Cinco cosas a revisar para controlar la factura de la luz
Hay ‘puntos negros’ de despilfarro energético en toda la casa
Energía, electricidad, luz, presente y necesaria en nuestro día a día. Se convierte en una factura fija entre nuestros gastos mensuales y el montante a pagar se ha convertido en uno de los más altos de entre todas nuestras facturas comunes. Entonces ¿qué podemos hacer? Controlar el gasto y poder ahorrar en esta factura que a tan altas cotas ha llegado es una opción más que recomendable, pero ¿qué aspectos reviso para conseguirlo?
- Tarifa. Pasado un periodo en el que eran pocas las opciones a la hora de elegir un suministrador eléctrico y en el que la forma de fijar el precio de la luz constituía más sombra que luz (valga el juego de palabras), el consumidor ahora tiene en su mano la decisión de poder escoger una compañía eléctrica e incluso una tarifa. Revisar que efectivamente se está pagando por la potencia que realmente necesitamos y cambiarla o adaptarla a nuestro perfil es un primer paso para controlar que la factura no se dispare sin motivo. Con la liberalización del mercado, es posible acogerse al PVPC (Precios Voluntarios para el Pequeño Consumidor) con el que el precio de la luz queda fijado en función de la demanda de electricidad de cada hora del día. De igual modo, un cambio de compañía puede proporcionar también un ahorro en la factura.
- Frigorífico y congelador. Uno de los electrodomésticos más importantes del hogar y que más energía consumen debido a su continuo funcionamiento es el frigorífico, de hecho, según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), este aparato representa el 30,6% del consumo del hogar. Tener en cuenta si disponemos de un frigorífico catalogado como eficiente en la etiqueta energética obligatoria (A, A+, A++, A+++) supone que el consumo energético sea notablemente menor a un frigorífico catalogado como B o menor. Además existen otras formas de controlar o reducir el consumo de la nevera y congelador (si se tuviese aparte), y es procediendo a descongelarlo en el momento en el que la capa de hielo supere los 5 milímetros, ya que así consume más energía. Esta pequeña acción supone un ahorro de energía de hasta el 30%.
- Calefacción y aire acondicionado. Dos instrumentos clave tanto en invierno como en verano. Basar su uso en la necesidad parece algo evidente, pero no siempre se lleva a cabo y su uso es excesivo. Por ello puede resultar recomendable el uso de temporizadores con los que fijar el periodo de tiempo de activación y así controlar aún más si cabe su uso y su consecuente reflejo en la factura.
- Stand by. El modo en espera es uno de los grandes ladrones de energía. Consumen sin darnos cuenta y acaban engordando la factura final. Según IDAE, este modo conlleva un consumo del 10,7% sobre el total del consumo energético del hogar. Si el gasto en electricidad de un hogar supone 990 euros al año, los aparatos que están aparentemente apagados pero a la espera de ser activados suponen un gasto de
- Alumbrado. Si nos ponemos a contar ¿cuántos puntos de iluminación tenemos en casa? La iluminación supone el 11,7% del consumo eléctrico según IDAE, por lo que escoger un tipo de iluminación que reduzca el consumo es una forma de vigilar la temida factura de la luz. Por ello las bombillas de bajo consumo tienen una penetración en los hogares del 86% también según IDAE, habiendo 7,04 bombillas de bajo consumo por hogar. Además también la tecnología LED es capaz de aportarnos una reducción en el consumo, hoy día se fabrican en casi cualquier modalidad de casquillo tradicional por lo que no es difícil encontrar aquel que sea el indicado para nuestro hogar.
Hay más puntos, más aparatos con los que optimizando su uso se puede llegar a controlar más y mejor el consumo eléctrico, como por ejemplo la plancha. Es un pequeño electrodoméstico que necesita de un consumo elevado para alcanzar la temperatura ideal para el planchado, por lo que lo aconsejable es utilizarla para planchar grandes tandas de prendas en vez de encenderla una vez al día o varias por semana. Si el precio de la luz de por sí es elevado, está en nuestra mano dominar nuestro consumo y que el gasto final de cada mes no se salga de nuestro presupuesto.
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