Turismo, inseguridad y oportunidad
El sector tiene que aprovechar la oportunidad para fidelizar a los grupos de turistas que ha ganado
El final de 2016 traerá nuevas cifras récord para el sector turístico español. Esta evolución ha sido fundamental para una economía que, después de la crisis, necesitaba incrementar su exposición a la demanda externa y desarrollar sectores intensivos en el uso de mano de obra. El crecimiento reciente del sector refleja mejoras estructurales, pero también es el resultado de factores temporales, cuyo impacto podría revertirse a medio plazo, por lo que es especialmente importante aprovechar las oportunidades que la situación presenta.
¿Qué explica esta buena evolución? En primer lugar, el buen comportamiento de economías que tradicionalmente han sido una fuente importante de turistas, como la alemana o la británica. En segundo lugar, el crecimiento espectacular de la demanda no habitual como consecuencia del proceso de globalización y del subsecuente incremento en las rentas observado en países que, en el pasado, no habían sido demandantes de servicios españoles. En tercer lugar, el sector ha mejorado su competitividad considerablemente, en parte fruto del fuerte ajuste de la demanda interna y de la situación del mercado laboral, pero también como consecuencia de un proceso de reestructuración y consolidación. A lo anterior se ha añadido la caída de los precios del petróleo o la reducción de los tipos de interés, que han permitido mantener los costes bajo control aún en un entorno de crecimiento. Finalmente, la recuperación y las reformas implementadas han supuesto que la inversión se incremente.
En cualquier caso, estos factores no son capaces de explicar por completo la evolución del sector. En particular, mientras que durante los últimos años España se ha consolidado como uno de los países más seguros del mundo, algunos de los principales países competidores del sector han pasado por eventos que han deteriorado su atractivo para los turistas europeos. Así, se estima que del aumento observado de las pernoctaciones de extranjeros desde 2010, alrededor de un tercio se explica por una peor percepción sobre la seguridad en países competidores.
A corto plazo, no existe razón para pensar que esta situación se revertirá. En todo caso, el sector tiene que aprovechar la oportunidad para fidelizar a este grupo de turistas “prestados”. Para lo anterior, es necesario consolidar la mejora de la competitividad a través de un mayor gasto en inversión, tanto en capital físico como en humano. Esto implica trabajar con el sector público, para mejorar la formación de los trabajadores e incrementar la calidad del servicio. Por su parte, las administraciones públicas deberían implementar una regulación que apoye la competencia en igualdad de condiciones, que reduzca los costes de apertura y operación en el sector y que incentive la inversión. Todo lo anterior aceleraría la creación de empleo y la mejora de los salarios.
Miguel Cardoso es miembro de BBVA Research.
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