“Los motores a gasóleo seguirán teniendo un papel esencial”
El vicepresidente y director financiero de Ford Europa prevé la transición digital de su firma
Con 30 años de experiencia en el sector, Steven Armstrong (Reino Unido, 1964) presenta una de las trayectorias más dilatadas de la industria. Ha trabajado en Europa y América; ostentó puestos directivos en Jaguar, Mazda y Volvo —cuando estas compañías pertenecían a Ford— y, en 2012, se convirtió en presidente de la marca en Brasil. Dos años más tarde se hizo cargo de la presidencia de toda Sudamérica y, desde octubre de 2016, es el vicepresidente y director financiero de Ford en Europa. Recibió a EL PAÍS el pasado marzo, en el marco del Salón de Ginebra, y, a lo largo de la entrevista, tocó asuntos tan variados como costes, emisiones, mecánica, conectividad, mercado... Y sigue creyendo en las ventajas del gasóleo.
Pregunta. ¿Cómo se reparten los costes en un nuevo modelo? ¿Qué parte corresponde al motor, chasis, equipamientos?
Respuesta. Es difícil de concretar, entre otras cosas porque varía en cada vehículo, según su tamaño, arquitectura, mecánica... Lo que sí puedo decir es que alrededor del 70% del valor de un modelo procede de los componentes de los proveedores, y el 30% restante lo aporta el fabricante con los motores y el ensamblaje final.
P. La mayoría de fabricantes tratan de encontrar un punto de equilibrio entre diseño, ingeniería, acabados, porque no se suele disponer de recursos para todo sin que el precio se dispare, especialmente en los coches pequeños. ¿Qué sería más importante: tener una buena imagen o lo último en tecnología por dentro?
R. Depende del tipo de consumidor. Algunos clientes compran el coche solo por cómo luce; otros, por aspectos prácticos como el espacio. Pero los consumidores están empezando a otorgar gran valor a la conectividad: USB, Bluetooth, Internet... Y no solo los jóvenes, sino de todas las edades. La conectividad sigue ganando terreno, y por eso acudimos al Mobile World Congress de Barcelona, para mostrar nuestras tecnologías y también para comprobar las últimas tendencias y ver en qué trabajan las compañías tecnológicas. Acabamos de anunciar un acuerdo con Vodafone para el desarrollo de redes 4G en nuestros vehículos, que aportarán una información a bordo mucho más rápida.
P. La industria ha de cumplir el límite de emisiones de 95 g/km de CO2 establecido por la UE para 2021. Pero el nuevo protocolo WLTP de medición del consumo va a aumentar el gasto oficial de los vehículos, alejando la meta. ¿Sigue siendo alcanzable?
R. Sí. Entendemos las regulaciones y tenemos un catálogo de tecnologías disponible para cumplirlas. Confiamos en que se llegará. La industria está hablando con las autoridades para concretar cómo serán los próximos pasos. Habrá que incrementar el uso de soluciones como el apoyo eléctrico, las redes de 48 voltios [12 voltios hoy en día] y también el gasóleo, que sigue siendo competitivo, a pesar de que en los dos últimos años se está enfrentando a situaciones comprometidas, y entiendo el porqué. Pero la norma Euro 6 hace a estos motores muy limpios [equipara su emisión de óxidos de nitrógeno a los de gasolina], y creo que seguirán jugando un rol vital. En ciertos segmentos [de coches] el diésel podría ser sustituido por alguna opción eléctrica, pero el gasóleo es todavía la alternativa más eficiente que tenemos en cuanto a consumo de carburante, y por tanto una parte importante de la solución.
P. Ford fue pionera en los cambios automáticos de 10 velocidades, pero todavía no se ofrecen en Europa. ¿Llegarán?
R. No vamos a hablar hoy de lanzamientos futuros de tecnologías mecánicas, pero dentro de Ford hay una amplia disponibilidad de sistemas de transmisión. Escogeremos la que mejor se adapte a los requisitos de las emisiones y de los conductores, la que añada mayor valor.
P. Los 'millennials' [generación Y, jóvenes nacidos en la década de los ochenta y noventa] parecen no tener interés por los coches y la industria...
R. Bueno, diría que a algunos no les importan los coches...
P. De acuerdo, ¿qué puede hacer Ford para poner a los 'millennials' al volante de un coche?
R. Creo que la respuesta está en el cambio, en pasar a ser no solo una compañía de coches, sino una empresa de servicios de movilidad. Hay una parte de la población, como los millennials y otros colectivos, que no conducen por diversas razones, pero que a pesar de todo necesitan una solución de movilidad. Debemos afrontar una transición desde fabricante de automóviles puro hasta fabricante y proveedor de servicios de movilidad. En el camino, esos millennials usarán nuestras soluciones de transporte, o decidirán comprar un vehículo. No creo que debamos preocuparnos demasiado a corto plazo acerca de si este colectivo adquiere o no un modelo, pero tampoco negar que la movilidad va a cambiar: igual ya no es necesario tener un coche para moverse por la ciudad, porque habrá modelos autónomos. Hemos anunciado nuestro primer coche autónomo de nivel 4 [circula solo y el conductor puede despreocuparse, pero mantiene el volante y los pedales], que trataremos de lanzar en 2021, y se podrá compartir o alquilar, que es justo lo que quieren los millennials para la movilidad urbana. Siempre seremos un fabricante de vehículos: algunos serán autónomos, otros eléctricos, otros permitirán salir del asfalto y rodar por el campo... Ofreceremos una flota de modelos y servicios para cubrir las diferentes necesidades.
P. Los coches modernos son, comparativamente, más asequibles que los de antes. Sin embargo, una parte del público no lo entiende así, porque al acceder a un vehículo echan en falta elementos que antiguamente sí veían, y tienden a interpretarlo como un ahorro de costes: faltan los asideros del techo, el indicador de la temperatura del agua...
R. Podríamos pasarnos una hora explicando por qué los coches de ahora son mejores y más completos que los de antes. Creo que se nos está acabando el tiempo, pero los automóviles tienen más sistemas de seguridad activa y pasiva, están repletos de tecnología, aunque a veces esa tecnología no se ve, o no quieres verla, porque solo entra en escena cuando aparece un problema. La reducción del consumo de combustible es otro avance notable. El Fiesta ST, por ejemplo [variante deportiva], lleva un motor 1.5 turbo de tres cilindros fabricado al completo en aluminio, con inyección directa, turbo y desconexión de cilindros para gastar menos. Y entiendo que puede ser difícil para un consumidor normal llegar a valorar toda esta técnica. La potencia también ha mejorado, porque un motor de 2.000cc de hace 10 años generaba menos potencia y consumía más que los que se utilizan ahora, como el 1.5 turbo del Fiesta. Y, finalmente, la conectividad: bluetooth, navegación, 12 altavoces, toma USB para escuchar la música preferida... Todos estos elementos creo que compensan perder los asideros del techo...
P. Debería haber mencionado también la rueda de repuesto [que tiende a desaparecer]....
R. [Sonríe] Muy bien...
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