De sede del COAM a pisos de lujo
La rehabilitación integral del edificio de la calle Barquillo dará lugar a 16 viviendas a un precio de hasta 7.104 euros el metro cuadrado
El edificio que fue sede del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM), en la calle de Barquillo número 12, en pleno barrio de Justicia, se convertirá en 16 viviendas de lujo y locales comerciales. De nuevo un inversor extranjero, en este caso Gran Roque Capital, sociedad de la familia venezolana Capriles, pone sus ojos en un proyecto de rehabilitación residencial en el centro de la ciudad de Madrid.
Las obras de rehabilitación integral del inmueble, de finales del siglo XIX con un marcado valor histórico, han comenzado esta semana y se espera que finalicen en el mes de mayo de 2016. Cuenta con la licencia de obra desde el pasado 3 de octubre de 2014.
Para entonces se habrá convertido en un edifico residencial de lujo de cinco plantas sobre rasante cuyos pisos, de dos a cuatro dormitorios, se han empezado a comercializar a un precio mínimo de 846.500 euros. Las superficies parten de los 132 metros cuadrados y los balcones se abren a los jardines del Cuartel General del Ejército. Los pisos de cuatro dormitorios y 297 metros cuadrados cuestan casi 1,5 millones de euros, a 5.026 euros el metro. El ático, de 334 metros, se vende por 2,3 millones de euros, a 7.104 euros el metro.
"El proyecto de rehabilitación de Barquillo Doze respetará al 100% la fachada original del edificio y su aspecto señorial desde que se construyera en 1876", indican en Variant Real Estate Partners, que comercializa las casas. En el subsuelo de este edificio con más de 100 años de antigüedad se edificará un aparcamiento robotizado de dos plantas con capacidad para 40 vehículos, explican en Inbisa, encargada de la construcción del proyecto junto con el del arquitecto Iván Blanco de estudio Aurianova
Aunque la antigua sede del COAM conserve los rasgos de un edificio de época va a incorporar tecnologías de eficiencia energética y automatización. Cada propietario podrá personalizar la vivienda y la finca tendrá cava de vino y gimnasio.
"La complejidad en la ejecución de esta obra es máxima y radica en que la construcción de un aparcamiento robotizado de dos plantas bajo rasante teniendo que mantener la estructura y fachada del edificio, lo que supone llevar a cabo un obra de muy alta precisión”, añaden desde la constructora. "Se deberá apear la cimentación actual del edificio con una estructura a conservar de más de 100 años de antigüedad, para descargar el piso del inmueble sobre el nuevo pilotaje y así poder hacer el sótano accesible. Una vez estabilizado el edificio y cimentaciones colindantes, el vaciado del sótano se realizará con un puente grúa para evacuar los contenedores de gran tonelaje en los que unas máquinas mini excavadoras depositarán la arena extraída del subsuelo”.
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