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Las reservas chinas de divisas repuntan tras cuatro meses de caídas

Más de 9.000 millones de euros entran en las arcas del Estado en marzo. Las salidas de capital se frenan

Una máquina cuenta billetes de 100 yuanes en un banco de Pekín.
Una máquina cuenta billetes de 100 yuanes en un banco de Pekín.KIM KYUNG HOON (REUTERS)

Las reservas chinas en moneda extranjera experimentaron un leve repunte en marzo tras cuatro meses de caídas consecutivas. Durante el mes pasado China logró sumar 10.260 millones de dólares (unos 9.024 millones de euros) a su ingente hucha estatal, de la cual el Gobierno ha necesitado tirar para estabilizar el valor de su moneda, el yuan, y frenar el ritmo de salidas de capitales. Las reservas de divisas extranjeras se quedaron en los 3,21 billones de yuanes (2,82 billones de euros), según datos del Banco Popular de China.

El crecimiento -aunque leve- indica que Pekín está usando menos dinero que antes para soportar el valor del yuan. En marzo, de hecho, la moneda china se apreció hasta un 1,5% frente al dólar estadounidense, lo que parece haber tranquilizado a los inversores y alejado la posibilidad de una depreciación continua y a gran escala del yuan. Desde el pasado noviembre las reservas de divisas habían caído mes a mes hasta niveles mínimos del año 2011.

La relativa tranquilidad en marzo, sin embargo, no significa que las fugas de capital en China se hayan detenido ni mucho menos revertido. "El aumento de las reservas de divisas es todavía pequeño teniendo en cuenta que el superávit comercial por sí solo debería haber contribuido en al menos 30.000 millones de dólares, lo que sugiere que el dinero ha salido del país a través de otros canales no comerciales", asegura Iris Pang, economista de Natixis, en una nota a clientes.

La continua desaceleración de la segunda economía mundial, las turbulencias en sus mercados financieros y la subida de tipos en Estados Unidos, entre otros factores, han provocado que China cerrara 2015 con una cantidad récord de salidas de dinero, aproximadamente unos 920.000 millones de euros, según cálculos de Bloomberg. Se trata de un fenómeno inédito en China, un país que desde principios de siglo ha sido receptor neto de capitales por sus buenas perspectivas.

Las autoridades confían en que un yuan relativamente estable y una racha de datos económicos que no apunten a un empeoramiento claro de la economía calmen a los inversores y frenen esta tendencia. Pero la presión sobre China, advierten los analistas, podría incrementarse de nuevo si en junio Estados Unidos decide volver a subir los tipos, algo que fortalecería el dólar y haría caer el valor del yuan (y por ende el de los activos valorados en esta última moneda).

Sin embargo, Julian Evans-Pritchard, economista de Capital Economics, no espera que las salidas de capital se descontrolen por este factor. "A menos que una crisis económica más profunda desencadene una fiebre a las empresas y hogares chinos por sacar activos en el exterior -algo que no hemos visto hasta ahora y que creemos poco probable- el Banco Popular de China cuenta con suficiente artillería para mantener el yuan en niveles estables", explica.

China publicará la semana que viene varios indicadores que permitirán valorar la evolución de su economía en lo que va de 2016, algo hasta ahora complicado debido a las distorsiones que generan las vacaciones del Año Nuevo chino, que cada ejercicio se celebran en fechas distintas, lo que dificulta la comparación. El gigante asiático creció un 6,8% en el último trimestre de 2015, la cifra más baja del último cuarto de siglo, y se espera que siga ralentizándose en el futuro. Los amplios estímulos en materia fiscal y monetaria aprobados durante el año pasado, sin embargo, también deberían dar un empujón que evite una caída brusca.

En su informe anual de perspectivas para Asia, el Banco Asiático de Desarrollo (BAD) augura que China crecerá este 2016 un 6,5%, una tasa que coincide con el mínimo establecido por Pekín (6,5%-7%), y un 6,3% en 2017. El organismo decidió revisar a la baja sus cálculos debido al enorme problema de exceso de capacidad industrial que sufre el país.

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