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La creación de empleo beneficia sobre todo a los mayores de 50 años

El ejercicio cierra con un aumento de 433.900 ocupados, de los que 280.300 se concentran entre los de mayor edad La tasa de paro se mantiene en el 23,7%

Manuel V. Gómez

El mercado laboral comenzó a recuperarse en 2014. El balance de 12 meses arroja un saldo positivo. Baja el paro, con 477.900 desocupados menos en un año. Sube el empleo, con 433.900 puestos de trabajo más, según la encuesta de población activa (EPA) del cuarto trimestre del año pasado. Tanto en un caso como en otro son los mejores guarismos de la crisis. Y, sobre todo, en el lado del empleo hay un colectivo claro que sale beneficiado: los mayores de 50 años, 280.300 trabajadores de este grupo de edad hallaron una ocupación en los últimos 12 meses.

Pero lo positivo del balance del último año no borra el deterioro acumulado durante siete años de crisis laboral. El paro, que creció en 30.100 personas entre septiembre y diciembre, se situó en 5,45 millones de desocupados. La tasa quedó en el 23,7%. Para hacerse una idea aproximada de todo el terreno perdido en este periodo basta un dato: serán necesarios más de ocho años creando empleo al mismo ritmo del ejercicio que acaba de finalizar para recuperarlo. No es la única herida abierta. Todavía hay 1,76 millones de hogares en los que ninguno de sus miembros tiene trabajo y 731.000 en los que no entra ingreso alguno.

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Pese a estos datos, los números difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) confirman que el mercado laboral se dio la vuelta en 2014, que ha dejado de caer y ha comenzado a recuperarse. Hay bastantes indicios en esa dirección, no solo los grandes datos del balance anual. También lo señalan las cifras desestacionalizadas, las que eliminan los efectos del calendario (por ejemplo, la Semana Santa, por ser temporada alta turística) y permiten ver las tendencias de fondo, que arrojan un incremento del empleo del 0,99% y una caída del paro del 1,09% en el último trimestre.

La mejoría llegó incluso a la construcción. El sector más castigado en estos siete años, y que ha multiplicado en España los efectos de la mayor crisis desde los años 20 del siglo pasado, incluso ha creado empleo, 40.000 en 12 meses. Poca cosa, si se tiene en cuenta todo el empleo destruido en el sector desde que comenzó el desplome (1,7 millones de puestos de trabajo), pero un cambio de tendencia muy significativo.

El análisis segregado por edades muestra que la mejoría ha llegado a muchos segmentos, pero no a todos. La ocupación ha caído entre quienes tienen entre 20 y 34 años. En el resto de rangos, ha aumentado, incluso entre el colectivo que está entre 16 y 19 años. Pero lo más significativo es el repunte entre quienes tienen más de 50 años, que registra 280.300 más empleos más.

Para Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, “la reducción del paro llega más por la creación de empleo que por la reducción de la población activa”. Hasta el trimestre pasado, una gran parte de la caída del desempleo se debía a la reducción de la población activa, quienes están en edad y disposición de trabajar. A finales de 2014, este retroceso se frenó. En los últimos 12 meses la bajada apenas fue de 44.000 personas, muchos menos que los 424.000 de comienzos de año.

Este es uno de los elementos positivos que destaca Oliver, el otro es que se acelera de la creación de empleo trimestre a trimestre. No obstante, pone un punto de prudencia al recordar que hay que esperar hasta ver lo que sucede en el primer tramo de 2015, uno de los tradicionalmente malos en el mercado laboral, para ver si la mejoría acumulada en 2014 se mantiene. “La temporada alta del año pasado fue muy buena. Hay que esperar a ver si se consolida. Y también hay que ve si este año en verano el empleo continúa a este ritmo”, apunta.

