Invernaderos pensados para el cultivo y el descanso
Estos espacios, con precios de hasta 13.000 euros, ganan en diseño y funcionalidad
Un invernadero en casa es el sueño de todo aquel que sea amante del cultivo. Su principal función es la de proteger las semillas frente a las agresiones climatológicas y permitir su crecimiento durante todo el año. Sin embargo, disponer de uno no significa renunciar al diseño o a la decoración.
"Tenemos que colocar el invernadero siempre en el lugar más soleado que tengamos en la época más fría, nunca en un lugar sombrío", señala el arquitecto Adhonys Eralte. De esta manera, se consigue la suficiente acumulación de calor a través de los rayos solares para el cultivo de las semillas.
La empresa Deforche, especializada en el diseño y la construcción de invernaderos y viveros en España, recomienda una determinada ubicación en función del uso final. "Si el objetivo es hacer crecer plantas hasta su madurez o que puedan madurar en otoño e invierno se precisarán cantidades máximas de luz solar, como mínimo seis horas al día", comentan.
Por tanto, la primera ubicación debe ser al sur o al sureste del inmueble. La siguiente al este-ya que se capturaran mejor los rayos solares durante los meses de noviembre a febrero- y por último la orientación norte-debido a la menor cantidad de luz que recibirán las semillas-.
En cuanto a los materiales, existen los invernaderos fabricados en hierro, madera o aluminio, que se pueden elegir en función del lugar donde se quiera ubicar o del uso que se quiera hacer de él- ya que no tienen por qué ser utilizados solo como el único fin de cultivar, sino que se pueden emplear también como cenadores, salas de lectura o zonas de retiro y relax-.
Por ejemplo, para esta última funcionalidad se pueden elegir los invernaderos que se emplean como zonas de descanso. Los hay construidos en madera de TEKA, cedro o secuoya, combinados con el techo y las paredes en cristal. Se pueden incorporar además mesas y butacas de estilo rústico o con toques modernos.
Otro tipo de invernadero muy singular por su forma en cúpula y parecido a un búnker- ya que se caracteriza por disponer de una estructura capaz de soportar fuertes vientos y acumulación de nieve- al no tener superficies de succión que le rodeen. "La forma geodésica optimiza la carga por sus propiedades de tensegridad-término arquitectónico que significa que se caracteriza por ser tenso-, desplazando las fuerzas a lo largo de toda la disposición", comentan en la empresa, Domos Geodésicos, comercializadora de estos productos.
Además, gracias a su configuración se convierte en un colector de energía solar que actúa como reflector gigante de luz hacia el interior del Domo-que así es como se denomina a este invernadero-lo que ayuda a prevenir la pérdida de calor por irradiación hacia afuera.
"La ventilación con adecuadas aperturas en la base, medio y cenit (cúpula), proporcionan una mezcla del movimiento del aire y la temperatura, funcionando como una chimenea, de abajo hacia arriba y al centro. De esa manera se consigue una regulación constante de la temperatura interior", señalan.
El coste para calentar por medio de estufas, calefactores o chimeneas una cúpula de este tipo se reduce llegando incluso a un ahorro energético del 50%.
El precio de la estructura es relativamente inferior al de una casa con el mismo tipo de material, aunque varía según la terminación y elección de otros elementos.
"Por ejemplo, para un invernadero de seis metros no llega a los 600 euros y para el aislamiento de la cúpula puede oscilar entre los 400 y 3.000 euros en función de donde se encuentre y qué materiales se utilicen", argumentan.
Los invernaderos de aluminio son igualmente adecuados en el caso de que se viva en zonas de climatología adversa, ya que son más resistentes y duraderos.
La empresa La Casa Verde los comercializa de diferentes tipos. Clásicos-para satisfacer las necesidades agrícolas de los principiantes, semiprofesionales o aficionados. Circulares-"gracias a su forma de 360 grados podrán disfrutar de un panorama y un ambiente tanto íntimo como cálido", comentan. Sus precios rondan desde los 2.000 a los 13.000 euros dependiente del tamaño, forma y estructura.
"Todos nuestros invernaderos están hechos con aluminio y piezas metálicas, productos que no precisan de mantenimiento", señalan. El vidrio estándar que emplean es de cuatro milímetros y es un 30% más resistente que el clásico. La puerta y los tragaluces se pueden colocar a cualquier lado, siendo la puerta corredera de doble estanqueidad.
Si se le da bien la construcción y el manejo de herramientas puede diseñarse también uno propio casero. Necesitará estructuras grandes, aunque también existe la opción de invernaderos Kits. "El tipo de construcción y los materiales a usar están directamente relacionados con el presupuesto, pero aunque dispongamos de la facilidad de comprar muchas partes nuevas, siempre es reconfortante poder reciclar la mayor cantidad de elementos", comenta el arquitecto Adhonys Eralte en su blog arkigrafico.
Para realizarlo se puede recurrir a varias alternativas, que van de menor a mayor dificultad. Por ejemplo, una manera sencilla de lograr un invernadero es cubrir con un plástico las plantas sin llegar a tocar el cultivo. "Se pueden realizar orificios para una mejor ventilación", afirma Eralte.
Otra opción un poco más elaborada es la de crear una estructura simple gracias al uso de varillas. "Se pueden utilizar cuatro, una por cada vértice y a poder ser de entre veinte y treinta centímetros más altas que las plantas", señala.
Como consejos finales este arquitecto recomienda emplear como materiales aptos para la creación de un invernadero casero el uso del acrílico, el plástico flexible o incluso para unirse los elementos la utilización de adhesivos vinilicos.
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