Chimeneas que calientan y decoran

La instalación de una chimenea en la vivienda es una solución alternativa al uso de los radiadores convencionales que sirve para ahorrar en la factura de la luz. De esta manera, se consigue obtener un mayor rendimiento térmico. Una instalación incorrecta puede provocar que por el tiro de la chimenea entre más frío de lo que calienta el fuego, por lo que la instalación debe ser realizada siempre por expertos, explican desde la iniciativa de Endesa, twenergy.

Si la chimenea es antigua "es recomendable instalar un recuperador de calor o insertable, ya que con este se consigue aumentar el rendimiento en más de un 55% y llegar a recuperar hasta el 85% de la energía consumida", según la empresa fabricante Argemí. Además, consume la cuarta parte de leña que una chimenea normal.

Un insertable de leña tiene un precio de unos 600 euros. Sirve para sanear las viejas chimeneas, que han dejado de funcionar correctamente, y también se utiliza en la instalación de las nuevas.

Una chimenea de leña tiene un coste más elevado que una eléctrica, ya que precisa de una salida de humos. Su precio ronda los 2.000 euros. Las hay de tipo abierto, más sucias pero más rústicas, y también de tipo cerrado, protegidas por un cristal. Además, estas últimas consiguen mejorar el rendimiento térmico.

"Para nosotros los 'Rolls Royce' de estas chimeneas son las de la marca Focus, con diseños a dos caras para separar estancias y suspendidas, a un precio de hasta 11.000 euros" señala la empresa Lumbre. 

Dentro de estas chimeneas de leña, los módulos se consideran también los más visuales, ya que pueden ser con cristales a una cara, dos o tres, por lo que a su vez son menos estacionales, ya que están pensados para crear un efecto decorativo. 

En los últimos años las chimeneas se han convertido además en un elemento decorativo más de una vivienda.

"Nosotros damos mucha importancia al aspecto de la chimenea, más que al propio rendimiento de calor", asegura la empresa de chimeneas Magma. "Aunque ya desde hace muchos años encontramos varios estilos -minimalista, moderno, clásico y rústico-, pretendemos innovar, tanto técnicamente como visualmente, a través del espacio que se nos proporciona".

Las que están de moda son las de gas, abiertas o estancas. "Nosotros las hemos instalado en viviendas de lujo en zonas como La Moraleja (Madrid)", comenta la empresa Lumbre. El precio mínimo de este tipo de chimenea, que precisa de tiraje para evacuar el gas quemado, va desde los 2.000 hasta los 5.000 euros. Las hay también con mando a distancia. Se busca tener un lujo cómodo", recalcan en Lumbre.

Muchos clientes de Magma prefieren chimeneas con mucho cristal y menos marco y de gran tamaño. "A nivel técnico también será importante el tipo de sistema de apertura de la puerta (guillotina, deslizante...)", asegura la empresa.

Las chimeneas de bioetanol también están en auge. Pueden tener un diseño muy similar a una chimenea de leña e incluso confundirse desde el punto de vista estético. La ventaja de este tipo de chimenea es que al estar compuesta por etanol, obtenido a partir de la fermentación de los azúcares, se considera no contaminante. Además, no desprende olores ni humo por lo que no precisa de obras. Este tipo de chimeneas son más decorativas y menos fuentes de calor.

Desde la empresa Biochimeas recomiendan tener cuidado a la hora de manipularlas, ya que como cualquier estufa tradicional, produce fuego. Además, desde su página web resuelven dudas frecuentes sobre la instalación de este tipo de chimeneas, como dónde comprar el bioetanol o cuánto consume.

Una biochimenea suele tener una potencia calorífica equivalente a entre 1000 y 3000 vatios de potencia, más o menos como la que emiten uno o dos calefactores infrarrojos. "El calor que proporciona es directo y casi inmediato, se puede usar como complemento a la calefacción principal, y es capaz de calentar una habitación de tamaño normal de manera rápida", comentan en Biochimeneas.

Otras chimeneas que no precisan salida de humos y son adecuadas para pisos son las chimeneas eléctricas de vapor. Simulan el fuego y permiten versatilidad en la decoración. Pueden llegar a costar hasta 3.000 euros.