Pedro Sánchez y el diálogo con los empresarios
Tras reunirse con patronal y sindicatos, el presidente confrontará las opiniones de los grandes grupos empresariales.
Más de año y medio tardó Mariano Rajoy en reunirse con los agentes sociales de forma conjunta en La Moncloa después de alcanzar la presidencia. Fue en mayo de 2013, en plena crisis, cuando la cifra de parados había superado los seis millones de personas y la situación no aguantaba más. Es verdad que había mantenido encuentros por separado con los secretarios generales de los sindicatos (Cándido Méndez, por UGT, e Ignacio Fernández Toxo, por CC OO) y los líderes de la patronal (Juan Rosell y Jesús Terciado, de CEOE y Cepyme); pero le costó un mundo hacer un encuentro tripartito pese a la crisis galopante. En marzo de ese año, el presidente había estado con patronal y sindicatos en un acto público para la presentación oficial del plan de empleo juvenil; pero un evento más amplio y en ningún caso discutieron sobre asuntos de relevancia.
Algo similar ocurrió con los grandes empresarios, con los que también tardó en reunirse hasta el 16 de julio de 2013, cuando recibió en La Moncloa al extinto y poderoso Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC), en el que se juntaban la mayor parte de los principales grupos del país. Muchos de ellos también formaban parte del Foro Puente Aéreo (empresarios de Madrid y Barcelona) al que recibió en 2015.
Los encuentros empresariales alcanzaron un punto álgido en época de José Luis Rodríguez Zapatero, que mantuvo reuniones con los líderes de la patronal y de los sindicatos y frecuentó sus encuentros con los principales banqueros y empresarios, en reuniones restringidas y, en algunos casos, multitudinarias, porque todos querían acudir a la cita monclovita.
El presidente no ha tardado ni una semana en convocar a los agentes sociales
Ahora, Pedro Sánchez se ha mostrado muy dinámico y no ha tardado ni una semana en convocar a los agentes sociales, con los que ya se había visto por separado en sus dos etapas como secretario general del PSOE. Ha sido su primera reunión oficial y se ha producido en un momento en que los agentes sociales estaban a punto de desbloquear la Negociación Colectiva después de mucho tiempo de conversaciones.
En la reunión del presidente con los líderes de los sindicatos y de las patronales solo repetía una persona de la primera que mantuvo Mariano Rajoy en 2013, el presidente de la CEOE, Juan Rosell. Los sindicatos están ahora dirigidos por Pepe Álvarez (UGT) y Unai Sordo (CC OO); la Cepyme, Antonio Garamendi, que ya se vislumbra como futuro líder de la gran patronal CEOE, y el ministerio del ramo lo ocupa Magdalena Valerio en lugar de Fátima Báñez.
El siguiente paso que se espera ahora en el entorno empresarial es que el nuevo presidente convoque a los empresarios más significativos. Según fuentes del entorno presidencial todavía es demasiado pronto para aventurar un encuentro, pero aseguran que, conociendo al nuevo inquilino de La Moncloa, se producirá en cuanto esté asentado.
Las empresas piden que impulse las reformas pendientes y no revierta las que están hechas
Para Sánchez, la relación con las grandes empresas se perfila tan fundamental como con otros colectivos. De momento, ya conoce sus peticiones basadas en que impulse las reformas económicas pendientes y no revierta las que ya están en marcha, como la reforma laboral, punto en el que va a encontrar su primera piedra de toque. Además, los empresarios piden que el Gobierno garantice la estabilidad política e institucional “para consolidar la recuperación económica, de manera que no se quiebre la credibilidad y confianza entre los inversores y los organismos económicos internacionales alcanzada por España en estos años”, según una fuente con la que coincide la mayoría.
Por eso pidieron, en cuanto llegó al poder, que ante los riesgos claros en la economía, el nuevo Gobierno debe mantener el rigor presupuestario y los objetivos de déficit. En ese sentido, también subrayaron la necesidad de que se evite “la tentación de ceder a incrementos de gasto que pueden poner en riesgo la consolidación fiscal”.
Para los empresarios, la elección de los ministros del área económica ha sido un alivio. Estaban a la expectativa de si hacía algún guiño a Podemos o a alguno de los otros grupos que le dieron su apoyo en la moción de censura y la realidad no ha ido por ese camino que consideran innegociable. En el sector bancario, específicamente, ven con mucha incertdiumbre y temor que se implante el impuesto a la banca para pagar las pensiones, como defendió Sánchez desde la oposición meses atrás. No obstante, varios de los consultados creen que una cosa es predicar y otra dar trigo y que una vez en la poltrona se verán las cosas de otra manera. En ese sentido, destacan que Sánchez tiene que demostrar que le beneficia lograr una imagen de hombre de Estado y no va a meterse en camisas de once varas, al menos tan pronto.
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