¿Tiene 100.000 euros para inmuebles?
Los expertos se decantan por viviendas de entidades financieras, garajes y trasteros
Si tiene dinero para invertir y los riñones bien cubiertos, puede ser el momento de volver a confiar en el sector inmobiliario. Al menos esa es la apuesta de algunos expertos cuando se les pregunta dónde colocar un excedente de hasta 100.000 euros. El consultor Carlos Ferrer-Bomsons aconseja “no esperar mucho para invertir”. Su apuesta son los inmuebles con precios cada vez más asequibles provenientes de las entidades financieras.
Considera que “hay buenas oportunidades de apartamentos por 60.000 y 70.000 euros en mercados con demanda de alquiler que, aunque sean de temporada, arrendados a tres o cinco años dan buena rentabilidad. Debe intentarse, aunque no es fácil, una ganancia del 4% en el sector residencial. Por debajo de esa rentabilidad solo hay que invertir si la localización y el precio del inmueble son muy buenos y la inversión a largo plazo”.
Otra alternativa interesante son las plazas de aparcamiento con rentabilidades por encima del 6%. “Requieren una gestión muy sencilla, un coste de mantenimiento muy bajo y sin problemas de morosidad”, añade el consultor. También destaca otro producto apto para ahorros modestos: los trasteros. “En lugar de comprar una plaza de garaje por 40.000 euros, se puede estudiar la adquisición de trasteros que se pueden ir vendiendo si hace falta. Con una inversión de unos 4.000 a 6.000 euros se puede obtener una rentabilidad de un 6% o más. Suelen estar en zonas semi-industriales, dentro de las ciudades”.
Las plazas de aparcamiento alcanzan hasta un 8% de rentabilidad
Comprar para alquilar es también la fórmula elegida por Juan Barba, con larga experiencia en el mercado inmobiliario. “Va a haber mucha presión en los productos que generan rentas porque, con los tipos de interés tan bajos, el ladrillo pasa a ser un refugio. No obstante, es esencial conocer de manera muy directa el inmueble”. Recomienda invertir solo allí donde se esté al tanto de los precios de venta y alquiler, ya sea en el barrio donde se reside o en el lugar de veraneo. Tras los años de crisis, Barba considera que es razonable esperar que el panorama inmobiliario se despeje, pero lo que no se puede descartar es la incertidumbre respecto al posible cambio de reglas de juego, por ejemplo, en las viviendas vacías.
¿Incertidumbre por cambios políticos? Juan Fernández-Aceytuno, director general de Sociedad de Tasación (ST) la descarta: “Los ciclos de la economía y del sector inmobiliario se mueven en distinta frecuencia”. Desde la prudencia del tasador, su consejo para quien tenga 100.000 euros disponibles es el de comprar un terreno para hacerse una casa de vacaciones. Si la rentabilidad que se busca es financiera, se inclinaría por un piso urbano, de unos 80.000 a 90.000 euros, para reformarlo y obtener una ganancia por alquiler. ¿Cuánta? “Por encima del 0,50% o 0,75% que dan las entidades financieras, al dinero extra que se obtenga se añadiría el hecho de mantener el piso, que podría revalorizarse o no pero nunca sería una inversión a fondo perdido”.
Si hablamos de alguien con miras a la jubilación, propone ayudar a los descendientes a comprar una vivienda o bien invertirlo en Bolsa vía Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión en el Mercado Inmobiliario (Socimi). Un experto vinculado a este tipo de sociedades dedicadas al alquiler aconseja: “Hay que evitar las oportunistas y centrarse en las Socimi creadas conforme al espíritu de la ley, centradas en comprar activos de calidad y en repartir dividendos cada año”. Cotizan en el Mercado Continuo y tienen liquidez diaria, por lo que se puede invertir en ellas y si después hace falta recuperar el capital se puede hacer dando la orden al banco en el mismo día y con un pequeño gasto, mientras que comprar un inmueble comporta gastos elevados, vía impuestos y papeleo”.
Las Socimi pueden contratarse y venderse en el día, sin apenas gasto
La rentabilidad entre una Socimi y la compra de un inmueble para alquilar puede ser similar. “La mayor diferencia es psicológica, frente al desconocimiento del mundo de las acciones, gana el apego a la propiedad”, explica el experto.
Por la compra apuesta el director del Máster Inmobiliario de la Universidad de Barcelona, Gonzalo Bernardos. Convencido de que va a seguir subiendo el precio de la vivienda, emplearía los 100.000 euros solo como punto de partida y los triplicaría: “Quien no necesite el dinero tiene dos posibilidades. Puede endeudarse por 200.000 euros más para comprar una vivienda en muy mal estado pero muy bien localizada. No para rehabilitar, sino para revender”.
Bernardos apunta a ubicaciones como el paseo de Gràcia o el Ensanche de la Ciudad Condal, y en el caso de Madrid, los distritos de Chamberí y Moncloa y la parte modesta de Salamanca, pero se puede extender a los barrios de clase media-alta de grandes ciudades.
La segunda posibilidad es la de adquirir plazas de aparcamiento por unos 40.000 o 45.000 euros en las zonas ya indicadas. Si se trata de Bilbao, en el entorno del Palacio de Justicia, o junto a la Estación del Norte, en Valencia. Cuatro requisitos: que estén en una zona céntrica pero sin grandes aparcamientos; que la plaza sea grande; que este cerca de la puerta; y que se encuentre en el sótano uno. Puede llegar a obtenerse hasta un 8% de rentabilidad bruta que, en este caso, es muy similar a la neta.
Para Nuria Álvarez, analista de Renta 4, el sector inmobiliario asiste a un comienzo de recuperación aún muy incipiente. Indica que “entre las inmobiliarias, las basadas en alquiler son las que antes comienzan a notar la fase de recuperación. Invertir podría ser interesante, pero siempre con un horizonte temporal muy largo y descartando la necesidad de liquidez en breve plazo”.
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