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BlaBlaCar dice que su conductor que más ganó obtuvo 3 euros en un año

La plataforma de transporte compartido, que vuelve esta semana a los juzgados, insiste en que la actividad no tiene ánimo de lucro

Ramón Muñoz
Un conductor de BlaBlaCar charla con los pasajeros.
Un conductor de BlaBlaCar charla con los pasajeros.BlaBlaCar

La plataforma por Internet de coches compartidos BlaBlaCar deberá demostrar el miércoles en los tribunales que no es una empresa con ánimo de lucro, como le acusa la patronal de autobuses, sino una red social de coches compartidos. Para defenderse, asegura que ningún conductor español ha ganado realmente dinero transportando a otros viajeros al realizar un trayecto entre distintas ciudades y tan solo dos de ellos obtuvieron más ingresos en el último año que los costes en que incurrieron en sus viajes.

En concreto, según la compañía, estos dos conductores que lograron ganancias obtuvieron un beneficio de solo 2 y 3 euros, respectivamente en un año, según un estudio encargado por la propia plataforma. El estudio con el que se defenderá BlaBlacar, realizado por la consultora Roland Berger entre agosto de 2014 y agosto de 2015, determinó que únicamente el 0,005% de los conductores de BlaBlaCar en los 22 países en los que opera obtuvieron un balance positivo de más de 10 euros en un año, considerando la diferencia entre sus costes de viajar (gasolina, desgaste de los componentes del coche, seguro, impuestos, peajes y otros) y las aportaciones realizadas por los pasajeros. Ninguno de ellos era español, por lo que BlaBlaCar se agarra a estas cifras para decir que nadie puede acusar a los conductores que usan la plataforma realicen una actividad profesional o tengan ánimo de lucro en España.

Este será uno de los argumentos principales que use BlaBlaCar en el juicio cuya vista oral se celebra este miércoles, día 11, en Madrid, por la demanda que interpuso Confebus, la patronal del transporte de viajeros por autocar, contra la plataforma a la que acusa de suponer una competencia desleal a su actividad, al amparar a conductores que realizan un transporte profesional de viajeros, con ánimos de lucro, pero sin la licencia ni los permisos oportunos.

Tras salvar un primer asalto el pasado mes de febrero, cuando el titular del juzgado de lo mercantil número 2 de Madrid rechazó el cierre cautelar de la página web como pedía Confebus, la justicia debe dirimir ahora el fondo del asunto.

¿Red social o empresa de transporte?

BlaBlaCar niega, como le acusa Confebus, ser una empresa de transporte encubierta de viajeros, porque se limita a poner en contacto a usuarios particulares que pretenden ahorrar gastos al realizar un mismo trayecto. Es pues, una red social, y no precisa licencia de transporte. De esta forma, su actividad no estaría reglamentada por la Ley de Ordenación del Transporte sino por la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información (LSSI).

Confebus le acusa de competencia desleal

Confebus también esgrime informes para defender su postura. Según el que consta en el sumario, realizado por una de una agencia de detectives entre julio de 2014 y abril de 2015, se constata, que BlaBlaCar funciona como una empresa encubierta de transporte por carretera, que se hace cargo de los seguros de los conductores a través de AXA, cobra comisiones de cada pasajero (entre el 10% y 20%) e incluso defiende a los usuarios que han sido investigados por los servicios de inspección del Ministerio de Fomento.

La patronal de autocares entiende que es una competencia desleal porque todos los viernes la plataforma online ofertaba 2.162 plazas frente a las 6.812 de las empresas de autocares, lo que supone un 32% de impacto en el mercado. También acusa a BlaBlaCar de suponer un peligro de inseguridad para los viajeros, al no detentar los permisos ni los seguros de una actividad profesional y aportó documentos que, según su defensa, demuestran que algunos conductores de la plataforma tienen a BlaBlaCar como principal actividad profesional.

Afirma que el 96,3% de los conductores de BlaBlaCar realizaron dos o menos viajes al mes de media, por lo que el uso de la aplicación es “absolutamente ocasional”. Y el 97,6% de los conductores recibieron aportaciones totales por parte de pasajeros inferiores a los 50 euros al mes.

La red social, que cuenta con 2,5 millones de usuarios en España, también intenta desactivar el otro argumento de la acusación, de que le está restando el 20% de su negocio. Para ello, va a aportar otro estudio de la consultora Compass LexEcon, que concluye que aún asumiendo que todos los pasajeros de BlaBlaCar hubieran viajado en autobús de no existir la plataforma de coche compartido, el posible impacto nunca sería superior al 0,3%, dada la enorme diferencia de tamaño entre la actividad del autobús y el número de personas que viajaron en BlaBlaCar durante el año estudiado.

Un largo proceso judicial

Además, indican que la sustituibilidad entre ambos medios de transporte es muy limitada. No sólo porque la experiencia de viajar en coche compartido es radicalmente distinta a viajar en autobús (hay que socializar, quedar con otras personas, etcétera.) y no todo el mundo tiene por qué estar dispuesto a cambiar una por la otra; sino por el hecho de que el 65,6% de los viajes ofrecidos en BlaBlaCar no cuentan con conexión directa equivalente en autobús.

Además, desde la plataforma aseguran que el transporte de viajeros por autocar ha crecido en lo que va de año, lo que demuestra que el problema no era la competencia de la plataforma sino la crisis, que han sufrido otros medios de transportes.

El largo proceso judicial no ha hecho más que empezar. Se estima que habrá una primera sentencia del juzgado de lo mercantil antes de que finalice el año. Pero las partes pueden recurrir posteriormente a la Audiencia Provincial y, en último término, al Tribunal Supremo. El director general de BlaBlaCar en España, Jaime Rodríguez, ya ha asegurado que llegarán hasta el final, porque entienden que no se pueden perseguir este tipo de proyectos de economía colaborativa. Apuntan que otros países como Francia o Alemania están favoreciendo el transporte compartido y que en España están negociando con algunos ayuntamientos para implantar medidas como puntos de recogida de viajeros.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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