Destacado lo positivo, el profesor Oliver señala una sombra: “Lo más preocupante es la asimetría entre la evolución anual del PIB [según las previsiones crecerá en torno al 1,4%] y el empleo, de un 2,5%, que llega al 3% si se mide en horas. Esto indica que la productividad por empleado está cayendo bastante y la salida de la crisis apunta en la dirección tradicional: uso de mano de obra intensiva y baja productividad”.

Vistas las cifras, el Instituto Flores de Lemus, vaticinó que este año el empleo seguirá creciendo y lo hará a un ritmo medio anual del 3,2%.

Otro fenómeno que se ha ido produciendo a lo largo del año es que la calidad del empleo nuevo ha ido mejorando. Cuando a comienzos de año empezó a contratarse, se vio que buena parte de la mejoría llegaba a través de empleo precario (temporal y jornada parcial). Conforme la recuperación se va consolidando, gana peso la contratación indefinida y a jornada completa. Apoyada en esto, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, apuntó que España “ya está iniciando la recuperación con empleo y con empleo de calidad”.

Sara de la Rica, profesora de la Universidad del País Vasco y colaboradora habitual de Fedea, señala lo positivo de que el empleo fijo crezca. Sin embargo, desagrega lo que sucede con los contratos de jornada parcial para señalar la gran desigualdad de género que hay: “Aumenta en mujeres casi el 4% mientras que disminuye en hombres el 1,6%. Es preocupante porque, de ser involuntario, que parece que es lo que arroja la encuesta para la gran mayoría de mujeres, está documentando una nueva modalidad de precariedad centrada en las mujeres”.

Tampoco José Ignacio Pérez Infante, de Economistas Frente a la Crisis, celebra lo que sucede con la contratación a tiempo parcial, que vincula con el aumento de la ocupación entre las mujeres. Lo vincula a la caída de salarios que, según los datos de la Agencia Tributaria de noviembre, retrocedía un 0,6% en las grandes empresas. “Esto empobrece a las familias y empuja a otros miembros del hogar a buscar empleo”, analiza.

En su valoración de la EPA, el sindicato UGT optó por subrayar lo que falta para recuperar lo perdido durante la crisis: “Se necesitan 2,5 millones de empleos y reducir el paro en 2,2 millones de personas para volver a los niveles de 2008”. Por su parte, CC OO hizo un balance basado en medias anuales, que al computar los datos del mal primer trimestre atenúan los avances del resto del año. “Hay más ocupados que en 2013 pero muchos menos que en 2011: en lo que llevamos de la legislatura de la reforma laboral y la devaluación salarial se han destruido 1.077.225 empleos”, señala.

La patronal CEOE, tras subrayar que “la EPA muestra una firme recuperación del mercado laboral”, enfatizó el papel del sector privado en la creación de empleo: “En los últimos doce meses, la ocupación subió en este sector en 415.700 personas”. En las Administraciones públicas se crearon 18.100 puestos de trabajo.

La formación, un factor clave

Entre el torrente de datos que arroja la encuesta de población activa (EPA) se observa la clara línea divisoria que marca el mercado laboral entre quienes tienen más o menos formación. Durante todo 2014, el empleo aumentó entre quienes tienen, al menos, finalizada la primera etapa de la educación secundaria. Bajó entre quienes no han alcanzado ese nivel educativo.

La ocupación se redujo en los tres colectivos de formación más baja que recoge la EPA (analfabetos, estudios primarios incompletos y estudios primarios). En cambio, creció entre los que han acabado la primera y segunda etapa de la educación secundaria, tanto con orientación hacia la formación profesional como hacia una orientación académica, y entre quienes tienes estudios superiores.

Precisamente este último colectivo es en el que más creció el empleo. Más de 300.000 personas con formación superior encontraron trabajo entre el primer trimestre de 2014 y el final del mismo año. Tras ellos, los más beneficiados fueron quienes tiene completo el primer ciclo de la educación secundaria (222.700 ocupados más). Hay que tener en cuenta que ambos colectivos son los más numerosos de entre los que cuentan con trabajo.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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