Otra caída en Asia agudiza el desplome de las bolsas mundiales
Los mercados de renta variable de la región caen con fuerza tras un nuevo batacazo de Wall Street, mientras los inversores se refugian en valores seguros
Las bolsas asiáticas volvieron este viernes a los números rojos después de que Wall Street registrara otra sonora caída. Los inversores, en medio de la volatilidad de la última semana y las perspectivas de una subida de los tipos en Estados Unidos más rápida de lo previsto, apostaron por desprenderse de sus títulos y poner su dinero en productos de menor riesgo, como la renta fija o en el mercado de divisas. Los parqués en Japón y China han sido los más afectados de las caídas de la última semana, con sus índices de referencia dejándose prácticamente un 10% desde el viernes pasado.
Wall Street cayó un 4,1% este jueves, tras dejarse por el camino 1.033 puntos. Es el segundo mayor desplome en la historia del índice y se colocó así por debajo de los 24.000 puntos. Como sucedió el pasado lunes —una jornada en la que el Dow Jones vivió un batacazo histórico—, la atención de los inversores se dirigió hacia el mercado de bonos, por el temor a un encarecimiento del precio del dinero, y eso provoca que la volatilidad repunte en el parqué, informa Sandro Pozzi desde Nueva York.
Este viernes el índice Nikkei de Tokio cedió otro 2,3% y se situó en mínimos del pasado octubre. La demanda del yen, considerada una moneda refugio, se incrementó y su valor frente al dólar alcanzó máximos de los últimos cuatro meses. Un yen fuerte es una mala noticia para la economía nipona porque afecta su potente sector exportador al encarecer sus productos en el extranjero. El oro y el franco suizo –también considerados activos refugio- registraron subidas.
En Hong Kong, el Hang Seng se dejó un 3,1%, erosionando las ganancias acumuladas desde principios de año. Peor fue el comportamiento del índice de Shanghái, con unas pérdidas del 4% que llegaron a rozar el 6% a media mañana. Varios índices en el continente han registrado su peor semana desde enero de 2016, cuando la volatilidad de los mercados chinos desató el nerviosismo de los inversores en toda la región. Hace apenas quince días, ante la euforia de unas buenas perspectivas económicas y beneficios empresariales de récord, se habían situado en máximos históricos. Según datos de Bloomberg, en las últimas cinco jornadas de negociación Hong Kong se ha dejado un 9,9%, Shanghái un 9,7%, Tokio un 8,9% y Taiwán un 8,1%. La plaza que sale más indemne de esta semana negra es Sídney, con una caída del 5,1%.
La pregunta es si esta corrección es un retroceso temporal debido a las fuertes ganancias registradas durante el año pasado o si es el comienzo de una caída sostenida. Los expertos repiten que los fundamentos de las economías de la región son sólidos, pero temen que este episodio de volatilidad se alargue y acabe por desestabilizar mercados como el chino, donde hay mayoría de inversores individuales con tendencia a las reacciones en cadena.
El Dow Jones estadounidense se dejó el jueves alrededor de un 4%, la segunda mayor caída de la historia del índice tras la del viernes pasado. La volatilidad en los mercados estadounidenses se ha contagiado a Asia durante toda la semana.
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