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Textiles para cualquier desafío

El riojano Grupo Morón invierte fuertemente en innovación para diferenciarse de sus rivales

El laboratorio del Grupo Morón en Arnedo (La Rioja) parece más un centro de investigación farmacéutica que una empresa textil. Y, sin embargo, de aquí han salido productos como el primer zapato de seguridad homologado en España que utiliza textil reforzado en lugar de acero, que resiste hasta clavos. O un tejido que puede frenar un disparo de una escopeta de perdigones a ocho metros de distancia. O un cuero que seca una gota de agua en dos segundos en lugar de los 30 que tarda la piel de cerdo natural. "Invertimos más de un millón de euros al año en innovación", explica Diego Morón. "Eso nos permite diferenciarnos de la competencia y asegurarnos de que nuestros productos sean verdaderamente funcionales y cumplan las normativas legales".

Laboratorio de Grupo Morón, en Arnedo (La Rioja). Abajo, plantillas fabricadas por la firma.
Laboratorio de Grupo Morón, en Arnedo (La Rioja). Abajo, plantillas fabricadas por la firma.S. Espinosa

La lista de innovaciones no cesa ahí: nuevas microfibras impermeables, transpirables, antibacterianas y antillagas capaces de evitar lesiones al pisar o de disminuir el ritmo cardiaco. Junto a su hermano José Antonio, Diego Morón ha revolucionado la empresa familiar —fundada hace tres décadas por Antonio, su padre, como firma de materiales para zapatillas— y ha logrado distinguirla de las decenas de firmas textiles de Arnedo, la capital riojana del calzado.

El resultado son cuatro patentes internacionales y 12 marcas registradas, que les permiten estar en 55 países (exportando el 60% de su producción) y facturar 45 millones de euros al año (según la propia empresa; ya que las últimas cuentas presentadas al Registro Mercantil, de 2012, registran unos ingresos de 27 millones). La compañía trabaja en cuatro líneas de negocio: la seguridad (que representa un 35% de sus ingresos), que incluye tanto equipos de protección individual como prendas de seguridad (forros, plantillas, microfibras...) así como zapatos de trabajo; le siguen en importancia el calzado de moda (30%), la ortopedia médica (25%) y la fabricación de butacas para cines, anfiteatros y estadios (10%).

En varios de estos sectores, la capacidad de innovar de la empresa le ha permitido alzarse con una posición de privilegio en el mercado, frente a la dura competencia de firmas francesas e italianas. La última gran novedad es una revolucionaria plantilla ergonómica que, calentada, se adapta de forma personalizada a cada pie y, entre sus beneficios, aporta un 44% más de estabilidad frente a la pérdida de equilibrio causante del 27% de los accidentes laborales. "Estamos trabajando en una nueva versión de la plantilla que saldrá a final de año y que no existe en el mercado", explica orgulloso Morón, "porque, además de personalizar la pisada, como hace la competencia, ofrece nuevas prestaciones que se controlarán, por primera vez, desde una aplicación móvil".

Toda una gama

Entre los productos del Grupo Morón se encuentran:

Microfibras. Además de la gama On (Onmicro, Onsteam, Ontex, Ondura, Onclimate y Onshot), incluye el textil Dermodry, así como recubrimientos y otros productos ortopédicos.

Tratamientos textiles. La firma complementa tejidos con aromas a aloe vera y eucalipto, así como recubrimientos antiestáticos, antimanchas, hidrófugos o ignífugos.

Con 110 empleados y un 90% de la plantilla fija, la firma pretende seguir creciendo. Pero esta obsesión por las soluciones innovadoras como arteria principal de su estrategia empresarial tiene sus propias dificultades; no solo es el gasto que supone tener un equipo permanente de investigación, es proteger esa innovación de la voracidad del mercado. "En Europa adquirir una patente ronda nada menos que los 300.000 euros, y su vida útil no excede los ocho años", se lamenta Diego Morón. "Un coste elevadísimo que, sin embargo, estamos asumiendo para defender nuestro producto". No siempre tienen éxito, pero, como reconoce Morón, en la falsificación de sus productos también hay un mensaje: "Observar cómo la competencia nos copia nos dice que estamos en el buen camino".

Esa buena imagen los ha llevado a apostar por su propia marca, lo que les abre de lleno las puertas del mercado chino. En el gigante asiático la competencia siempre ha sido feroz y las enseñas extranjeras deben labrarse una reputación impecable para competir con las falsificaciones locales. No es el único lugar donde quieren seguir expandiéndose. "Trabajamos en la creación de una red comercial europea con la que abordar con mayor fuerza y preparación nuestra penetración en Rusia, una economía difícil", dice Morón.

Financiación

Igualmente, tienen claro que es una estrategia que deberán financiarse por su cuenta. "Buscando subvenciones e invirtiendo siempre en el largo plazo", como resume Morón. Como reconoce Manuel Romera, director del sector financiero de IE Business School, los inversores no se dan codazos precisamente para invertir en empresas como el Grupo Morón. "Las empresas con un fuerte componente investigador se financian a pulmón, a pesar de que necesitan inversiones iniciales fuertes para poner en marcha el proceso de patentes", explica. "El motivo es la incertidumbre en torno a la rentabilidad de sus productos y al tiempo en amortizar estas patentes".

Con casi 30.000 referencias y casi seis millones de euros en materiales, la gestión del inventario es el talón de Aquiles de la firma. "Hay que tener muy controlada la calidad, así como ofrecer un servicio inmediato allá donde sea la entrega", defiende Morón.

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