“Hacer la marcha es fácil, lo duro es vivir constantemente preocupado por el futuro”
Cientos de personas caminan por la península hacia Madrid para reclamar unas pensiones dignas
Son las nueve y media de la mañana del jueves 5 de octubre en Laguna de Duero (Valladolid) y un centenar de personas se prepara para comenzar la jornada a ritmo de música electrónica. Se dan crema en las rodillas, realizan estiramientos, se anudan los zapatos y comprueban que llevan agua para hidratarse. Aunque lo parezca por el ambiente, no son un grupo de jóvenes que va a correr una maratón. Son algunos de los jubilados que marchan desde diferentes puntos de la península en una iniciativa impulsada por los sindicatos CC OO y UGT. Su objetivo: llegar a Madrid el 9 de octubre y evidenciar con esta movilización su demanda por unas pensiones dignas. “Como el recorte de las pensiones está en marcha, nosotros nos ponemos en marcha contra el recorte de las pensiones”, reza uno de sus eslóganes.
Los “andarines” —como se denominan entre ellos— salieron el 30 de septiembre de Santander, Castellón, Málaga, Galicia y Asturias. Estos dos últimos grupos se han unido en el camino con manifestantes procedentes de Castilla-León para realizar una marcha de 10 kilómetros desde Laguna de Duero hasta la plaza Fuente Dorada de Valladolid. Los manifestantes intentan conseguir que se elimine la reforma de las pensiones del PP de 2013 —por la que la revalorización de estas prestaciones no va vinculada a la subida de los precios, lo que facilita que se pierda poder adquisitivo—, e incrementar la financiación de la Seguridad Social para subir las pensiones. Pese a que en cada caminata participan una media de 100 personas, son solo unos cuantos los que realizan el viaje completo de ocho días hacia Madrid. “Hacer esto es un lujo. La gente trabaja y nosotros somos de los pocos que podemos hacer la marcha entera”, explican los "andarines". El fin de semana se unen en su marcha Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, antiguos secretarios generales de UGT y CC OO, respectivamente.
Francisco Trastoy, natural de El Ferrol es uno de la treintena de jubilados que salieron desde Galicia y Asturias hacia la capital. A sus 80 años, sus compañeros bromean con que es el “jovenzuelo” del grupo. Trastoy camina siempre a la cabeza de la marcha, al lado de los que marcan el ritmo, y ataviado con la indumentaria de los sindicatos y un chaleco reflectante. “El camino va bien, me pesan los años, pero como soy menudo no me pesan los kilos”, bromea. Trastoy recibe una pensión 1.700 euros al mes —el 80% de su sueldo como marino mercante— y tiene un hijo en paro que vive con él y al que mantiene. El gallego explica que él es afortunado por lo que recibe, pero que no todo el mundo tiene la misma suerte. En agosto de 2017 se registraron 9.532.495 pensiones, siendo la media 922,17 euros, según la Seguridad Social. Sin embargo, el 27% de las pensiones se sitúa por debajo de los 600 euros, mientras que otro 23% se encuentra entre los 600 y 700. “Los jóvenes de ahora están más preocupados por tener trabajo que por cuánto recibirán cuando se jubilen, y es normal. Por eso nos toca a nosotros defender su futuro”, explica Trastoy.
Los jubilados aseguran que la etapa hasta Valladolid “es una de las fáciles”. Caminando por la carretera y rodeados por un paisaje de pinares, todos coinciden en que lo más difícil es soportar las temperaturas, que superan los 25 grados. En Asturias, cuentan, “había llovizna, y eso se agradecía, aunque es más duro porque son caminos de muchas subidas y bajadas". La marcha es tranquila y se anda con pies ligeros. Los manifestantes cambian los sonidos de las vuvuzelas y los cánticos de “Más pensión y menos corrupción" por conversaciones en petí comité sobre la situación de Cataluña cuando no hay nadie que los escuche. "¿Oye, pero quién va a pagar las pensiones?", pregunta un manifestante por lo bajo a su compañero.
Pepa Mariño, de 72 años, es una de las pocas mujeres que participa en la marcha y la única que llega desde Galicia. La exfuncionaria tiene cinco hijos, uno de ellos está en el paro, que, asegura "no va a poder tener una pensión". "Hacer la marcha es fácil, lo duro es vivir constantemente preocupado por el futuro y la realidad del día a día”, se lamenta. Mariño cuenta con 1.500 euros de pensión. "Yo pondría a los políticos a vivir dos meses con la pensión que recibe una viuda —647,8 euros de media—, ya verás cómo cambiaban", comenta.
Al llegar a la plaza Fuente Dorada, tras dos horas y media de marcha, los "andarines" son recibidos con aplausos. "Nos tratan muy bien allá donde vamos, porque saben que estamos luchando por el derecho de todos", comentan. En Valladolid, rodeados de más de 200 personas, los sindicatos reivindican la necesidad de proteger las pensiones. "Desde hace más de un año se reclama una subida de las pensiones porque hay muchos jubilados en el umbral o en la pobreza", denuncia la secretaria de Políticas Sociales de UGT, Mari Carmen Barrera.
