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El sector pagará 419 millones para usar los créditos fiscales como capital

La Unión Europea establece este nuevo impuesto para cerrar la investigación abierta al sector

Íñigo de Barrón

El cierre de la investigación de la Comisión Europea (CE) sobre el tratamiento fiscal de los activos fiscales diferidos (DTA, por sus siglas en inglés) en capital tendrá un coste para la banca, como adelantó este lunes EL PAÍS. El Gobierno ha pactado con Bruselas que la banca podrá computar como capital de primera categoría los 28.000 millones de los créditos fiscales provenientes de ejercicios en pérdidas si abona una tasa del 1,5% sobre parte de estos activos [la diferencia entre los impuestos pagados y los créditos fiscales pendientes]. Esta tasa, en realidad es una compensación, supone que los bancos pagarán unos 419 millones desde 2016 en adelante.

"La Comisión considera que los cambios propuestos, si se aplican en consecuencia, tienen en cuenta las preocupaciones de manera satisfactoria y permite a la Comisión concluir su evaluación sobre las medidas españolas sobre DTA, bajo las normas de Ayuda de Estado", ha indicado a Europa Press un portavoz comunitario.

El pago del nuevo impuesto es voluntario, pero es posible que todas las entidades lo asuman porque, de lo contrario, bajaría su ratio de capital, un factor clave para el supervisor bancario. Los DTA a efectos fiscales permiten reducir los impuestos que se pagan por los beneficios logrados en ejercicios futuros, así como provisiones realizadas que son deducibles fiscalmente hasta que se materializa la pérdida.

Esta es la mala noticia para el sector, que ha recibido el cambio legal con disgusto evidente, según fuentes del mercado. La banca consideraba que se podía cerrar la investigación de Bruselas sin ningún impuesto extra ya que el Banco Central Europeo (BCE) y la propia Comisión Europea admitieron en 2013 el cómputo de los créditos fiscales como capital si estaban avalados por el Estado español, algo que se cumplió.

12.000 millones libres de impuestos

La buena noticia es que existen otros 12.000 millones en créditos fiscales que provienen de "bases imponibles positivas", según el Ministerio de Economía, en las que las entidades adelantaron el pago, que serán utilizados como capital sin el pago de ningún impuesto.  La utilización de bases imponibles negativas como capital desaparecerá a partir de 2016.

Según Economía, el sector se beneficiará de que se acabará la incertidumbre sobre si esta enorme cantidad de dinero se podía usar como capital o no. El Ministerio comentó que estos ingresos serán una "prestación patrimonial voluntaria" no tienen efectos finalistas, sino que pasarán a engrosar los ingresos de la Hacienda pública. El hecho de que se haya fijado una tasa de 150 puntos básicos responde, según el departamento que dirige Luis de Guindos, al coste medio del riesgo de liquidación o insolvencia.

Este nuevo esquema, según el Ministerio de Economía, se aplicará "a todo el mundo por igual" y sin distinción en relación con la naturaleza de las entidades, es decir, da igual que coticen en Bolsa o no.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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