Reformas que ahorran tiempo y costes
A la hora de hacer una obra en casa no solo hay que calcular el precio de los materiales, sino que el tiempo de colocación puede elevar el presupuesto
Que el presupuesto de la reforma de la vivienda no se dispare depende de lo que cueste el azulejo, el sanitario o la pintura, pero también del tiempo que dura la obra. Hay materiales que, aunque sean más caros, pueden suponer un ahorro en horas y días de trabajo. Y eso se nota en una rebaja del coste de mano de obra, que repercute en el presupuesto al cliente final. “Los materiales que ofrecen ahorro en tiempo de instalación son aquellos que se han terminado en fábrica y que no requieren de un remate en obra. Este ahorro en tiempo también se traduce en ahorro en costes”, explica Ramón Gabarró, gerente de Gabarró Hermanos.
Además, hay que tener en cuenta que “no hay materiales malos, lo que se produce con frecuencia es un uso inadecuado de ellos”, precisa Ernesto García, fundador de Arquitectónica Kobel y Beck Projects and Construction. El arquitecto, especializado en reformas de viviendas e inmuebles comerciales, pone como ejemplo de esas “barbaridades” que se producen las soleras (recubrimientos de suelos previos a la instalación de pavimentos) de yeso en cocinas y baños, en lugar de usar cemento y arena. O instalaciones de suelos vinílicos y laminados en superficies que no están igualadas.
En el mundo de los prefabricados el rey es la placa de yeso laminado (más conocida por su nombre comercial, Pladur), la alternativa más habitual a la tradicional pared de ladrillo. Levantar una pared de placa de yeso supone un par de días, frente a cinco jornadas de una pared de ladrillo, que necesita enfoscado y un tiempo de secado. El precio del ladrillo es menor, pero si se tiene en cuenta la mano de obra y el mayor consumo de tiempo, la factura acaba equiparándose.
Levantar una pared de yeso lleva un par de días, frente a los cinco de una de ladrillo
Son dos placas de yeso laminadas entre dos capas de cartón, una solución resistente que se usa para la creación de techos, tabiques interiores, forrar paredes ya existentes o la creación de estanterías y mobiliario. Entre sus ventajas está el rápido montaje y limpieza, ya que su construcción se realiza en seco, junto a un buen acabado final, ya que mantiene controles de calidad desde fábrica si se compara con el ladrillo tradicional. Además, las instalaciones de fontanería y electricidad son más accesibles. ¿Argumentos en contra? El anclaje de muebles y decoración es más complicado, y en algunos casos, el aislante térmico es peor. Pero también en este aspecto se innova y ya es posible afianzar con tacos especiales, “que soportan al menos 23 kilos de peso, sin olvidar que son estructuras que permiten su retirada posterior con menos molestias que un muro tradicional”, apunta el consejero delegado de Kobel y Beck.
La pintura también permite ahorrar tiempo, aunque su precio sea más alto. “La diferencia de calidades es abismal, y se nota a la hora de tener que dar más manos de pintura y, en consecuencia, más horas de trabajo y días de secado”, detalla García. O el empleo de la fibra de carbono como alternativa a la demolición y nueva construcción para reforzar estructuras, una alternativa más veloz que recorta tiempo.
A la hora de elegir materiales, el mercado ofrece acabados similares a los nobles pero a un precio más asequible. Esto es posible gracias a las mejoras en impresión láser sobre superficies más económicas como porcelánicos, laminados y otros sintéticos: si un parqué de madera maciza puede alcanzar los 100 euros el metro, una tarima sintética se encuentra por 15 euros.
Llegar e instalar
En el caso de los suelos, la terminación en fábrica permite que tengan un sistema de colocación hasta un 30% más rápido. Las piezas se instalan con un sistema de clic. El ahorro se puede cifrar en la cantidad de metros cuadrados que puede colocar un profesional por jornada laboral y “de aquí sale el coste por metro cuadrado de la colocación. Algunos pavimentos tienen un coste bajo, pero una vez colocado puede salir carísimo, y viceversa. La preparación previa del suelo donde vaya a instalarse [solera] puede tener un coste significativo”, aclara el gerente de la empresa Gabarró Hermanos.
El cliente exige una buena estética al pavimento, pero también unas prestaciones técnicas adecuadas tanto para uso comercial como para uso doméstico. “El coste es importante para el cliente, por lo que exige cada vez más un material que cumpla con estas tres exigencias: estética, prestaciones y coste”, asegura el directivo. Los suelos vinílicos tienen muchas ventajas porque son antideslizantes, resisten muy bien la humedad y el desgaste, se limpian fácilmente y su instalación es muy sencilla, incluso encima de las baldosas preexistentes. Además, pueden imitar el aspecto de otros materiales como la madera o la piedra. Los suelos vinílicos pueden adquirirse en varios formatos, en rollos que se cortan a medida, en losetas o baldosas autoadhesivas tipo pegatina o en baldosas con sistema de clic.
Los tableros de madera de OSB (Oriented Strand Board o tablero de virutas orientadas, una evolución del tablero de contrachapado formado por capas de virutas o astillas orientadas en la misma dirección) son muy usados por interioristas y decoradores porque ofrecen un aspecto alternativo de estilo industrial y son económicos, resistentes y son un buen aislante acústico. Con estos tableros se pueden revestir paredes y fabricar todo tipo de muebles low cost.
Los frisos se usan como opción para renovar paredes alicatadas sin dañar los azulejos, ya sea de madera maciza o de otros materiales como el PVC. Las principales ventajas de los frisos rastrelados son su rápida instalación, ya que se pueden colocar en media pared o en la pared entera; y su variedad, ya que existe un amplio abanico de posibilidades en cuanto a colores y acabados. Pueden ser de linóleo, encimeras de madera o de caucho.
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