No se puede demandar a Facebook en nombre de otros usuarios

Luchar en los juzgados por el reconocimiento de tus derechos frente a gigantes como Facebook es una cuestión cuando menos complicada. Los procedimientos judiciales son largos y costosos para un ciudadano medio, lo que puede llevarle a desistir de su empeño. Pero ¿qué pasaría si un experto en demandas de este tipo se hiciera cargo de pleitear por ti?

Esto es lo que intenta un activista austriaco desde hace años. Experto en demandas y reclamaciones contra Facebook, consiguió a través de una página web creada al efecto que 25.000 personas le cedieran sus derechos y acciones legales para obtener una indemnización por el uso inadecuado de sus datos personales. Ahora está pendiente de la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea para poder continuar con una demanda colectiva interpuesta en su nombre y en el de otros siete usuarios de Facebook (residentes en Austria, Alemania e India). Solicita una indemnización por la vulneración de sus derechos a la intimidad y a la protección de datos personales.

Según el abogado general, Michal Bobek, el derecho europeo no contempla esta posibilidad y, en unas conclusiones emitidas este martes, propone a los jueces del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que tienen que decidir sobre este asunto que inadmitan este recurso colectivo de consumidores frente a Facebook, declarando que el derecho de la Unión no ampara esta solución procesal. El motivo que alega el abogado general es que los privilegios que concede a los consumidores el derecho comunitario no son aplicables colectivamente, esto es, cuando solo se ceden las acciones para litigar. Uno de estos privilegios, cuestionado por el abogado general en este supuesto, es el de poder demandar a una compañía extranjera como Facebook Ireland, en el país de residencia del consumidor.

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Maximilian Schrems, el demandante, es un profesional de las reclamaciones por abusos de compañías como Facebook .Se dedicada a identificar abusos en las políticas de privacidad de redes sociales sobre la base de la legislación europea y a reclamar por ello. En 2011 interpuso hasta veintidós reclamaciones contra Facebook Ireland ante la Irish Data Protection Commissioner (Comisión de Protección de Datos, Irlanda). En 2013 interpuso otra demanda contra Facebook en relación con el programa de vigilancia PRISM, que dio lugar a la anulación por el Tribunal de Justicia de la Decisión sobre puerto seguro de la Comisión Europea, en el que se basaban la actividad de empresas como Facebook.

En la nueva acción colectiva emprendida contra Facebook, Schrems solicita, entre otras cosas, que se declare la nulidad de determinadas cláusulas del contrato, que cese el uso de datos personales, y una indemnización por daños y perjuicios. El procedimiento se ha sufragado con el apoyo de una empresa de financiación de costes procesales que recibe a cambio el 20 % de las cantidades obtenidas en el procedimiento, y cuenta con el apoyo de una agencia de relaciones públicas.

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Esta modalidad de litigación permitiría a miles de usuarios que consideran vulnerados sus derechos poder demandar a Facebook ante los tribunales del país europeo más favorable a sus pretensiones, simplemente cediendo sus acciones legales a un usuario que residiera en ese país.

Pues bien, el abogado general propone al tribunal europeo que declare que el privilegio del que disfrutan los consumidores en materia de competencia judicial es estrictamente personal y no puede ser invocado en el caso de acciones cedidas con fines exclusivamente procesales. Además, solo al legislador europeo correspondería crear esta vía para recurrir. Por ello no sería posible que Schrems litigara en nombre de otros usuarios de la red social que domiciliados en otros lugares, que no residieran en Austria o que no residan en la Unión Europea.

Si bien, admite Bobek,  esta solución favorecería la tutela judicial efectiva de los consumidores y reduciría el número de juicios paralelos, considera que podría provocar una cesión de acciones descontrolada y deliberada en favor de los consumidores de cualquier jurisdicción con una jurisprudencia más favorable, con costas procesales de menor importe o con una asistencia jurídica gratuita más amplia, lo que podría dar lugar a una sobrecarga de ciertas jurisdicciones.

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Schrems, que está escribiendo una tesis doctoral sobre los aspectos jurídicos de la protección de datos, ha publicado dos libros, ha pronunciado conferencias (en ocasiones remuneradas), ha registrado numerosos sitios web (blogs, peticiones en línea, financiación colectiva de procedimientos contra la demandada), ha recibido diversos premios y ha fundado la asociación Verein zur Durchsetzung des Grundrechts auf Datenschutz («Asociación para el ejercicio del derecho fundamental a la protección de datos»). En «su campaña contra Facebook» se ha rodeado de un equipo de hasta diez personas.

Esta labor o dedicación no ha pasado desapercibida para Facebook, que alega ante el tribunal de justicia que la demanda colectiva no puede interponerse en Austria, lugar de residencia Schrems, puesto que se trata de un profesional o empresario y no de un "débil" consumidor. Sin embargo, el abogado general, tras estudiar el caso, concluye que el conocimiento, el compromiso social o el hecho de realizar actividades tales como publicar, pronunciar conferencias, gestionar sitios web o recaudar fondos para el ejercicio de acciones no conlleva la pérdida de la condición de consumidor. No por lo que respecta a las acciones relativas a la propia cuenta personal de Facebook utilizada para fines privados.

Ahora es el turno del tribunal de justicia, que, una vez leídas las conclusiones de Bobek sobre el caso, deberá decidir si admite la posibilidad de que los consumidores se asocien para conseguir doblegar al gigante Facebook.

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