Una alfombra para cada bolsillo
La lana es el material estrella, pero el vinilo gana clientes por su fácil limpieza
Muchas pisadas se han dado desde que se desarrolló en Asia hace más mil años el arte de hacer alfombras. Hoy, decoran, aíslan del frío y, además, son una solución para delimitar espacios. En el mercado conviven sin complejos desde la seda más exclusiva y delicada hasta el vinilo más resistente y, además, lavable.
En la clasificación de las más valiosas están las de seda, que permiten al tejedor crear detalles refinados y que se usa principalmente en alfombras persas, turcas y Hereke chinas o en las indias de Cachemira. Las persas tradicionales están entre las más apreciadas del mundo. Las hay por 1.000 euros o por 8.000, depende del tamaño y las horas de trabajo. Por ejemplo, y tirando por lo alto, una alfombra Shirazi (de 386 x 600 centímetros) de seda, anudada en la ciudad santa de Qom, en el centro de Persia, cuesta 131.000 euros. Tiene un millón de nudos por metro cuadrado.
Si la seda se sale del presupuesto, toca elegir otro material y no necesariamente hay que renunciar al handmade o al diseño. Las hay naturales: lana, lino, fieltro, yute y ortiga, de algodón, sisal, viscosa o bambú. O bien sintéticas: acrílico, polipropileno, pvc, poliéster o nailon.
La lana sigue liderando el mercado. "La calidez de una alfombra de lana es difícilmente igualable. Sin duda podemos decir que la lana es la reina, siguiéndola muy de cerca la de fibras sintéticas, como la poliamida", consideran en la firma Alfombras KP. Las más preciadas son las anudadas a mano y realizadas en telares de forma artesanal: cada pieza es única. Como novedosas, las de fieltro que dan un aire más actual a la estancia donde se colocan.
La marca española de alfombras de diseño Nanimarquina considera que es el material más empleado por ser el más resistente. "Aporta calor, suavidad y es aislante. Para el fabricante tiene la ventaja de que permite una buena definición del color y precisión en el dibujo que se quiera hacer". En su última colección apuesta por lo natural, las reminiscencias étnicas, las técnicas tradicionales, las texturas donde las fibras son las protagonistas y los motivos simples.
Luego hay materiales más económicos, como las fibras vegetales importadas de Asia (yute, coco, algas). Y materiales más caros, como la ortiga (después de secar la planta, se extrae su fibra y se hila a mano). "La incidencia del material en el precio de la alfombra dependerá de su calidad, que está íntimamente ligado a su lugar de origen", señalan en Nanimarquina, cuyas alfombras se realizan a mano en países como India, Marruecos o Pakistán. Según el modelo de que se trate, los precios van desde los 2.016 euros (medidas 170 x 240 centímetros) hasta los 10.285 euros (300 x 400 centímetros). Si se quieren medidas especiales, el coste parte de 569 euros el metro cuadrado.
Si de pisar se trata, los materiales plásticos como el vinilo lo hacen con mucha fuerza. Gracias a su composición de PVC, estas alfombras son recomendables para su uso tanto en exterior como interior, ya que tienen alta resistencia a los rayos UVA, y son lavables, incluso con potentes productos de limpieza. Además, son antialérgicas (repelen las partículas de polvo) y aptas para su uso en suelos con calefacción radiante. Existe un abanico inmenso de dibujos, formas y colores. "Esta alfombra, gracias a su composición de vinilo trenzado es muy funcional en cuanto a limpieza se refiere, lo que es muy valorado por nuestros clientes", indican en Alfombras KP. Su precio está entre los 55 y 60 euros el metro cuadrado.
¿Por cuál decidirse? "Depende del peso que la parte decorativa tenga. Las más funcionales son ideales para lugares de mayor tránsito como el recibidor, el pasillo, la cocina, el espacio de conexión con la terraza o el porche, ya que requieren de un mayor mantenimiento. En lugares concurridos deben evitarse los tonos claros y las texturas para no tener que limpiarlas a menudo", explican en Leroy Merlín. Conviene buscar modelos que sean antideslizantes o, en caso contrario, colocar debajo unas tiras para que no se muevan.
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