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Israel lanza la ‘joya’ de las monedas virtuales: respaldada por diamantes

La Bolsa del Diamante de Tel Aviv asegura con la piedra más preciosa dos monedas virtuales que pretenden revolucionar el mercado

Un vendedor de diamantes gestiona una transacción en la Bolsa de Tel Aviv dedicada a las piedras preciosas
Un vendedor de diamantes gestiona una transacción en la Bolsa de Tel Aviv dedicada a las piedras preciosas Lourdes baeza

La Bolsa del Diamante israelí —situada en Ramat Gan, en el distrito de Tel Aviv— se embarca de lleno en el mundo de las monedas virtuales de la mano de la start up israelí Carats.Io, que ha creado dos nuevas divisas digitales para realizar transacciones de diamantes e invertir en piedras preciosas. Aspiran a posicionarse como lan joyan de este tipo de dinero virtual. Se trata del Cut, presentado el pasado mes de febrero durante la Semana Internacional del Diamante como método de pago entre los profesionales del sector y del Carat, que verá la luz próximamente y que está dirigido al gran público en general interesado en invertir en diamantes, pero sin la necesidad de tenerlos físicamente.

La particularidad de estas nuevas monedas virtuales es que estarán en parte respaldadas por diamantes reales, certificados y depositados en la Bolsa del Diamante de Tel Aviv. “El concepto básico de esta criptomoneda que saldrá próximamente al mercado es que estará respaldada por diamantes entre un 25% y un 75%, dependiendo de la fluctuación. Se podrá comprar con dólares pero también con diamantes porque incluso hasta el diamante menos popular en el mercado tiene un valor”, explica Eli Avidar, director de la Bolsa del Diamante de Tel Aviv.

Parte de esta iniciativa se explica por la necesidad de no quedarse atrás en un mundo cada vez más globalizado y en el que las transacciones virtuales y la proliferación de criptomonedas, como el Bitcoin, crecen a pasos agigantados. Pero también en el estancamiento de un sector anclado en el pasado al que pretenden dar nuevos aires de modernidad. Las exportaciones de diamantes en Israel cayeron el año pasado un 12%. “Los diamantes no tienen fronteras pero no es un negocio tan boyante como hace 15 o 20 años. Estamos estancados y esto abrirá nuevas oportunidades de negocio”, asegura Avidar.

El público objetivo del Carat serán inversores y minoristas en general que busquen diversificar sus inversiones pero afrontando un riesgo menor que, por ejemplo con el bitcoin. Se podrá comprar online y se podrá operar 24 horas al día, cualquier día de la semana. “Actualmente las transacciones profesionales tardan entre 4 y 6 semanas en hacerse efectivas. Con el Cut agilizaremos esos trámites y con el Carat, las operaciones se aprobarán prácticamente en el momento de manera que los inversores podrán invertir, o recuperar su inversión, casi al instante. El Bitcoin no tiene correlación con el mundo real pero el Carat, sí. Nuestros inversores tendrán el respaldo de diamantes desde 0,18ct (quilates) hasta 2,5ct.”, explica Nadav Perl, responsable de Ventas de la empresa Carats.Io.

Una plataforma especializada

Para realizar transacciones será necesario utilizar la plataforma online creada por la compañía israelí que, si todo va según lo previsto, estará operativa el próximo mes de mayo. En ella, el inversor encontrará todo tipo de información sobre el mercado de diamantes así como la fluctuación del índice de referencia creado por la propia compañía. “Nuestro índice está basado en un algoritmo que tiene en cuenta 14 parámetros que influyen en la compra venta de estas piedras preciosas. Con él tratamos de predecir hacia dónde irá el mercado al mismo tiempo que proporcionamos al inversor una herramienta más a tener en cuenta a la hora de tomar sus decisiones”, dice Gabriel Diament, el creador del algoritmo.

Tanto los representantes de la Bolsa del Diamante de Tel Aviv como los directivos de la start up insisten en la transparencia de todo el proceso que será auditado anualmente por la consultora internacional EY y bajo el paraguas del certificado del proceso Kimberley —un sistema internacional al que Israel se adhirió en 2.003 que garantiza al consumidor la procedencia lícita de los diamantes—. “No tenemos minas, no tenemos 800.000 trabajadores en el sector, como la India, pero tenemos conocimiento, pasión, experiencia e innovación. Nuestra principal ventaja frente a nuestros competidores de India o Bélgica es que somos una industria flexible”, sentencia Avidar.

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