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Despachos más eficientes para ganar mercado en 2018

La presión sobre los honorarios que cobran los profesionales va a obligar a las firmas a equilibrar mejor los costes y a mejorar en el uso de las nuevas herramientas

El año 2018 arranca con una apretada agenda para el sector legal. Los retos a los que se enfrentan las firmas de abogados este año abarcan desde el ámbito regulatorio, con importantes novedades legales a la vista, hasta las nuevas tendencias en la gestión de los despachos, incluyendo también algunos riesgos que deben afrontar las firmas, como es el caso de los ciberataques que han sembrado el pánico en el sector a lo largo de 2017.

La digitalización es uno de los retos a los que se enfrentan los abogados.
La digitalización es uno de los retos a los que se enfrentan los abogados. Getty Images

Revolución normativa

Las asesorías jurídicas internas de las empresas están viviendo una pequeña revolución que irá a más en 2018. La implantación de planes de compliance o cumplimiento normativo lleva varios años en auge, desde la reforma del Código Penal de julio de 2015 que evita la condena de las personas jurídicas si logran demostrar que han tomado medidas para la prevención de delitos, y mantendrá su protagonismo durante este año. Ello implica también la investigación interna de posibles prácticas irregulares cometidas por los trabajadores, siempre con respeto a los derechos de los investigados. Otro importante reto es que los departamentos legales internos deberán apurar en los primeros meses del año la puesta a punto en materia de protección de datos, una cuestión clave este curso, ya que el próximo mes de mayo serán de aplicación las medidas previstas en el reglamento europeo sobre la materia que introduce importantes novedades para las compañías. Además, en España se está tramitando una nueva Ley Orgánica de Protección de Datos que deberá estar lista para entonces, adecuándose a las nuevas reglas de la UE.

Nuevos nichos de mercado

Estos frentes legales que se abren para las asesorías jurídicas internas suponen, por su parte, nuevos nichos de mercado para los bufetes, que cada vez cuentan con más especialistas en materia de compliance y protección de datos. No es el único filón para los despachos. Las demandas masivas de consumidores por fallos de ciberseguridad en las compañías también generarán negocio para las firmas, ya que el nuevo Reglamento Europeo de Protección de Datos amplía el marco de responsabilidad de las empresas que se hayan mostrado negligentes en la custodia de datos personales.

Por otra parte, la tecnología ha promovido la irrupción de nuevos modelos de empresa basados en la llamada economía colaborativa, que previsiblemente seguirán creciendo en 2018 y que requieren de un asesoramiento legal adecuado. Eso supone un conocimiento específico del sector en el que operan estas nuevas empresas, así como de las diferentes áreas del Derecho en las que puedan tener incidencia: administrativo, laboral, fiscal, protección de datos, consumidores y usuarios, etcétera. Destacan firmas como las fintech y activos como las criptomonedas, las herramientas de eficiencia energética basadas en big data o la implantación de robótica y sistemas de inteligencia artificial en procesos productivos y domésticos.

También industrias en continuo crecimiento como la de los eSports (juegos en red) están despuntando como área de asesoramiento legal de las firmas ante la actual ausencia de regulación específica. Y todo apunta a que otro sector, el de los drones, recientemente regulado vía Real Decreto —en el BOE del pasado 29 de diciembre—, será también una tendencia en 2018. Y, más allá de la tecnología, las demandas masivas de consumidores afectados por cárteles, como el de los fabricantes de camiones, también despuntarán en el ámbito de derecho de la competencia.

Contexto político

El contexto económico y las diferentes incertidumbres políticas también tendrán efectos en el sector legal en los próximos meses. La salida definitiva de Reino Unido de la Unión Europea, con el Brexit, o la inestabilidad política en Cataluña han supuesto en los últimos tiempos un frente de actuación para los despachos de abogados por el necesario asesoramiento legal que necesitan las empresas ante cuestiones como la revisión de contratos, la migración de sedes corporativas, la reactivación del sector inmobiliario ante los traslados de sede o el cambio de rumbo de la inversión. Una situación que, previsiblemente, se mantendrá a lo largo de este año.

Tendencias en gestión

La gestión interna de las firmas de abogados también está viviendo una importante transformación que continuará su senda en 2018. La presión de los clientes en cuanto a los honorarios, que llegó con la crisis para quedarse, está forzando a las firmas a preocuparse por ser más eficientes en la prestación de servicios y lograr con ello mantener buenos márgenes, pese a todo. En este sentido, la gestión por proyectos empieza a asentarse en el sector legal y la tecnología aparece con más fuerza como un aliado clave para poder lidiar con presupuestos ajustados y ahorrar costes, si bien para ello es necesario contar con una determinada estructura, lo que hace augurar otra tendencia en el sector: las fusiones de despachos. En un contexto de alta competencia y en el que cada vez existe mayor presión sobre los ingresos, el tamaño se ha convertido en un elemento clave para poder competir en el mercado legal. Además, el uso de big data para la gestión del despacho o avances como el de la tecnología blockchain pueden traer cambios relevantes a lo largo de este nuevo año en la prestación de servicios jurídicos. Otra tendencia que está adquiriendo peso en el sector es la asociación de despachos con fondos de capital privado, tanto para la financiación de pleitos de clientes como para el propio crecimiento estructural de las firmas.

Los ciberataques

Volviendo al terreno de la tecnología, los ciberataques se han convertido en un importante quebradero de cabeza para los propios despachos de abogados españoles. A lo largo de 2017 fueron varios los bufetes víctimas de la acción de los piratas informáticos, con el riesgo que ello supone para la información de los clientes que custodian las firmas. Se trata de un problema que afecta a los más grandes y a los más pequeños. De hecho, aunque son sólo unos pocos los casos de firmas hackeadas que han salido a la luz, son numerosos los pequeños ataques que afectan a diario a los abogados, comprometiendo documentación confidencial. Por ello, en 2018 cabe esperar que los profesionales refuercen sus medidas de seguridad para evitar consecuencias mayores en este ámbito.

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