Ideas para el inversor conservador
La caída de los tipos de interés obliga a buscar alternativas a los depósitos
Rentabilidades reales en torno al 0%. Éstas son las expectativas de rendimientos que, según una decena de expertos consultados, ofrecen, hoy por hoy, los depósitos o la deuda pública nacional y, en general, “toda la inversión absolutamente conservadora en la que el riesgo asumido es mínimo”. Los tipos de interés nominales están en niveles tan bajos (entre el 0,01% y el 0,25% a corto plazo y en torno al 2% cuando los plazos se alargan incluso más allá de los 10 años) que a nada que la inflación se corrija a corto plazo puede convertir esas rentabilidades reales en negativas (el IPC subió en mayo un 0,5% respecto al mes anterior y elevó en cuatro décimas su tasa interanual, hasta el -0,2%).
Los analistas tienen claro que para contrarrestar este entorno no hay que remodelar toda la cartera y convertirse en un inversor de riesgo absoluto. Sin embargo, la mayoría de ellos sí aconseja destinar entre el 30% y el 40% de la cartera a inversiones con algo más de riesgo. César Ozaeta, responsable de selección de fondos de renta fija de Abante, recomienda “elaborar estrategias flexibles: destinar un 10% de ese 30% de patrimonio a fondos de inversión de renta fija global en busca de valor y el resto a fondos de retorno absoluto, con objetivo de rentabilidad del 2% y el 3% anualizado en tres años”.
Para Víctor Alvargonzález, director de Inversiones de Tressis, “se puede colocar un tercio de la cartera en un seguro de ahorro” con una rentabilidad estimada en un periodo de 12 meses del 1,85%. “Habría también, por ejemplo, que utilizar fondos mixtos y productos de retorno absoluto -que no estimado- con no más del 4% de volatilidad histórica”, añade Alvargonzález.
Los expertos aconsejan tener hasta un 40% de la cartera en activos con algo de riesgo
Por su parte, Luis Martín, director de ventas de BlackRock Iberia, apuesta por la renta fija europea con duraciones cortas con poca sensibilidad a potenciales subidas de tipos de interés o, entre otros, los fondos de gestión alternativa, como son los de renta variable long-short o fondos flexibles, “con retornos estimados en el 4% y los de generación de rentas que en la actualidad pueden llegar a ofrecer retornos próximos al 5%”. Antonio Salido, director de Marketing y Comunicación de Fidelity para España y Portugal, ve también “en la renta fija europea corporativa posibilidad de obtener rendimientos entre el 2,5% y el 3,5% y en los fondos mixtos globales de gestión muy activa, de lograr vía rentas, retornos de hasta el 5%”.
Cristian Balteo, responsable de producto de Nordea, considera a los fondos de renta fija flexible capaces de generar unos rendimientos “dos puntos por encima de lo que ofrece la liquidez” y a los fondos mixtos que incluyan valores de alta rentabilidad por dividendo, “de superarla hasta en cuatro puntos”.
Para Juan Luis García Alejo, director de análisis, mercados y productos de Andbank, se trata de evitar riesgos de duración porque los tipos de interés repuntarán a medio plazo. “Se puede apostar por la renta fija de gobierno de países de la periferia europea, por la renta fija corporativa high yield, por los fondos de gestión alternativa, y colocar, no más del 5%, en renta variable en busca de dividendos y valor”.
Ignacio Rodríguez, responsable en España de M&G Investment, sostiene que los fondos multiactivos en manos de gestores con experiencia pueden llegar a ofrecer entre un 3-6% de rentabilidad anual “y son más sencillos, transparentes y rentables que los garantizados”. Carlos Andrés, director de inversiones de March A.M. tiene claro que riesgo no es equivalente a volatilidad. “Simplemente es la posibilidad de perder dinero, por lo que lo más adecuado para un inversor conservador es tomar posiciones en fondos perfilados o incluso en pagarés de empresa de primera línea que ofrezcan rendimientos superiores al 2% o el 3%”, explica.
Visión a largo plazo
Sophie del Campo, directora general de Natixis Global AM para Iberia, Latinoamérica y US Offshore, asegura que lo más importante es que los inversores no se dejen llevar por las sorpresas y movimientos del corto plazo y “construyan carteras duraderas, en las que, es interesante incluir estrategias de renta fija corporativa a corto plazo”.
Por último, David Ardura, Subdirector de Gestión de Gesconsult, explica que si analizamos la situación macroeconómica en Europa y nos aislamos, en la medida de lo posible de la inestabilidad generada por Grecia (entre otros factores), nos encontramos con un escenario de mayor crecimiento, más consumo e inversión e, incluso, mayor crédito. “Todo ello son factores que no benefician al inversor en renta fija, por lo que se trata de recurrir a los productos mixtos que no tengan una duración de cartera preestablecida, de tal forma que se beneficien de posibles subidas de tipos (bonos flotantes) o que incorporen el componente de inflación a su rentabilidad final (Bonos ligados a la inflación)”, concluye Ardura.
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