Pioneros del diseño

En territorio hostil o, al menos, con rumbo a lo desconocido. Es lo que tuvieron que afrontar los cuatro protagonistas de este reportaje, que comparten muchas cosas y una en especial: se arriesgaron desde muy jóvenes a abandonar la zona de confort que ofrece el hogar familiar para perseguir su sueño: diseñar automóviles. Y se lanzaron a explorar caminos desconocidos hasta entonces por el resto de sus paisanos.

Ahora, dos o tres décadas después, han superado las expectativas más optimistas, ocupan puestos de responsabilidad en marcas muy codiciadas y han puesto su firma en algunos de los modelos más populares o icónicos de los últimos años. Se llaman Frank Stephenson Santos, el más veterano; Alejandro Mesonero-Romanos, César Muntada y Eduardo Ramírez Carcamo, los tres de la misma promoción. Y son los pioneros del diseño español del automóvil. Todos han triunfado en lo que se propusieron, pero sobre todo derribaron los muros para abrir el camino que ahora recorre, ya sin el menor complejo, una nueva generación de compatriotas que ha elegido la misma profesión.

“Muchos padres dicen a sus hijos que el arte no tiene salida. El mío decía que cualquier profesión se paga bien si eres el mejor, que siempre hay hueco para los buenos”, recalca con cierto brillo en los ojos Frank Stephenson (Casablanca, 1959), ‘Curro’ para los amigos. Este diseñador de padre noruego y madre malagueña estudió el bachillerato en Madrid y fue el primero en alcanzar la notoriedad internacional. “Mi cultura es más española porque el diseño sale del corazón, viene más del arte y la pasión. La de mi padre, un nórdico criado en América, era más fría y técnica. Yo tengo de los dos, porque me gusta la tecnología, pero mi madre es más artista: flamenco, arte, danza...”.

Entre California y Londres

Tras acabar sus estudios y pedir a sus padres un año sabático –que se prolongaría varios más– para correr en motocross, primero en Andalucía y luego en España, en 1982 recibió el clásico ultimátum familiar: ‘O vuelves a estudiar o trabajas’. Y eligió lo segundo: “Había oído hablar del Art Center College of Design de California, que enseñaba diseño de automóviles, y, como desde pequeño había dibujado coches, pedí a mi padre irme allí. Me dijo que sí, pero que tenía que ser el mejor. Escribí, y me solicitaron 12 dibujos para ver si tenía talento. Se los mandé y me admitieron”.

Frank pensó que ya había superado lo más difícil, pero no era así. “Ya nos avisaron el primer día: ‘Sois 30 afortunados, porque evaluamos cada año a 4.000 personas que quieren venir. Pero lo peor empieza ahora: nunca han acabado más de 10’. Y tenían razón. Estás de nueve de la mañana a diez de la noche en el Art Center, y así de lunes a sábado, y sigues después en casa. El domingo no sales para poder recuperarte. En cuatro años no dormí cuatro horas diarias de media ni fui nunca a la playa. Por eso acaban tan pocos, no aguantan el ritmo”.

Los caminos que recorrieron César Muntada (Barcelona, 1967), Alejandro Mesonero (Madrid, 1968) y Eduardo Ramírez (Las Palmas, 1968), fueron parecidos e igual de exigentes, pero 10 años más tarde. El catalán estudió Arquitectura en Barcelona, el madrileño eligió la Escuela Superior de Diseño e Ingeniería Elisava, también en la capital catalana, y el canario optó por hacer Bellas Artes y luego se fue a Coventry a especializarse en Diseño de Automóvil. Pero los tres coincidirían después en Londres, en el prestigioso Royal College of Art, de donde salieron con el máster en Diseño de Transporte.

La trayectoria profesional de Frank Stephenson es irrepetible y frenética. Empieza en julio de 1986, en el Centro de Diseño de Ford en Colonia (Alemania), donde se estrenó con los tapacubos del Ford Sierra y acabó diseñando el Escort RS. De allí se fue a BMW en 1991, y al poco de llegar le dieron seis semanas para hacer la maqueta del primer BMW X5: “Lo dibujé en el avión yendo a Turín, tranquilo, volando. Llegué al estudio con el boceto en un papel: tres cuartos delantero, tres cuartos trasero. No había para más. Y lo hicimos. En seis semanas volví con la maqueta y así nació el X5”.

