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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La educación que se necesita en España

Rafael Ricoy

Dijo Leonardo da Vinci que hay tres clases de personas: “aquellas que ven, aquellas que ven lo que se les muestra y aquellas que no ven”. El ansiado pacto educativo sigue pendiente de consenso entre nuestras fuerzas políticas. Pero se habla de posibles acuerdos de mínimos, centrados en aspectos ideológicos, que no abordan la cuestión fundamental: la educación que deberían recibir las generaciones venideras, el conocimiento que les ayudará a prosperar como personas, y a España como país.

Mostrémoslo para verlo. El mundo va a cambiar: ni los mercados ni las empresas ni los trabajos van a ser como hoy los conocemos. El 65% de los estudiantes actuales trabajarán en profesiones que aún no existen. Que estarán relacionadas con materias STEAM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas). Durante los próximos cinco años, la digitalización va a generar en España más de un millón de empleos relacionados con estas materias. Asimismo, la robótica o la inteligencia artificial sustituirán gran número de tareas en las empresas, sobre todo aquellas automatizables. Sin embargo, harán falta técnicos, programadores de esos robots, analistas de datos, impresores 3D… También que el resto de profesionales, desde médicos hasta inspectores, tengan altos conocimientos de tecnología, pues será su herramienta del día a día. Y una tercera evidencia que debemos ver: ya no bastará una formación para toda la vida, una profesión de la que vivir, sino que las personas vivirán formándose.

No parece que el actual modelo educativo esté en condiciones de generar estos profesionales. No fomenta habilidades clave como la creatividad, la inteligencia emocional, el pensamiento crítico o la resiliencia. Nuestros estudiantes de matemáticas y ciencias sacan notas más bajas que la media de la OCDE, con una acusada diferencia entre el rendimiento de alumnas y alumnos. Mientras, casi la mitad de nuestros adolescentes cursarán carreras de ciencias sociales y jurídicas, y sólo el 17% se decantarán por estudios de ingeniería o arquitectura. Por lo tanto, crece la brecha laboral entre los jóvenes que ni estudian ni trabajan y los cientos de miles de puestos que pueden quedar vacantes.

Por mucho consenso político que alcance, de poco servirá un sistema educativo que no contemple esta nueva realidad. Debemos fomentar las vocaciones tecnológicas entre los más jóvenes, la pasión por crear, experimentar e innovar. Hagamos que ellos también lo vean. Frente a la precariedad laboral, esta formación procura empleos de mayor calidad. Según el INE, el salario medio de los profesionales de perfil tecnológico, incluidos los no universitarios, es un 65% superior a la media general del país. Además, estos profesionales tendrán mejores oportunidades de trabajar en organizaciones más modernas y ágiles, en las que desarrollar proyectos apasionantes. Que les brindarán más libertad para conciliar y teletrabajar. Y que competirán por ellos, para captarlos y retenerlos.

Debemos fomentar las vocaciones tecnológicas entre los más jóvenes, la pasión por experimnetar e innovar

Es el momento también de verlo como país. Un informe del IESE publicado este año, en colaboración con la Fundación I+E, señala la mejora de la calidad de la enseñanza en ciencias y matemáticas como un aspecto crítico que España necesita mejorar si quiere incorporarse al grupo de las economías más innovadoras. Pone como ejemplo a Finlandia, Japón o Corea del Sur, países que han apostado por la formación en estas materias, así como por modelos de educación activa, que fomentan la participación del alumno.

Las empresas con ADN innovador, y en concreto las multinacionales con largo recorrido en España, lo vemos y lo queremos mostrar. De ahí que promovamos iniciativas para estimular el interés por las ingenierías, involucrar a las niñas, desarrollar la FP dual… Pero tenemos que hacerlo entre todos. Este país tiene una gran oportunidad, que pasa por aprovechar todo el talento, y las disciplinas STEAM deberían ser una prioridad del sistema educativo si queremos estar y ser alguien en el mundo nuevo que viene. Debemos verlo porque nos jugamos el futuro. Como dijo Galileo, “si comenzase de nuevo mis estudios, seguiría el consejo de Platón y comenzaría con matemáticas”.

Helena Herrero es presidenta de HP España y Portugal y de la Fundación I+E Innovación España.

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