Por su parte, el secretario de Políticas Públicas y Protección Social de la Confederación de CC OO, Carlos Bravo, destaca que el sistema de pensiones "es uno de los elementos fundamentales del Estado del Bienestar y una fuente de renta de un 20% de la población". Ambos han criticado la situación que viven los pensionistas cuando ellos "han sido el soporte y el colchón de muchas familias durante la crisis". "Es una pelea de largo recorrido que estamos convencidos de que tiene posibilidades de llegar a buen puerto en un plazo breve de tiempo, en cuanto al mantenimiento de poder adquisitivo y en el tiempo necesario para garantizar la estabilidad financiera del sistema de pensiones", anima Bravo. En la actualidad está negociándose en el Pacto de Toledo.
Tras los discursos, suena la Internacional y los manifestantes la entonan con el puño en alto. Los manifestantes se retiran a comer, poner los pies en agua y descansar. "Después de eso uno se queda recuperado y con muchas ganas de seguir", comentan los "andarines" que al día siguiente continúan su marcha hasta Segovia. “Hay que luchar siempre. Los obreros, todo lo que hemos conseguido, ha sido luchando. Y en algunas ocasiones, muriendo", recuerda Trastoy emocionado.
La reforma de las pensiones se atasca en el Congreso
Conversaciones lentas
El pasado jueves se produjo la enésima reunión de la comisión del Pacto de Toledo para acercar posturas en la reforma de pensiones. La cita pasó desapercibida. Como las anteriores. La crisis política del año pasado y la catalana de este otoño ha sacado el asunto de los focos. Este lunes los sindicatos CC OO y UGT tratarán de ponerlo en la agenda.
Si se hubieran cumplido los primeros plazos que se manejaban, la reforma de las pensiones para asegurar la financiación de la Seguridad Social ya estaría lista. O al menos, unas primeras recomendaciones del Pacto de Toledo —empezó a trabajar a principios de 2016— que deben servir de guía. No ha sido así. La crisis del PSOE y sus primarias antes del verano y el desafío catalán ahora han dejado a un lado la reforma para taponar el agujero de la Seguridad Social, que el año pasado superó registró unos números rojos de 18.000 millones.
Para reclamar una solución, los sindicatos iniciaron una marcha el pasado 30 de septiembre. Su principal reivindicación consiste en unas "pensiones dignas". Está en el eslogan. No obstante, la concreción de sus propuestas se encamina a derogar la reforma de pensiones de 2013. Pretenden que se elimine el índice de revalorización anual, que según los cálculos de organismos como la Autoridad Fiscal, asegura una cuasi congelación de las prestaciones durante muchos años. Lo que se traduciría en una sustancial pérdida de poder adquisitivo.
Tampoco les gusta el factor de sostenibilidad que vincula la esperanza de vida a la pensión inicial. "Esa reforma no solo afecta a los pensionistas actuales sino que tiene que ver con el sistema de pensiones en su conjunto. Reducirá la tasa de sustitución —el porcentaje de ingresos en la jubilación respecto al sueldo anterior— del 80% actual a menos del 50% para los futuros pensionistas", apuntó el líder de UGT, Pepe Álvarez, al anunciar la marcha.
Para incrementar los ingresos del sistema público, ambas centrales han puesto sobre la mesa de los grupos parlamentarios medidas que "podrían generar hasta 70.000 millones adicionales". "España tiene que decidir si quiere destinar el mismo porcentaje a pensiones que destina Francia o Italia [en torno al 15% del PIB, por un 11% de España]", incidió Unai Sordo, líder de CC OO.
Esas propuestas se hablan, a un ritmo tan lento como el parlamentario, entre los agentes sociales y el Ministerio de Empleo. Y también las han expuesto en la comisión del Pacto de Toledo, cuyos trabajos se han visto afectados en las últimas semanas por lo que sucede en Cataluña. Un ejemplo: a la reunión del jueves no acudieron los portavoces de PDeCAT, antigua CiU, y de ERC. Eso supone que no acudió Carles Campuzano, un histórico de la comisión, que conoce sus engranajes como pocos.
Fuentes de la comisión parlamentaria señalan que en esa reunión hubo algún avance sobre la primera recomendación del Pacto de Toledo: la que trata sobre la separación y la clarificación de las fuentes de financiación de la Seguridad Social. No obstante, las mismas fuentes no son muy optimistas sobre el ritmo de las negociaciones y las posibilidades de que lleguen a buen puesto.
Para intentar cambiar esto, los sindicatos intentarán que su reclamación se escuche hoy. Para eso hoy habrá una manifestación que comenzará poco antes de mediodía desde Atocha y acabará en la Puerta del Sol.
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