Podemos. Pero el déficit público es un dato contable que se calcula siguiendo la partida doble de Lucca Paccioli del siglo XV, independientemente de la ideología del partido que la propone.

El programa de Syriza suponía un aumento del déficit público en Grecia del 7% del PIB y el de Vox supondría un aumento del déficit del 6% del PIB, similar al presupuesto total de la sanidad pública española, y triplicaría el déficit de 2018. En Grecia Syriza ganó las elecciones y su programa chocó de bruces con la realidad. Todo aumento del déficit público supone un aumento de la deuda pública y exige un plan de financiación que los partidos políticos suelen obviar cuando hacen sus propuestas electorales.

La victoria de Syriza provocó una fuga masiva de capitales y de depósitos ante el temor de los ahorradores que su disparatado programa económico acabase en no recuperar su dinero. Syriza seis meses después se vio obligado a decretar un corralito, a meterle el 10% del PIB en ayudas públicas a los bancos griegos, a subir los impuestos para financiar el déficit y a aplicar duros recortes de gasto público, principalmente en educación, en sanidad y en pensiones.

Salvini y la Liga Norte en Italia, con los que Vox compartirá grupo en el Parlamento Europeo, desafió el mecanismo preventivo europeo enviando a Bruselas un presupuesto con una previsión de déficit del 2,4%. La prima de riesgo aumentó 200 puntos básicos y han tenido que rectificar acordando un déficit del 2% del PIB con la Comisión Europea para 2019. Para no perder el sentido de la magnitud Vox propone subir el déficit público español al 8% del PIB, nivel similar al de 2012, pero con 500.000 millones más de deuda pública que tendremos que pagar todos los españoles.

Vox es un partido que nace de la indignación y centra su discurso en la crítica a lo establecido, lo cual en democracia hay que respetarlo. Pero desde que en las polis griegas empezó la democracia, la esencia del sistema sigue siendo la misma. Los ciudadanos pagamos los sueldos de los políticos y somos los que hacemos las preguntas y ellos los que responden. Veremos.

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