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China da por terminada la debacle bursátil

Los principales parqués del gigante asiático vuelven a los números rojos: Shanghái pierde un 2,52% y Shenzhen un 0,63%

La tormenta que ha afectado a las Bolsas chinas durante el verano está llegando a su fin. Al menos así lo cree el Banco Central y el regulador bursátil del país, que auguran a partir de ahora más estabilidad en el mercado de renta variable después de que los bandazos de los últimos meses sacudieran medio mundo y mermaran, a ojos de los inversores, la confianza en los fundamentos de la segunda economía mundial.

"La corrección en el mercado prácticamente ha terminado y los mercados financieros muestran esperanza para su estabilización", aseguró el gobernador del regulador monetario chino, Zhou Xiaochuan, en la reunión de los Ministros de Finanzas del G20, según un comunicado en la página web del organismo. El alto cargo chino quiso desvincular la debacle bursátil de la evolución de la economía china y la atribuyó a las alzas sostenidas que experimentaron los dos principales parqués del país durante el último año. "Antes de junio, la burbuja del mercado de valores creció continuamente (...) Tras la corrección, los niveles de deuda son mucho menores y no ha habido un efecto notable sobre la economía real".

Zhou aseguró asimismo que el tipo de cambio del yuan frente al dólar está cerca de estabilizarse. La adopción de un nuevo sistema de cálculo a principios de agosto provocó una devaluación de la divisa china de casi el 5% que se interpretó desde algunos sectores como un movimiento in extremis de Pekín para relanzar sus ventas al exterior ante el cada vez menor crecimiento de la economía. Las autoridades la justificaron por la implementación de un método menos arbitrario que tiene en cuenta, entre otros factores, el valor de cierre de la jornada anterior. El giro también sembró las dudas en las Bolsas mundiales ante el temor que la medida escondiera un problema de calado en la economía china.

Las palabras de Zhou, suscribidas por el regulador bursátil poco antes de abrirse los mercados tras cuatro días de cierre por festivo y fin de semana, insuflaron cierto optimismo entre los inversores pero duró pocas horas: el índice de Shanghái —el mayor del país— terminó con una bajada del 2,52% y Shenzhen cedió un 0,63%. Las pérdidas se produjeron a pesar de que la Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China haya endurecido las normas para negociar futuros, un paso más en la intervención sin precedentes que han llevado a cabo las autoridades sobre los mercados de renta variable del país. En comparación con el miércoles pasado, el comercio de futuros se redujo un 93%, según datos de Reuters.

En un año, el índice de Shanghái llegó a revalorizarse un 154% hasta alcanzar a mediados de junio un máximo de 5.178 puntos. Este lunes cerró en los 3.080, un 40,5% menos. Shenzhen muestra un comportamiento similar. El regulador bursátil se ha comprometido a "mejorar el marco legal y fortalecer la supervisión" para evitar las fluctuaciones "anormales". En plena caída ya prometió actuar contra lo que calificó de "rumores y prácticas de venta a corto maliciosas", una campaña que se ha saldado con el cierre de varias cuentas de fondos de inversión y la detención de altos ejecutivos de compañías de corretaje y hasta de un periodista de la prestigiosa revista financiera Caijing.

Por otro lado, las autoridades revisaron una décima a la baja el crecimiento económico del país en 2014 hasta el 7,3%. El Ministro de Finanzas, Lou Jiwei, sostuvo en la cumbre del G20 que China crecerá "alrededor de un 7%" durante los próximos cuatro o cinco años. En el primer semestre de 2015 su tesis se ha cumplido, pero después de este verano agitado y la sucesión de indicadores económicos a la baja muchos dudan que se pueda mantener este ritmo.

Las reservas, en mínimos desde 2012

Las reservas chinas de divisas internacionales cayeron en agosto a su nivel mínimo en tres años después de que el banco central del gigante asiático vendiese dólares para defender la cotización de su moneda, el yuan, tras la devaluación del día 11. Las reservas en manos del instituto emisor chino bajaron en casi 94.000 millones de dólares (84.000 millones de euros) hasta los 3,56 billones de dólares. El yuan siguió bajando después que se conociese el dato.

Tras dos décadas de fuertes subidas, las reservas de divisas internacionales en manos del banco central chino empezaron a disminuir a principios del año pasado y no han dejado de hacerlo desde entonces. En junio de 2014 tocaron su máximo histórico en casi cuatro billones de dólares y desde entonces no han hecho sino caer, arrastrando consigo al volumen total de divisas en todos los bancos centrales del mundo.

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