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Cómo invertir cuando sube la inflación

El repunte de los precios mete presión a la renta fija y desempolva el atractivo de los sectores bursátiles más cíclicos

David Fernández
GETTY

En lo más oscuro de la crisis, la deflación se abría paso como un fantasmagórico espectro. Ahora los precios han invertido su tendencia en casi todas las áreas económicas. En EE UU el IPC se sitúa en el 2,5%, su nivel más alto desde 2012; en la zona euro ha llegado al 2%, umbral a partir del cual empiezan a sonar las alarmas en Fráncfort, sede del BCE; y en España ha escalado hasta el 3% cuando hace menos de un año el indicador era negativo.

Los expertos matizan que la vuelta de la inflación, sobre todo en Europa, se debe en gran medida a la recuperación del precio del petróleo. Y recuerdan, además, que el dato subyacente — no tiene en cuenta para su cálcu­lo la evolución de los productos más volátiles— sigue estable. Dicho esto, reconocen que el escenario ha cambiado y que cuando los precios suben hay que replantearse las estrategias. Ya se sabe, el mercado es un juego de suma cero, y cuando algún factor beneficia a determinados activos, perjudica a otros. “No creo que los precios se vayan a desbocar, pero está claro que la deflación ya es cosa de pasado y hay que revisar las tesis de inversión”, reconoce Joaquín Casasus, director general de Abante.

La experiencia señala que, cuando los precios suben, el activo más perjudicado es la renta fija. La inflación pone en alerta a los bancos centrales que tiran de manual y suben los tipos de interés para mantener la situación bajo control. Mientras que en EE UU ese escenario ya se está materializando, en Europa el BCE mantiene su política monetaria expansiva. La duda es cuánto aguantará: los últimos datos del IPC han removido del sillón a más de uno en Alemania, donde la inflación es una especie de anatema. “Si eso ocurriese el mercado se anticiparía y empezaría a descontar un posible encarecimiento del dinero, lo que se trasladaría a subida en las rentabilidades de los bonos. Eso significaría caída en el precio de la deuda, infligiendo pérdidas, en algunos casos severas, a muchos inversores”, según Mario Lafuente, gestor de Atl Capital.

En este escenario, los inversores más conservadores que quisieran mantener su exposición a la renta fija siempre pueden usar los bonos ligados a la inflación. Este producto devenga un cupón fijo, pero a lo largo de su vida incrementa el principal de la inversión según la evolución de un índice de precios. “Es un tipo de activo un poco técnico y conviene entrar a través de fondos. Además, al ser un bono, aunque el tipo de interés no perdería poder adquisitivo, su precio a largo plazo caería”, recuerda Fernando Hernández.

Hay que buscar empresas que tengan la capacidad de trasladar la subida de precios a los clientes

Los expertos coinciden en señalar a los denominados activos reales (Bolsa e inmobiliario) como los que mejor comportamiento tienen en un entorno inflacionista. Eso sí, no a todos los sectores bursátiles les sientan bien crecimientos en los precios, por lo que conviene discriminar. James Sym, gestor de Schroders, cree que las compañías de telecomunicaciones se encuentran entre las principales beneficiadas. “Después de un intenso periodo de competencia entre operadores, vemos cómo empiezan a subirse las tarifas en muchos mercados europeos. Esto está ocurriendo con la aceptación tácita de Gobiernos y reguladores, ya que las compañías tienen que realizar fuertes inversiones en redes de fibra y tecnología 5G”, argumenta.

Otro sector que señala Sym como interesante para que el inversor se aproveche de la inflación es el de los valores ligados al consumo. “El mercado laboral está mejorando y eso podría generar revisiones al alza de los salarios, lo que generaría un entorno más favorable para el consumo. Además, muchos negocios ligados a este sector, como los fabricantes de componentes para coches o las empresas de distribución, cotizan baratos si tenemos en cuenta el crecimiento de beneficios estimado”.

La subida de tipos de interés ligada a mercados inflacionistas también beneficia a los bancos. “Las entidades financieras llevan ocho año muy castigadas. Han sido el patito feo y en los últimos meses empiezan a despertar. Los márgenes de intermediación sufren mucho cuando los tipos son bajos, y ahora esa situación puede empezar a cambiar”, según Casasus.

Cuando el IPC enfila la cuesta arriba, es importante para el inversor buscar compañías que puedan trasladar rápidamente ese aumento de precios a los consumidores. “Esa habilidad la tienen las compañías de alimentación, los gestores de autopistas o aquellas empresas que explotan las redes energéticas”, señala Lafuente.

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.

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