El negocio de ser más verde
Grupo Griñó cuadruplica su volumen y se vuelca a producir combustibles reciclados
La meta del Grupo Griñó, una empresa familiar que nació hace 80 años para transportar residuos, es ser uno de los cinco grandes operadores españoles de la recogida de residuos y de su transformación en energía y combustibles verdes. La compañía leridana ya ha cuadruplicado su tamaño con la compra de un competidor cuatro veces mayor (cerrará 2016 con unos 95 millones de euros), y prevé crecer mediante la adquisición de empresas y por la explotación de las energías limpias derivadas de los residuos. Entre este año y 2018 tiene previsto empezar a comercializar varios de estos combustibles verdes para vehículos.
El grupo está implantado en Colombia, Chile, Alemania, Francia y Oriente Medio, pero ha decidido concentrar su crecimiento en España para aprovechar las oportunidades brindadas por la crisis en el sector de los servicios medioambientales, donde hay un conjunto de pequeñas firmas en venta. Los movimientos se han producido incluso entre los gigantes que dominan el mercado: ACS, Ferrovial, FCC, Sacyr y Acciona. ACS acaba de vender Urbaser a la china CNTY para hacer caja, camino que podría seguir FCC o Sacyr para desapalancarse.
“Lo bueno del sector de servicios medioambientales es que tiene una capacidad de crecimiento enorme para adaptarse a la normativa europea. El objetivo europeo para 2020 obliga a reducir la tasa de basura que va al vertedero al 50%, y España está muy alejada de esta cifra. Para cumplirla hay que potenciar el reciclado y la valorización energética para transformar el residuo en energía”, asegura Jordi Castiñeira, socio de Deal Advisory de KPMG.
Griñó cerró 2015 con una facturación de 25 millones de euros, y prevé rondar los 95 millones al terminar 2016 gracias a la compra de Grupo Hera y tras asumir su deuda de 57 millones de euros el pasado mes de marzo. “Ambas empresas compartíamos la actividad principal y nos complementábamos en territorios y en activos. Ahora llegamos a todas las comunidades autónomas y cerramos la cadena de valor de la actividad de recogida, tratamiento y transformación de residuos urbanos e industriales en energías verdes. Además, con Hera hemos entrado en la actividad de tratamiento de aguas y de suelos contaminados”, explica Joan Griñó, consejero delegado de Grupo Griñó.
La operación de compra convierte a la compañía catalana en la sexta firma española de recogida y tratamiento de residuos. Los bancos bendijeron la operación, aunque ambas empresas sumaban una deuda de 71 millones de euros. “Las sinergias de ambas empresas pueden generar importantes ahorros, que estimamos en seis millones de EBITDA (beneficio operativo) al año”, apostilla Fernando Pérez, director de servicios corporativos del grupo, para justificar la apuesta de los inversores.
La firma está creciendo a golpe de comprar otras empresas del sector
El nuevo grupo realiza una fuerte apuesta por el desarrollo de tecnologías para obtener energías verdes de los residuos, actividad iniciada hace 10 años. “El 80% de las personas vivimos en las ciudades y hemos multiplicado por 1.000 los residuos generados. Se recicla el plástico, el cristal y el papel, y llevar el resto al vertedero es algo insostenible. El futuro del negocio de la valorización energética es enorme”, explica Joan Griñó.
Esfuerzo inversor
El esfuerzo inversor ha sido grande para una pyme. “Entre 2009 y 2010, invertimos 12 millones de euros en una planta para transformar los residuos en CSR (combustible sólido recuperado) que sustituye a los combustibles fósiles utilizados por las cementeras, y en transformar CSR en diésel R para automoción. Fuimos la primera empresa española en hacerlo, y obtuvimos un premio europeo de innovación por ello”, recuerda Joan Griñó, que además investiga las tecnologías para obtener del biometano (generado por los residuos orgánicos) gas comprimido e hidrógeno para vehículos (estaban en Hera).
La división de energías alternativas del grupo es la de mayor futuro, y para potenciarla ha mantenido la inversión del 2% de los ingresos en I+D+i, incluso en los peores años de la crisis (entre 2011 y 2012 llegaron a pérdidas). “Será la futura palanca de crecimiento. Vendemos CSR [líquido para limpiar cemento] a los grandes grupos cementeros españoles, y nos queda recorrido. Estamos poniendo los pilares para explotar gas comprimido, diésel R [reciclado] e hidrógeno para vehículos de forma comercial”, añade Joan Griñó, que prevé dar un salto en el crecimiento de la empresa con la entrada en los combustibles para vehículos.
La compañía prevé comercializar el gas comprimido para vehículos en este año, diésel R en año y medio, e hidrógeno en un par de años. “Transformar un vehículo para que consuma gas comprimido o hidrógeno es algo habitual, cuesta hasta 3.000 euros y sale a cuenta en los vehículos de gran uso. El diésel R sustituirá sin más al diésel y al biodiésel porque no habrá que adaptar los vehículos que hay en el mercado”, explica Griñó. Las gasolineras españolas ya se preparan para vender gas comprimido para vehículos, mientras que Francia es quien apuesta por el hidrógeno como combustible vehicular.
El grupo decidió cotizar en el MAB para lograr apoyo financiero y transparencia
Griñó decidió cotizar en el MAB (Mercado Alternativo Bursátil) para ganar transparencia y tener una vía de financiación alternativa a la bancaria. La semiparálisis del MAB es un handicap, y la firma se plantea la posibilidad de crear un vehículo inversor con las tecnologías del grupo para cotizar en el mercado alternativo francés, más receptivo a este tipo de iniciativas. El reducido precio del petróleo planea como un segundo handicap sobre la empresa, porque eso desincentiva la inversión en energías verdes. “La sociedad va a combustibles bajos en carbono, y la normativa europea empuja en esa dirección”, insiste Griñó.
Servicios que crecen
El sector español de servicios urbanos facturó 5.310 millones de euros en 2015, según el Observatorio Sectorial DBK de Informa D&B, un 0,6% más que en 2014. Los datos indican una vuelta al crecimiento, tras varios años de caídas, y el fuerte impulso del negocio exterior (supone un tercio de los ingresos) ha contribuido a la mejora. DBK Informa prevé un crecimiento del negocio español, que en 2016 será del 1,3%, y del 2% en 2017.
Cinco empresas concentran el 69,6% del sector, y las 10 primeras superan el 76% de este. El resto está repartido entre 110 pymes.
La recogida y transporte de residuos supone el 36% del negocio del sector, mientras que el tratamiento y la eliminación de los residuos suma otro 26,5% de los ingresos, el 24% procede de la limpieza viaria, y el 13,3% es la factura de la jardinería y servicios menores.
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