Mientras se ponía en producción, salió el proyecto del nuevo Mini: “BMW encargó 15 propuestas a 15 diseñadores y nos dio seis meses, uno para dibujarlo y cinco para elaborarlo. Yo diseñé uno por cada 10 años: la primera semana hice el de 1969; la segunda, el de 1979; la tercera, el de 1989, y la cuarta, el de 1999, el nuevo Mini. Eligieron el mío”.

Se quedó en BMW hasta que en julio de 2002 le fichó el Grupo Fiat como director de Diseño de Ferrari, el sueño de cualquier diseñador. Allí se encargó de dirigir y pulir muchos detalles de modelos tan emblemáticos como los Maserati Quattroporte o los Ferrari F430, 599 GTB Fiorano y 612 Scaglietti.

Pero en 2006 le pasaron a Fiat con un encargo especial, la reedición del 500 de los años 50: “Me llamó Montezemolo para ir a una reunión con Sergio Marchionne, que nos dijo: ‘Si no sacamos un coche nuevo en 10 meses, la compañía fracasa’. Y solo se nos ocurrió quitarle la carrocería a un Panda y ponerle otro traje, porque no daba tiempo a más. Se diseñó en cinco días y así nació el 500 moderno, que se empezó a venderse muy bien en Milán, París... Y triunfó como el Mini”.

Aunque pronto le llamaron de McLaren: “Estaban montando su marca de coches de calle y vi que, si Ferrari era el cielo, McLaren era mi paraíso. ¡Podía empezar con un papel en blanco y crear un lenguaje de diseño mío, el reto soñado!” Y allí sigue, desarrollando superdeportivos.

Ida y vuelta a Seat

La vida profesional de Alejandro Mesonero-Romanos no ha sido tan estresante, pero tiene sus etapas de trotamundos. Entró como diseñador en Seat en 1995 y participó en el Seat Bolero, un elegante prototipo que no llegaría a la calle. De allí pasó al Centro de Diseño que tenía Audi en Sitges y trabajó en diferentes proyectos. En 2001 dio el salto a Renault y se marchó a París, donde lideró el proyecto del Laguna Coupé y le nombraron jefe de Diseño Avanzado. En 2009 le enviaron a Corea como máximo responsable de Renault Samsung Motors. Y en 2011 volvió a Seat para sustituir a Luc Donckerwolke como director de Diseño: “Como en España no había cultura de diseño de automóvil, lo hemos tenido muy difícil y eso ha hecho que nos esforzáramos más. Pero al venir de una zona neutral no tenemos prejuicios, y nuestro carácter hace que seamos más extrovertidos, flexibles y pasionales. La primera impresión importa mucho, porque las cosas te gustan o no. Por eso nuestro diseño es más impulsivo que en el Norte de Europa: ellos se acercan a los objetos de forma diferente”.

Audi, Opel y final coreano

Eduardo Ramírez también ha hecho un camino de ida y vuelta. “En Canarias hay mucha afición al motor y yo estaba en ese ambiente, pero también me gustaba el arte, así que conseguí combinarlo todo y me fui a estudiar a Inglaterra. Hice el máster del Royal College con una beca de la Unión Europea y, al acabar, entré en Audi como diseñador junior fijo, siempre en exteriores. Allí participó en el segundo A4 de principios de los 90 y en las dos primeras generaciones del A3. Y fue el diseñador principal del A4 Allroad. En 1999 se marchó a Opel y trabajó también Saab: “Fue una etapa muy interesante porque empecé a hacer diseño de interiores”. Trabaja como jefe de estudio del segundo Opel Zafira y de berlinas como el primer Insignia o el Saab 9-5: “Disfruté mucho con esta marca, que combinaba su tradición aeronáutica y el diseño escandinavo”. En 2007 aterrizó en Hyundai, en el centro de diseño de Alemania: “Me atraía trabajar en otra cultura como la coreana. Llegué como jefe de proyectos y me ascendieron a director general de proyectos, siempre para exteriores e interiores”. Y bajo su dirección han nacido modelos tan populares como los Hyundai i20 e i30, y prototipos como el Ixonic, antecesor del nuevo Tucson, o el Ionic, un vanguardista concept-car eléctrico. “Y lo que está por salir”, termina, dejando la palabra en el aire. 


