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Invesco apuesta por la Bolsa europea

La gestora ve buenas oportunidades sobre todo en los mercados de la periferia

David Fernández
Sede de Invesco Perpetual en la localidad británica de Henley-on-Thames
Sede de Invesco Perpetual en la localidad británica de Henley-on-Thames

Henley-on-Thames es una pequeña localidad situada a 60 kilómetros al oeste de Londres. Ubicada a la orilla del río Támesis es famosa por dos cosas: el remo —la tradición se remonta a 1829 cuando Oxford y Cambridge celebraron allí la primera regata— y la gestión de activos. En 1973 Sir Martyn Arbib fundó Perpetual y optó por levantar la sede en medio de la campiña, alejada del ruido de la City londinense. En el año 2000 Pepetual fue adquirida por Invesco por algo más de 1.000 millones de libras aunque mantiene la marca para el mercado británico. La gestora aporta casi un tercio de la economía de la ciudad y ha revolucionado el mercado inmobiliario local ya que muchos de sus trabajadores —con sus generosos bonus— han optado por vivir allí.

Las oficinas como se conocen hoy en día —Perpetual Park— fueron inauguradas en 1998 por la Reina Isabel II. Se trata de una serie de edificios de ladrillo rojo que recuerdan más a un campus universitario que a un centro donde se gestionan casi 100.000 millones de euros (en todo el grupo los activos superan los 800.000 millones). Invesco Perpetual invitó esta semana a este bucólico entorno a un grupo de medios europeos, entre ellos a EL PAÍS, para explicar su visión de los mercados. En el evento se dibujó un panorama dual para Europa: por el lado de la macroeconomía todavía quedan muchas dudas que despejar sobre la recuperación del Continente; pero la visión es mucho más optimista respecto a los activos europeos, especialmente la renta variable ya que en teoría descuentan expectativas.

John Greenwood, economista jefe de Invesco, es mucho más optimista con la economía estadounidense, y en cierta medida con la británica, que con la situación macro de Europa y Japón. En su opinión, las políticas de la Reserva Federal y del Banco de Inglaterra están siendo, hasta el momento, mucho más acertadas que las de sus homólogos. “Mientras en EE UU y Reino Unido la estrategia se ha centrado en comprar activos no bancarios a largo plazo, en la Eurozona y Japón se ha comprado deuda del sector financiero y a más corto plazo. Cuando un banco central compra emisiones no financieras se asegura que está creando dinero nuevo”, según Greenwood. El encuentro con este economista tuvo lugar el pasado lunes, día en el que el BCE empezaba a aplicar el Quantitative Easing. “Es un día importante para Europa, pero debemos esperar a ver los resultados de la nueva política”.

"Estoy atrapado en un mercado muy caro"

Paul Read, responsable de renta fija en Invesco Perpetual, es un gestor atípico. Su sinceridad le lleva casi a recomendar a sus clientes que se lo piensen bien antes de confiarle su dinero. “Estoy atrapado en un mercado muy caro”, reconoce. Sin embargo, los clientes no le hacen caso y siguen poniendo dinero en su fondo gracias a su habilidad para sacar petróleo en un activo totalmente distorsionado por la caída de los tipos de interés y la ingente liquidez que hay en el mercado.

“Es un momento fantástico para pedir prestado. Es un gran periodo para ser secretario del Tesoro o alemán, o las dos cosas”, ironiza. “Esta mañana, en tan solo dos horas de mercado, ha habido nueve compañías que han emitido deuda y van a captar dinero a un interés al que jamás habrían soñado”. Read ve probable una subida en la rentabilidad de la deuda pública este año. Sus recetas para moverse en este mercado son: tener altos niveles de liquidez, reducir el riesgo de crédito, bajar la exposición al sector financiero y apostar las emisiones denominadas en dólares.

Otro de las señales del mundo divergente en el que vivimos, según este experto, tiene que ver con la velocidad en el proceso de desapalancamiento de las diferentes economías. “En EE UU el ratio de deuda sobre PIB está volviendo a niveles de 2002, gracias al desapalancamiento sobre todo del sector privado. Este saneamiento permite a la economía estadounidense tener un crecimiento más normalizado. En cambio, en Europa, el sector privado no ha hecho más que empezar su desapalancamiento y el sector público todavía está aumentado su deuda”, advierte Greenwood.

Esta cautela desde el punto de vista macro con Europa contrasta con el optimismo de Jeffrey Taylor, responsable del equipo de renta variable europeo de Invesco Perpetual, respecto del potencial de las acciones continentales. “Podemos ver crecimientos de doble dígito en los beneficios empresariales sin que haya una gran recuperación económica gracias al apalancamiento operativo de las compañías”, argumenta. “Además, los costes de financiación han caído considerablemente y el euro, que hace un año era un lastre, ha pasado a ser viento de cola para los resultados por su depreciación”, añade. “Europa tiene muy mala prensa internacional, pero tiene grandes empresas”, enfatiza. “Las Bolsas de la región no suben solo por el QE del BCE. Lo quieran creer o no, lo cierto es que la economía se está recuperando y con ella los beneficios”.

Taylor reconoce que la incertidumbre política en el continente significa que podría haber “episodios puntuales de volatilidad” en el mercado, pero cree que las valoraciones de la renta variable dan soporte a las Bolsas de la región. “En Europa, sin contar a Alemania, la recuperación de los beneficios empresariales se ha retrasado y eso se refleja en la valoración. La Bolsa alemana cotiza más o menos en línea con sus múltiplos históricos mientras que en los mercados de la periferia las valoraciones presentan un gran descuento”.

El gestor de Invesco Perpetual advierte de que dentro de un mercado como el europeo, que está barato, hay una gran disparidad en las valoraciones sectoriales que hay que aprovechar. En este sentido, destaca que los sectores más caros en términos históricos son bienes de consumo, salud y, en menor medida, tecnología. Por su parte, los negocios que presentan un mayor descuento son energía, finanzas, servicios públicos (utilities) y telecomunicaciones. “En mi opinión hay una gran oportunidad en compañías con negocios cíclicos. Presentan una valoración atractiva cuando el ciclo económico está a punto de mejorar”, dice Taylor.

La renta variable de la periferia europea es una de las grandes apuestas de este gestor, y dentro de ella la Bolsa española. “La economía puede llegar a crecer este año cerca de un 3%”, destaca. Entre los valores españoles le gusta la banca doméstica, sobre todo Bankinter y Caixabank, los medios de comunicación (televisiones como Mediaset y Atresmedia) y Repsol. En relación con la incertidumbre política del país, Taylor no ve que pueda afectar al apetito de los inversores internacionales por los activos españoles. “El futuro político de España será más complicado que el que hay ahora porque las encuestas apuntan a que habrá un parlamento más fragmentado. Sin embargo, Podemos, a diferencia de lo que ocurrió en Grecia con Syriza, no tiene posibilidades de lograr mayoría absoluta”.

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.

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