Quince años de lucha contra las enfermedades
La Fundación Mutua Madrileña, presidida por Ignacio Garralda, ayuda con casi dos millones de euros anuales a proyectos de investigación científica en materia de salud. Su programa de acción social a colectivos desfavorecidos incluye la lucha contra la violencia de género y el acoso escolar
El triple negativo es uno de los cánceres de mama más agresivos. Suele afectar a mujeres con menos de 45 años y aunque muchas lo superan gracias a la quimioterapia, las recaídas pueden ser letales. Este cáncer se llama triple negativo porque en los análisis no se manifiesta ninguno de los tres indicadores que identifican esta dolencia y que son el objetivo de las diferentes terapias. Por tanto, hoy no existe ningún tratamiento específico para ella. Una docena de profesionales del Hospital Clínico de Valencia busca uno gracias a la prestación económica que Fundación Mutua Madrileña les ha proporcionado en 2018, dentro de la convocatoria anual de Ayudas a la Investigación Científica en materia de Salud que, desde 2003, ofrece la Fundación de la aseguradora.
Cada año Fundación Mutua apoya con alrededor de dos millones de euros el desarrollo de diversos proyectos de investigación. Son seleccionados por el comité científico de la propia Fundación, presidido por Rafael Matesanz, creador de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). “Valoramos la calidad científica, la originalidad y su eventual trascendencia tanto clínica como social. No es fácil dado el alto nivel de los proyectos presentados”, asegura Matesanz.
En 2018 se han beneficiado de estas ayudas 18 proyectos liderados por investigadores pertenecientes a hospitales públicos de siete comunidades autónomas y del cuadro médico de Adeslas, su aseguradora de salud. Desde la creación de las ayudas, hace 15 años, la Fundación Mutua Madrileña, presidida por Ignacio Garralda, presidente también del Grupo Mutua, ha distribuido más de 60 millones de euros entre cerca de 1.400 proyectos. “Estas investigaciones han ayudado, sobre todo durante la crisis, a mantener el tejido investigador y a que muchos jóvenes hayan podido desarrollar su carrera investigadora en nuestro país”, apunta Garralda. El objetivo principal ha sido avanzar en el tratamiento del cáncer, los trasplantes, las enfermedades raras que se manifiestan en la infancia y la traumatología y sus secuelas neurológicas, aunque la Fundación Mutua también ha venido apoyando, desde su constitución, al Centro Nacional de Investigaciones Cardiacas (CNIC) que dirige Valentín Fuster.
Más de 60 millones de euros invertidos en investigación médica
Enfermedades raras
Las enfermedades que se denominan “raras” o “poco frecuentes” afectan a una persona de cada 2.000. Una incidencia muy baja que conlleva que no se desarrollen tratamientos para muchas de ellas. Hay catalogadas unas 7.000 y en España las padecen más de tres millones de personas, de acuerdo con la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER). Por eso, la Fundación Mutua selecciona cada año varios proyectos cuya razón sea erradicar o conocer mejor estas dolencias para mejorar la calidad de vida de quienes la sufren, fundamentalmente niños. Gracias a esta iniciativa se han puesto en marcha tratamientos para la enfermedad de Celia, una enfermedad neurodegenerativa que, hasta ahora, causaba la muerte antes de los ocho años, o para el síndrome de Lesch-Nyhan, del que hay descritos 500 casos en el mundo, 50 de ellos en el Hospital Universitario La Paz de Madrid. Ambos proyectos ya empiezan a dar sus frutos.
En 2018, Fundación Mutua Madrileña ha apoyado 18 nuevos proyectos de investigación para mejorar los trasplantes y los tratamientos contra el cáncer, las lesiones traumatológicas y las enfermedades raras en la infancia
Resultados son lo que también espera lograr el equipo del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid con la ayuda que ha recibido de la Fundación Mutua para entender cómo se generan varias enfermedades neuromusculares que se manifiestan con la pérdida de fuerza progresiva. Su objetivo es desentrañar qué genes y qué defectos en ellos son los responsables. “Este tipo de enfermedades pueden debilitar la musculatura de la respiración e incluso la cardíaca y poner la vida en peligro”, asegura Cristina Domínguez, doctora que lidera el proyecto. “Sabemos que hay una alteración genética en el ADN, pero no ha sido posible establecer la relación entre el gen y la enfermedad”, agrega. Por eso van a comparar a los pacientes pediátricos con sus padres para encontrar similitudes.
Las ayudas permiten mantener el tejido investigador y que muchos jóvenes desarrollen su carrera investigadora en España
Más riñones para trasplantes
La Fundación de la aseguradora también selecciona proyectos para la mejora de los trasplantes de órganos. Un terreno en el que España es líder mundial desde hace 26 años. En la última convocatoria de ayudas se seleccionaron proyectos centrados en el trasplante de riñón. En España, el 25% de estos órganos se descartan para ser trasplantados por las dudas que plantea su viabilidad. “Hace falta un criterio objetivo e imparcial para tomar la decisión”, apunta Rafael Antonio Medina, director de la Unidad de Urología y Nefrología del hospital Virgen del Rocío de Sevilla, la que más trasplantes renales, 200, hizo en España el año pasado.
Medina quiere comprobar si la bioimpedancia -una técnica que se utiliza en nutrición para conocer la cantidad de grasa y agua del cuerpo-, es útil a la hora de tomar una decisión objetiva sobre la viabilidad de estos riñones. Comenzarán con el estudio en 50 riñones que hayan sido desechados mediante biopsia. “Queremos correlacionar los valores obtenidos en la bioimpedancia con la biopsia y verificar si esta prueba sirve para dar por válidos los órganos”, añade Medina. Aún es pronto para aventurar resultados, pero, si lo consiguen, habría más riñones válidos para salvar más vidas. El fin último que la Fundación, y todos los científicos y profesionales sanitarios que apoyan, desean alcanzar.
Una acción sostenida contra la violencia y por la mejora social
Desde 2012, Fundación Mutua Madrileña ofrece, a través de una convocatoria anual, ayudas a proyectos que mejoren la vida de colectivos desfavorecidos. En la última distribuyó cerca de 700.000 euros entre una treintena de proyectos de ONG.
Una parte de las ayudas está vinculada a la lucha contra la violencia de género, un ámbito en el que desarrolla otras iniciativas como el voluntariado corporativo Juntas, a través del cual empleadas de la compañía empoderan a quien ha sufrido violencia de género, o el programa Escuela Mutua, que forma e integra a estas mujeres en la plantilla del Grupo Mutua.
Discapacidad, integración de jóvenes con dificultades, salud infantil, cooperación al desarrollo e innovación social son otras áreas de acción social de la Fundación, además de la lucha contra el acoso escolar. En este terreno desarrolla, junto a la Fundación Anar, un amplio programa que va desde acciones de prevención en colegios hasta el estudio del problema y la sensibilización social. Mejorar la seguridad vial entre los jóvenes y la difusión cultural completan la acción de la Fundación, uno de cuyos objetivos, según su presidente, Ignacio Garralda, es la erradicación de la violencia contra los sectores más vulnerables de la sociedad.
Esta noticia, patrocinada por Fundación Mutua Madrileña, ha sido elaborada por un colaborador de EL PAÍS.