Una vida en Alemania

César Muntada empezó estudiando en el estudio de diseño de automóvil de Módena. Y, en 1992, se fue al Centro de Diseño de Transporte de Coventry para terminar el máster del Royal Collegue de Londres, como Mesonero y Ramírez. No tuvo que esperar mucho para empezar a trabajar como diseñador. Ahora lleva más de 12 años en el grupo VW, y desde 2007 es el responsable del diseño exterior de las berlinas medias de la marca de los cuatro aros, los A4, A5, A6 y A7. Además, en 2013 le nombraron director de Diseño de Iluminación de Audi, lo que incluye faros, intermitentes y luces de la marca, desde los modelos de serie como el último Q7 o el nuevo A4, a los prototipos para los certámenes internacionales.

Junto a su equipo ha creado soluciones tan vanguardistas como el Audi Master Led o el último Audi Laser Light. “Llevo ya 30 años en el diseño y he participado en muchos modelos. Pero me interesan en especial los que nos empujan a superar las fronteras de la belleza formal y la perfección técnica. Por eso en mi lista de preferidos están los Audi A8 con faros Matrix Led, el TT con su luz diurna inconfundible y para mí ya icónica, el R8 con sus faros láser y el Audi e-tron Quattro Concept, que acabamos de presentar en el Salón de Fráncfort, que lleva luces Matrix Led y Oled en los faros y pilotos”.

Para Muntada, lo más importante no es de donde procede el diseñador, sino donde queremos llevar juntos a nuestra marca. “Mis compañeros me definen con una buena combinación de serenidad, espontaneidad, espíritu abierto, visión y creatividad. Y lo atribuyen a que soy de Barcelona. Pero en Audi hay diseñadores de 20 países y cada uno aporta una manera diferente de entender el diseño, la belleza, el equilibrio o los detalles”.

Inspiración nacional en coches con carisma

El mini de curro

“Enseguida pensé que había dado en la cabeza del clavo y había entrado hasta el fondo. Cuando lo acabé, presentí que sería algo grande. Cada vez que lo enseñábamos, enamoraba al instante. Reunía el sabor, el carácter y la emoción del pasado, con la tecnología del futuro. Y nada más salir pegó muy fuerte”. Así relataba Frank Stephenson en una entrevista para El País Semanal, lo que sintió al terminar el diseño del nuevo Mini. Lo demás es historia.

Lo último de Mesonero

El Seat con más estilo y seguramente el único que se compraría un snob europeo o el clásico pijo español. El León Cross Sport es una interpretación del exitoso compacto de la marca española y se viste con un traje campero y decoración todoterreno. La última creación del equipo que dirige Mesonero Romanos se presentó como prototipo en el pasado Salón de Fráncfort y gracias a su buena acogida podría salir a la venta en un año.

Coreano de alma canaria

Tras su paso por Audi y Opel, Eduardo Ramírez ha aterrizado en Hyundai, donde ocupa el cargo de director general de Proyectos. El i30 (en la imagen), es la alternativa coreana a los compactos europeos, como los VW Golf y Peugeot 308, y uno de los proyectos más populares que ha dirigido el diseñador canario. También el i20 y los prototipos Ixonic e Ionic. Anteriormente fue el diseñador jefe del Audi A4 Allroad, tanto del proyecto como del modelo final de serie.

Un toque latino para audi

Lleva 12 años como diseñador en el grupo VW y a partir de 2007 pasó a ser el responsable de proyecto de diseño exterior de modelos tan conocidos como los Audi A4, A5, A6 y A7 (en la imagen). Hace dos le nombraron jefe de diseño de luces de Audi y, aparte de definir los faros de todos los modelos nuevos de la marca, dirige el equipo que diseña los de los prototipos y coches-concepto que la compañía alemana presenta en los salones internacionales.