Las fábricas españolas crean empleo al ritmo de antes de la crisis
El índice del sector manufacturero vuelve a crecer en marzo y apunta a un crecimiento sólido, aunque la actividad aún está muy lejos de los niveles de 2007
La debilidad del euro está suponiendo paradójicamente una inyección de oxígeno para las fábricas españolas, que se aprovechan de la demanda exterior en busca de producto de más baratos. El empleo es el reflejo más visible de esa salud del sector manufacturero, que está siendo capaz de generar puestos de trabajo al mismo ritmo que en 2007, antes del inicio de la crisis.
El sector manufacturero experimentó el pasado mes de marzo su decimosexto mes consecutivo de expansión, según refleja el indicador PMI, que sube a 54,3 puntos desde los 54,2 del mes anterior. El índice de gestores de compra (PMI por sus siglas en inglés) es un termómetro del sector fabril del país y, dado su peso en el Producto Interior Bruto un buen indicador de la evolución económica en general. De 1 a 100, si el PMI supera los 50 puntos indica un ritmo expansivo en la actividad económica, mientras que una lectura inferior a los 50 puntos implica una disminución de la actividad. No obstante, no hay que lanzar las campanas al vuelo porque la destrucción tanto de empleo como de actividad ha sido tan brutal que estamos aún muy lejos de los niveles previos a la crisis.
"El dato del PMI manufacturero español muestra un crecimiento consistentemente sólido desde hace tiempo y marzo siguió con esta tendencia", indicó Andrew Harker, economista senior de Markit y autor del informe para España. "Lo más destacado del último estudio fue que el empleo aumentó al ritmo más fuerte desde mediados de 2007, a medida que el mercado laboral sigue recuperándose", añadió.
El ritmo de crecimiento de los nuevos pedidos se mantuvo sólido en marzo, ya que los pedidos procedentes de los mercados nacionales y de exportación aumentaron. En este sentido, los colaboradores del panel apuntaron que los nuevos pedidos procedentes del extranjero se vieron impulsados por la relativa debilidad del euro, especialmente frente al dólar.
Pese a la mejora, hay un millón de ocupados menos en el sector industrial
Sin embargo, aunque el dato del PMI es esperanzador queda mucho camino para recuperar la tremenda erosión industrial que causó la recesión. Así, la producción industrial aumentó en el conjunto de 2014 un 1,1% (datos del INE), el primer aumento desde 2010, pero según este índice, la pérdida acumulada de la actividad manufacturera entre 2007 y 2013 fue del 30%.
El sector del automóvil es uno de los responsables de ese tirón manufacturero. La producción ha crecido en los dos primeros meses un 16,2% hasta las 462.746 unidades, y este miércoles se conocieron las cifras de venta de turismos de marzo, que registraron un incremento del 50% en marzo, y superan por primera vez, tras cuatro años y medio, las 100.000 unidades en un mes.
Por su parte, el empleo industrial también prosigue su recuperación. Según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), creció en 98.000 el número de ocupados en el año 2014 hasta los 2,44 millones. Pero a comienzos de 2008, el sector ocupaba a 3,28 millones de trabajadores.
Tampoco se puede achacar enteramente la recuperación manufacturera a la pérdida de valor del euro. “No cabe duda de que la depreciación del euro tiene un efecto directo en el crecimiento económico. Pero también es cierto que muchas empresas españolas han mejorado su competitividad mediante el ajuste de plantillas y la moderación salarial. Hay que tener en cuenta ambos efectos: el de la depreciación nominal de la moneda y el de la devaluación interna”, señala Javier Andrés, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia.
El ritmo de crecimiento de los nuevos pedidos se mantuvo sólido en marzo, ya que los procedentes de los mercados nacionales y de exportación aumentaron. En este sentido, los colaboradores del panel apuntaron que los nuevos pedidos procedentes del extranjero se vieron impulsados por la relativa debilidad del euro, especialmente frente al dólar.
Como consecuencia de esta debilidad de la moneda europea, el coste de los artículos importados aumentó, lo que contribuyó al primer incremento de los precios de compra en los últimos tres meses, aunque este incremento fue relativamente leve.
España es solo un ejemplo de como el enflaquecimiento de la divisa común está reactivando la economía de toda a eurozona, cuyo PMI correspondiente a marzo, alcanzó los 52,2 puntos desde los 51 puntos de febrero, lo que supone su mejor lectura en los últimos diez meses.
“La economía de la zona euro se está reactivando después de la desaceleración observada el año pasado”, señaló Chris Williamson, economista jefe de Markit, quien apuntó que los fabricantes se están beneficiando de la debilidad del euro, que impulsa la competitividad de las exportaciones al mismo tiempo que encarece las importaciones.
Asimismo, la encuesta PMI del mes de marzo también reflejó un incremento del empleo en el sector manufacturero por séptimo mes consecutivo en toda la eurozona, y la tasa de creación de empleo en el sector se aceleró hasta su nivel más alto en cuarenta y tres meses. Paralelamente, la fortaleza del dólar provocó que el nivel de producción industrial PMI de la economía de Estados Unidos cayó a una cifra ajustada temporalmente de 51,5 partiendo de 52,9 en el mes anterior.
Depreciaciones dañinas
No todas las devaluaciones de monedas son favorables a las empresas españolas. Algunas depreciaciones de divisas latinoamericanas se están convirtiendo en un dolor de cabeza cambiario. La pesadilla para las compañías ahora es el real brasileño. Es la única gran moneda que se ha debilitado contra el euro este año. Después de recuperarse en las primeras semanas de 2015, la moneda brasileña comenzó a caer el 23 de enero y desde entonces ha vuelto a perder un 18%, según Bloomberg.
Telefónica es la principal multinacional española perjudicada y una de 10 grandes empresas europeas que recibe 20% o más de los ingresos totales de Brasil. La aseguradora Mapfre y la cadena comercial Carrefour pueden también salir mal paradas.
Telefónica ya genera el 23% de los ingresos en la economía más grande de América Latina, una proporción que crecerá cuando el operador cierre la compra a Vivendi del proveedor de banda ancha GVT por 7.450 millones de euros. Actualmente hacen falta 3,52 reales para comprar un euro y los operadores en el mercado de entrega diferida prevén una depreciación de hasta 3,83 para fin de este año.
Otro de las monedas que están causando incertidumbre es el bolívar venezolano. Solo Telefónica ha imputado un cargo negativo de 399 millones en sus resultados de 2014. Y el grupo de aerolíneas IAG, matriz de Iberia, ha reportado pérdidas de 180 millones por este concepto. BBVA, Mapfre o Repsol son otras damnificadas por la decisión de Nicolás Maduro del pasado mes de febrero. Entonces se creó uno nuevo tipo de cambio, relativamente libre, llamado Simadi, de 174 bolívares por dólar, lo que implica una devaluación del 96% sobre el cambio de referencia de 6,3 bolívares por dólar.
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