Expertos piden nombrar a mujeres directivas por cuotas
Fedea constata en un informe la desigualdad de género en el mercado laboral y propone avanzar en la conciliación laboral
Las mujeres están discriminadas laboralmente. El centro de estudios de economía aplicada (Fedea) presentó este lunes un estudio en el que analiza la situación de las mujeres en el mercado laboral. El informe constata la desigualdad de género en el trabajo y muestra como a pesar de tener una mejor formación, las mujeres tienen más dificultades para acceder al trabajo, los que consiguen son de peor calidad, cobran un 20% de media menos, sobre todo por la parte variable, y están infrarrepresentadas en los puestos de responsabilidad.
El panorama resulta vergonzante. El medio centenar de gráficos ofrecidos por los investigadores de Fedea, José Ignacio Conde-Ruiz, e Ignacio Marra, muestran cómo "a pesar de que se han producido avances muy importantes en las últimas dos décadas, sin embargo, la situación sigue siendo muy preocupante".
Para combatir este fenómeno, los autores del estudio proponen avanzar en la conciliación laboral y establecer cuotas graduales y temporales de representación femenina en las empresas. Entre las medidas de conciliación, Fedea propone extender "los servicios públicos de cuidado y educación infantil entre los niños de 0 a 3 años".
Además, propone mejorar el sistema de bajas parentales, con días obligatorios y exclusivos para ellos o incentivos salariales para promover el reparto equitativo de la baja. Respecto al techo de cristal (a mayor responsabilidad, menos mujeres), los investigadores plantean imitar el modelo italiano para implantar cuotas de género de forma gradual y temporal para los consejos de administración, con un sistema transparente de plazos de instauración y sanciones por incumplimiento. "España no se puede permitir perder una fuerza laboral y de tanto talento", ha manifestado Conde-Ruiz, que ha planteado en seguir la estela de la reforma aprobada en Italia frente al modelo Noruego, que no ha tenido tanto éxito.
El modelo italiano establece cuotas obligatorias pero de forma gradual, de forma flexible y temporal. De modo que cuando se alcancen esas tasas de representación femenina en los consejos de administración de las empresas deje de ser obligatorio. Según las cifras aportadas por el investigador, en Italia las mujeres consejeras ya suponen más del 30% del total frente a cerca del 10% en España.
También plantean fórmulas para mejorar la conciliación, como reforzar los permisos de paternidad. Para conseguir que los padres tomen efectivamente estos permisos y repartir de forma equilibrada el periodo de baja, Fedea, el principal think tank económico, plantea que los permisos de paternidad no sean transferibles, periodo de baja obligatorio de uno o dos días y establecer incentivos como en Alemania, de tal forma que cuanto más días de baja tenga el padre, más días podrá disfrutar la madre o tendrá una mayor remuneración.
Incorporación al trabajo tardía
La radiografía muestra como la incorporación de la mujer al mercado de trabajo ha sido fulgurante desde los años noventa lo que propició una época de crecimiento económico sostenible hasta que la crisis financiera echó por tierra muchos de los avances. "Un resultado de este fenómeno (la tardía incorporación de la mujer al trabajo) es que la edad media de las mujeres que trabajan es menor que en otros países de nuestro entorno", explica el informe.
Durante las tres últimas décadas, se ha alimentado una tendencia que ha culminado en que las mujeres acumulan una mejor formación que los hombres. Este fenómeno se da en todas las generaciones inferiores a 50 años. La brecha entre las mujeres y los hombres con estudios universitarios es cada vez más favorable a ellas y la diferencia se amplía conforme se baja en los grupos de edad. "Cerca del 43% de las mujeres en el mercado de trabajo español había terminado estudios universitarios frente a un 36% en el caso de los hombres", desgrana el informe.
Uno de los desequilibrios que afloran las estadísticas que analiza el estudio es que a pesar de tener más nivel educativo, las dificultades para encontrar trabajo son mayores y una vez que lo encuentran las condiciones laborales son peores. Así, la tasa de desempleo femenino es de media unos seis puntos superiores al de ellos. Aunque la brecha se ha reducido por la crisis financiera y el colapso del sector inmobiliario, donde la destrucción de empleo afectó mayoritariamente a los hombres. Y con la salida de la recesión la diferencia está volviendo a crecer.
Las mujeres que trabajan, además, lo hacen en peores condiciones. Las tasas de parcialidad no deseada (el subempleo) son especialmente elevadas en las mujeres. El 57% de trabajadoras está ocupada a tiempo parcial porque no ha logrado encontrar un trabajo a jornada completa: 1,165 millones de mujeres se encuentran actualmente en esta situación, más del doble que los hombres que se encuentran en la misma tesitura. "Esto apunta a una importante carencia de puestos de trabajo a jornada parcial de calidad, con el resultante efecto añadido sobre la dificultad para compatibilizar trabajo y familia", concluye el documento de 103 páginas titulado Brecha de género en el mercado laboral español.
La parte variable explica la diferencia
Conde-Ruiz explica que la brecha salarial entre hombres y mujeres ronda el 20% en detrimento de ellas. Este cálculo es por hora trabajada y se han realizado estimaciones considerado la experiencia y la formación, en ambos casos se mantedría la distancia. "La concentración de mujeres en ocupaciones con salarios relativos bajos es muy probablemente un factor relevante a la hora de entender las diferencias", sostiene el estudio. Conde-Ruiz explicó que la diferencia se produce sobre todo en la parte variable del salario. De hecho, en sectores donde los convenios colectivos imponen igualdad de condiciones las diferencias se amplían con la antigüedad por el mayor peso de la parte variable de la nómina.
Los desequilibrios se extienden al desarrollo profesional. "Hay un mayor porcentaje de mujeres sobrecualificadas para el puesto que desempeñan", admite Conde-Ruiz. Al tiempo que insiste en el problema del "estancamiento de la tasa de mujeres que alcanza puestos de responsabilidad".
La conclusión de este fenómeno, según el documento, es que existe una importante infrarrepresentación de mujeres en las instituciones públicas españolas, especialmente en los cargos más altos del servicio diplomático, el poder judicial y el gobierno regional y local. "La proporción de mujeres en instituciones públicas tiende a decrecer a medida que aumenta el nivel de autoridad", deslizan los investigadores de Fedea.
En el sector privado ocurre algo similar pero más agudizado. Las mujeres ocupan solo el 10% de las posiciones de mayor liderazgo de las grandes empresas. El 17% de los asientos de los consejos de administración de estas empresas está ocupado por ellas. Esta tasa es inferior a la del resto de países de nuestro entorno.
Las tareas del hogar generan desigualdad
Pese a la fuerte incorporación de la mujer al trabajo —el aumento de la participación laboral de ellas en los últimos 15 años ha sido el mayor de la UE— la desigualdad persiste en el reparto de las tareas domésticas.
"Las mujeres dedican de media por encima de dos horas más al día a tareas domésticas (incluyendo cuidado infantil) que los hombres", concluye el informe.
La retahíla de estadísticas que muestran el desequilibrio en el reparto de las tareas del hogar también explican la desigualdad laboral. "Es probable que la combinación entre altas tasas de participación y la fuerte segmentación en la realización de las tareas del hogar puede tener un efecto significativo sobre las tasas de fertilidad y otras brechas en el mercado laboral".
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