Heathrow toma ventaja en la batalla por el gran aeropuerto británico
La Comisión creada por el Gobierno recomienda, frente a la ampliación de Gatwick, la opción más polémica política y medioambientalmente pero con más potencial económico
Heathrow acaba de ganar una importante batalla en la guerra que libra desde hace años con Gatwick para capitalizar el creciente tráfico aéreo en la zona de Londres. La Comisión de Aeropuertos de Reino Unido, creada hace tres años por el Gobierno de Cameron, ha concluido “clara y unánimemente” que la construcción de una tercera pista en Heathrow es la mejor opción para la economía y para asegurar al país un papel relevante en el futuro de la aviación global.
Las ventajas de construir una nueva pista en el aeropuerto con más tráfico de Reino Unido (y el terecero del mundo) son “significativamente mayores”, según el dictamen de la Comisión, que las de ampliar con una segunda pista el de Gatwick, una opción menos controvertida políticamente. El dictamen, que incluye una serie de limitaciones al proyecto recomendado, no es vinculante. Pero su contundencia deja poco margen al Gobierno, que deberá tomar la decisión “lo más rápido que pueda”, según Howard Davis, presidente de la Comisión, si no quiere proyectar la imagen de que “no desea dar los pasos necesarios para mantener la posición del país como una economía bien conectada y abierta”.
La ampliación de Heathrow es la opción preferida por la mayoría de aerolíneas y grupos empresariales, que consideran más conveniente apostar por un gran aeropuerto central. El proyecto proporcionaría un aumento de 147.000 millones de libras (207.000 millones de euros) en el PIB en los próximos 60 años y la creación de 70.000 nuevos empleos hasta 2050, según el informe de la Comisión. Pero contará, sin embargo, con una poderosa oposición política, centrada sobre todo en problemas medioambientales.
La expansión, con un coste de 17.000 millones de libras (24.000 millones de euros), significaría 250.000 vuelos más al año e implicaría el derribo de 783 viviendas de barrios cercanos al aeropuerto. Pesos pesados del Partido Conservador, incluidos el ministro de Defensa, Philip Hammond, y el alcalde de Londres, Boris Johnson, cuyas circunscripciones electorales se encuentran cerca del aeropuerto, se oponen frontalmente. “El impacto en Londres, el coste medioambiental, el desafío a los derechos humanos, serían tan grandes que no creo que pueda ser realizado”, dijo Johnson sobre el proyecto. El propio primer ministro tendría que tragarse sus palabras después de que en 2010 descartara -“sin condiciones, sin peros”- una tercera pista en Heathrow.
Pero el plan recomendado, según el informe, supone “una proposición fundamentalmente diferente” de las propuestas previas para ampliar Heathrow. La pista se ha desplazado más al oeste con el objetivo de reducir el impacto sonoro en las comunidades vecinas y se contemplan importantes inversiones para insonorizar viviendas y compensar a las comunidades afectadas.
La Comisión recomienda que la ampliación se realice junto con un “importante paquete de medidas” para mitigar su impacto en las comunidades locales y en el medio ambiente. Las medidas incluyen la prohibición de vuelos por la noche, compromisos de limitaciones de ruido y contaminación del aire, y la promesa del Gobierno de que no habrá una cuarta pista en el futuro.
Según la Comisión, la propuesta de Gatwick es “plausible” pero “difícilmente proporcionaría el tipo de capacidad que más urgentemente se necesita: destinos de larga distancia con mercados emergentes”. Si no se amplía Heathrow, advierte, se corre el riesgo de empeorar la competitividad de la aviación británica respecto a la continental.
Diversos grupos ecologistas ya han indicado que harán una fuerte campaña para impedir esta tercera pista en Heathrow. Ahora es el Gobierno quien debe decidir si sigue la recomendación de la comisión, cuyos trabajos han costado 20 millones de libras (28 millones de euros), y que él mismo creo para decidir entre las dos opciones. Se espera que lo haga antes del final de este año.
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