Ryanair llega a un acuerdo con sus pilotos de Irlanda

La aerolínea irlandesa Ryanair ha alcanzado este jueves un acuerdo con los pilotos de su base en Irlanda tras diez días de negociaciones que ponen fin a una oleada de huelgas que han afectados a miles de pasajeros durante todo el verano tanto en la isla como en otros países como Alemania o Bélgica.

El principio de acuerdo entre Ryanair y el sindicato Forsa deberá ser ahora votado en asamblea por el colectivo de pilotos, aunque cuenta con la recomendación positiva del sindicato por lo que es muy probable que sea aceptado.

Por su parte, la compañía confirmó vía Twitter este acuerdo y añadió que "llevará esta propuesta a su junta a su debido tiempo después de que los pilotos irlandeses hayan firmado este acuerdo".

Los pilotos de Ryanair de base irlandesa participaron en las cinco convocatorias de huelga que se celebraron este verano, que dejaron a miles de pasajeros en este país y en el resto de Europa en tierra, para pedir mejoras laborales. La aerolínea irlandesa de vuelos de bajo coste llegó a anunciar que reduciría un 20% su flota en Irlanda, de 30 a 24 aviones, a partir de octubre, con la posible supresión de más de 300 puestos de trabajo.

En España, la situación es más difícil porque el sindicato de pilotos Sepla, enfrentado a la dirección de Ryanair, ha llevado el conflicto a la Audiencia Nacional. La principal demanda de los pilotos españoles es que se le reconozcan los derechos laborales de la legislación española.

Tripulantes de cabina

Paralelamente, los sindicatos de tripulantes de cabina de varios países, entre ellos España, que también protagonizaron varias días de paro el pasado mes de julio, han convocado una reunión para el próximo día 7 de septiembre en Roma para decidir si activan nuevas movilizaciones ante la falta de respuesta de la aerolínea.

En España, los sindicatos USO, Sictpla y los representantes de Ryanair están citados por la Dirección General de Trabajo el próximo 5 de septiembre en Madrid para una nueva mediación, después de que el último intento, el 1 de agosto, finalizase sin ningún acuerdo y desde Trabajo se diese agosto por inhábil.