Abertis sacará a Bolsa su filial de telecomunicaciones en 2015
Analistas financieros fijan el valor de la nueva compañía, que controlará el grupo, en torno a los 3.000 millones de euros
Hace tres años dejó aparte los aparcamientos y los centros logísticos, que se quedaron en la disgregada Saba Infraestructuras. Ahora Abertis ha decidido dejar volar a su división de telecomunicaciones, que convertida en una única compañía que saldrá a Bolsa el próximo año. En este caso, sin embargo, el grupo de concesiones seguirá siendo el principal accionista –en el caso de Saba es Criteria Caixaholding— de una división que acumula 7.700 torres de telecomunicaciones y cuyo valor podría situarse en torno a los 3.000 millones de euros, según fuentes financieras. Así que la oferta pública de venta (OPV) de acciones que el consejo de Abertis aprobó el pasado martes aportará recursos para que Abertis reinvierta en nuevas autopistas de peaje y para que su futura participada pueda dedicarse a comprar más torres de telecomunicaciones en Europa.
El consejero delegado de Abertis, Francisco Reynés, ha señalado hoy que la nueva Abertis Telecom Terrestre es una empresa “que ha de tener una vida independiente y provechosa para captar oportunidades en el marco europeo y ha de estar preparada en estructura de capital” tras explicar el nuevo plan de negocio de la compañía 2015-2017 en una reunión con analistas en Londres, encuentro al que ha invitado a EL PAÍS junto a otros medios de comunicación. El grupo pretende sacar rédito de un negocio con una gran estabilidad y rentabilidad, que ha intentado argumentar con números: en torno a los 400 millones de euros de facturación y 175 millones de beneficio operativo bruto (Ebitda) al año. Los 3.000 millones con los que se valora la compañía dan cuenta de ello, una cifra no disparatada, si se tiene en cuenta que una cotizada del mismo sector, la italiana EITowers, acumula una capitalización bursátil de 1.124 millones de euros con 3.200 torres.
Reynés apenas ha respondido las preguntas de los analistas que le preguntaban sobre la operación. Se escudaba en que la decisión se tomó el pasado martes y que ahora se tendrán que ir perfilando datos concretos sobre una operación que, hasta el momento, ha dirigido Morgan Stanley. Lo que sí ha explicado es que la decisión de lanzar una OPV se tomó después de descartar la entrada directa de socios: “Era la mejor alternativa que dar entrada a inversores”.
Lo que ha querido dejar claro sin tampoco especificar demasiado es que la nueva Abertis Telecom –que aglutinará Abertis Tower, TowerCo, Retevision y Tradia—no incluirá la participación del grupo en el operador de satélites Hispasat, en cuyo accionariado convive junto al Estado y Eutelsat. El interés de la nueva compañía se centra en la gestión de las frecuencias televisivas y, sobre todo, en la de la creciente telefonía móvil.
Hispasat será una excepción en las participaciones de Abertis que, con la salida del negocio aeroportuario, focalizará sus objetivos en el negocio de las autopistas de pago. No existe intención de ensanchar el horizonte hacia otros mercados y el director financiero de la compañía, José Aljaro, ha explicado ante los analistas que en ese campo se irá en dos direcciones: realizar adquisiciones en Australia, América y Europa Occidental (donde se están analizando seis proyectos) y alargar las concesiones existentes en Brasil, Chile, España y Francia. En este último país es donde las negociaciones están muy avanzadas con el Plan de Relance acordado con el Ejecutivo galo, según el cual se invertirán 590 millones de euros a cambio de alargar la vida útil de las concesiones en 2,5 años.
La compañía también introducirá cambios internos. Simplificará su estructura directiva y aplicará un nuevo plan de eficiencia que supondrá un tijeretazo a los gastos básicamente en Francia, Brasil y España que alcanzará los 450 millones de euros. El objetivo de todo ello no es más que disparar el beneficio operativo bruto a un ritmo del 8% anual hasta situarlo en los 4.000 millones de euros en 2017 y elevar la retribución al accionista hasta un 10% anual, entre dividendos y ampliaciones de capital liberadas. En total se prevé repartir 2.000 millones de euros en tres años.
Reynés ha subrayado que los resultados de los nueve primeros meses han superado las expectativas de los inversores al alcanzar una cifra de negocio 3.676 millones de euros, un 7% más. El beneficio neto se situó en los 560 millones de euros (un 5% más) y el Ebitda en 2.415 millones de euros, un 11% más que en el mismo periodo de hace un año.
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