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El motor chino ruge más en casa

Las marcas del país asiático ganan cuota de mercado doméstico

Visitantes en el salón del automóvil de Shánghai (China)
Visitantes en el salón del automóvil de Shánghai (China)ZIGOR ALDAMA

mercado laboral tras haber concluido sus estudios de ingeniería, el sueño de Chen Xueming era ahorrar para adquirir un Volkswagen Santana. “Fue la primera marca de automóviles occidental que se estableció en China, y simbolizaba un importante cambio en la política de nuestro país. Para quienes íbamos en bicicleta a trabajar, aquel coche era una aspiración inalcanzable, un símbolo de éxito”. Diez años tardó Chen en conseguir su objetivo. Y sólo un lustro después dio otro salto. “Compré un Nissan porque me gustaba más el diseño. Además, tanto el Santana como el Jetta se habían convertido ya en coches que casi cualquiera podía conducir”.

Ahora, sin embargo, después de haber recorrido la última edición del Salón del Automóvil de Shanghái, la principal feria de automoción de China, Chen está interesado en una marca local, Haval. “Hasta hace poco los automóviles chinos eran de mala calidad y tenían un diseño horrible. Pero me ha sorprendido lo que han avanzado y creo que me decidiré por el H9”, cuenta mientras agarra con fuerza el volante y toquetea el salpicadero. Parece satisfecho, y no es el único. Después de haber tenido que conformarse con migajas en el principal mercado mundial —a pesar de la desaceleración, el año pasado se vendieron 23,49 millones de vehículos en China, un 6,86% más que en 2013—, ahora las marcas locales pisan el acelerador y ganan cuota de mercado en casa.

Changan, la enseña Local más vendida, creció un 102% entre enero y marzo

Las estadísticas son rotundas al respecto. En 2014, el 38% de los automóviles vendidos en el gigante asiático llevaba uno de sus logotipos. En el caso del segmento sedán, la porción del pastel se redujo al 22,4%. No obstante, durante el primer trimestre de este año el porcentaje global aumentó hasta el 43%, y se espera que continúe creciendo en lo que queda de 2015. Changan, la marca china más vendida, creció un 102% entre enero y marzo, mientras que Geely, propietaria de Volvo y fabricante de los clásicos taxis de Londres, mejoró sus resultados en un 52%. “Estamos en un punto de inflexión para las marcas chinas”, afirmó el presidente Geely, Li Shufu. “A pesar de que esperamos que el crecimiento del mercado chino se estabilice en torno al 6% en los próximos cinco años, nosotros estaremos por encima gracias a la fuerza competitiva de nuestros nuevos productos”.

Un informe de Bernstein Research concuerda con Li: “El crecimiento de las empresas extranjeras se ha detenido. Las marcas chinas ahora devuelven el golpe”. Es un cambio relacionado con la mejora de la percepción que el público tiene de las marcas chinas, el aumento de la clase media, y la concentración del crecimiento del sector en ciudades medianas. Y precisamente el segmento de los vehículos todocamino ligeros ­—o SUV por sus siglas en inglés—, es el que lidera este vuelco. No en vano, es en el que más crecen las ventas y el único en el que las marcas chinas han tomado la delantera, con un 56,4% del mercado. En 2013 únicamente uno de los diez modelos SUV más vendidos era chino, pero el año pasado fueron ocho.

El negocio interno ya no está enfocado a los modelos de bajo coste

“Quizá por razones relacionadas con la historia reciente de China, tradicionalmente las empresas locales han prestado poca atención al consumidor y se han centrado en producir vehículos cuyo único atractivo residía en el precio”, explica Wang Sihui, director de marketing de Great Wall, líder indiscutible del mercado de SUV en China y propietaria de Haval, que sorprendió en Auto Shanghái con su nuevo H6 Cupé. “No obstante, ahora, con el continuo aumento de la capacidad adquisitiva de la población china, se hace evidente que esa era una estrategia válida solo a corto plazo, en una primera etapa del desarrollo. Por eso, el aumento de la inversión en I+D, diseño, y marketing es necesario y está dando ya buenos resultados. Tenemos la tecnología y nos falta mejorar la gestión y la forma en la que comercializamos nuestros productos”, concluye.

“No es que vayamos a dejar de fabricar automóviles de bajo coste, pero los modelos más avanzados que hemos presentado en Auto Shanghái muestran hacia dónde estamos enfocando nuestro desarrollo”, apostilla el vicepresidente de Geely, Zhao Fuquan, que presentó en la feria el GC9, el primer coche diseñado por el nuevo departamento de diseño, en el que trabajan 200 personas de diversas nacionalidades. La contratación de personal extranjero se ha convertido también en una constante durante los últimos años, ya que se considera clave para impulsar la innovación de las marcas chinas. Por si fuese poco, diferentes analistas auguran nuevas adquisiciones de empresas internacionales que acelerarán la transferencia tecnológica hacia el país comunista.

La percepción que los chinos tienen de los fabricantes nacionales ha mejorado

“Si se tapan los logotipos de los vehículos chinos y se comparan su diseño y la calidad de los acabados interiores con sus homólogos extranjeros, muchas veces ya no es posible ver la diferencia”, añade Yale Zhang, experto en automoción y director de la consultoría Automotive Foresight. Aunque ser propietario de un vehículo extranjero continúa siendo un símbolo de estatus social, el público chino se fija más en las prestaciones. “Las marcas extranjeras se han estancado en el segmento de SUV y han dado por supuesto que su supremacía continuaría, obviando el cambio de los gustos”, apostilla Zhang.

La empresa de investigación financiera JD Power pronostica que marcas chinas y extranjeras estarán a la par en 2018. Pero BYD quiere llegar antes gracias a las baterías. A pesar de que el mercado para vehículos eléctricos todavía es muy modesto, esta marca con apenas una década de vida, que saltó a la fama gracias a la inversión que hizo en ella Warren Buffett, apuesta fuerte por el vehículo de emisiones cero. El año pasado se fabricaron en China 78.000 vehículos eléctricos, un incremento anual del 350%, y se vendieron 74.000, un 320% más. “Esperamos que el Gobierno continúe con el programa de subvenciones y se popularice este tipo de vehículos. Hasta entonces, los híbridos son una buena alternativa para que los usuarios se vayan acostumbrando al cambio”, asegura Paul Lim, portavoz de la marca. Lim o es el único que lo piensa: 103 de los 109 automóviles que hicieron su estreno mundial en el Salón de Shanghái fueron vehículos limpios, una cifra récord.

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