Lagarde pide ambición ante una recuperación “mediocre”
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional anticipa un modesto repunte de la economía global en 2015
La nueva mediocridad. Con ese contundente título arranca el discurso que Christine Lagarde pronunció para marcar la agenda de la próxima reunión anual del Fondo Monetario Internacional. “Sí, está habiendo una recuperación. Todos la sentimos. Pero el nivel de crecimiento y de empleos no son lo suficientemente buenos”, afirmó, por eso pidió a los líderes que la semana que viene viajan a Washington más ambición y más esfuerzo.
El martes está previsto que el FMI presente sus proyecciones de crecimiento global y para las distintas regiones del plantea. Lagarde evitó anticipar cifras concretas. En su lugar, recurrió a dos colores para presentar la coyuntura actual: gris, por las nubes que persisten en el horizonte económico, y azul, del cielo, por el crecimiento y la prosperidad a la que aspira el organismo.
La recuperación de la última crisis, repitió, está siendo “decepcionante”, “quebradiza” y “desequilibrada”. Habló de la amenaza persistente de los riesgos. Aunque también dijo que la economía global se encuentra en un punto de “inflexión”, que debe ser reforzado con políticas más contundentes para poder superar esta situación “mediocre” que nubla el futuro.
“Espero hacerles pensar y que no lloren mucho”, comentó antes de entrar en detalle. El principal temor de Lagarde y los economistas del Fondo es que el crecimiento se quede bloqueado a estos niveles, por debajo del potencial. La actual, precisó, una expansión más débil de la que adelantó incluso hace seis meses. “Esperamos solo un modesto repunte para 2015”, añadió.
También explicó que una de las características de la nueva realidad es que las perspectivas difieren mucho de un país a otro. En el grupo de las economías desarrolladas, el sólido repunte de EE UU y de Reino Unido difiere del modesto crecimiento que se anticipa para Japón y la debilidad de la Europa del euro. En los emergentes, China seguirá tirando pero menos que antes.
Se refirió también a las diferencias en la gestión de la política monetaria y a como la vuelta a la normalidad en países como EE UU puede tener efectos en el resto del mundo, en el caso de que el alza de tipos llegue antes y más rápido de los previsto. Además, puso especial énfasis en los riesgos por la alta valoración de algunos activos y a que la liquidez se vaya a las esquinas más oscuras del mercado.
Mercados opacos
Las partes no reguladas del sector financiero, advirtió, están creciendo muy rápido. En el caso de EE UU, señaló, es ya más grande que la banca tradicional mientras que en Europa supone la mitad. Son dos mundos que pueden complementarse el uno al otro, pero Lagarde también dijo que esta opacidad obliga a los reguladores financieros a ser vigilantes.
Como riesgo adicionales a la recuperación citó también los geopolíticos, en concreto la escalada de la tensión por el conflicto en Ucrania, las protestas en Hong Kong, la crisis constante en Oriente Medio y ahora también el brote de Ébola en el África Occidental, que la directora gerente dijo debe ser afrontado de manera urgente por su efecto potencial en la economía de la región.
"Podemos empejar estos nubarrones, pero el FMI no puede hacerlo sola". Ante esta situación, Christine Lagarde volvió a pedir a la Reserva Federal de EE UU que comunique lo mejor posible su estrategia de abandono gradual de los estímulos. Y a los países emergentes, los más expuestos al cambio de política monetaria en EE UU, les emplaza a adoptar políticas para protegerse convenientemente.
A la zona euro, le invita por su parte a adoptar políticas fiscales que sean amigas del crecimiento y de la creación de empleo sin que eso suponga dar un paso atrás en los procesos de consolidación fiscal. En otras palabras, habla de “flexibilidad” a la hora de aplicar las medidas fiscales para mantener así el apoyo a la economía durante todo el tiempo que sea posible.
El FMI concluye haciendo una nueva defensa de las reformas estructurales para elevar la productividad y la competitividad del empleo. De los 200 millones de parados actuales en todo el mundo, 75 millones son jóvenes. También hizo referencia al estancamiento de los salarios. “Para que crezca el consumo y la inversión, necesitamos un crecimiento más robusto del empleo y los sueldos”.
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