Gamesa frena la deslocalización
El recorte del grupo en España ha sido menor del previsto pese a su escaso negocio local
Cuando en 2010 se empezaron a manifestar los primeros problemas en el sector eólico en España, debido a la crisis y a las nuevas regulaciones, lo más evidente para todos era que Gamesa acabaría trasladando la mayor parte de su estructura productiva al exterior, sobre todo a los mercados emergentes como China, India o Brasil, los ahora dominantes en su cartera comercial. Y no eran meras especulaciones. Ese año, tras el anuncio del cierre de la planta de Gamesa en Alsasua (Navarra), el entonces presidente de la compañía, Jorge Calvet, admitía sin tapujos que "o se toman medidas o habrá deslocalizaciones". Lo peor es que el ejecutivo no solo se refería a la posible pérdida de empleo industrial, sino a la posibilidad de deslocalizar incluso las funciones de I+D.
La situación del sector no solo no ha mejorado desde entonces, sino que se ha agravado. Mientras el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se limitaba a restringir las nuevas aperturas (con primas), el actual, presidido por Mariano Rajoy, ha ido más lejos al suprimir la retribución para los parques eólicos inaugurados antes de 2004 y los que vayan a construirse en el futuro. Todo esto ha hecho que el mercado doméstico se haya paralizado. En 2013 España añadió solo 175 MW a su parque eólico, menos que Portugal (196) y lejísimos de Alemania (3.238) o Reino Unido (1.883). Y "en el primer semestre de este año", dice Sonia Franco, portavoz de la AEE (Asociación Empresarial Eólica), "solo se instaló un aerogenerador de 85 kW".
Como consecuencia de lo sucedido, el sector ha iniciado un vía crucis que está lejos de finalizar. El empleo en el sector, que llegó a superar los 40.000 puestos, está ahora en torno a los 16.000. "Muchas empresas están estudiando si siguen produciendo aquí, para exportar, o se marchan de España", según la AEE. Algo que, de suceder, sería catastrófico. La industria eólica española, con empresas locales como Gamesa y multinacionales como Gamesa Alstom o Vestas, es de enorme importancia. "España sigue siendo el tercer exportador de aerogeneradores del mundo. Vendemos fuera unos 2.000 millones de euros al año, más que el vino o el calzado", según Franco. España ocupa, además, la quinta posición del mundo en patentes eólicas.
La empresa que en 2000 solo vendía el 5% fuera de España, ahora vende casi el 100%
No resulta nada extraño que Gamesa fuera vista como una de las primeras candidatas a iniciar esta diáspora hacia el exterior. Las ventas de aerogeneradores en España por parte de Gamesa han caído a tal punto que en 2013 el 100% de su facturación por este concepto fue de prácticamente cero. Los escasos ingresos de la compañía en nuestro país procedieron de su división de Operación y Mantenimiento, que actúa en los parques ya en funcionamiento. Actualmente, los grandes mercados de la empresa, presente en 45 países del mundo, son básicamente China, India y Brasil, donde su recorrido ha superado las expectativas.
Gamesa es el fabricante dominante en México, con una cuota de mercado del 73%, y el primero en India (19%). En Brasil es el segundo, con un 20%. La empresa que en 2000 solo vendía el 5% fuera de España, ahora vende casi el 100%. "Mientras que hace años estos tres países casi no aparecían en la cuenta de resultados, el año pasado ya fueron el 70% de las ventas", dicen en la empresa. A estos tres mercados habría que añadir el de EE UU, "paralizado buena parte de 2013 por problemas regulatorios, pero que ahora empieza a despuntar de nuevo", explica Iván San Félix, analista de Renta 4.
Como era de prever, Gamesa ha ido levantando una fuerte estructura productiva en estos nuevos mercados. La empresa cuenta con una gran planta en China, que en realidad es un conjunto de cuatro factorías distintas, dos en India, una en Brasil y otra en Estados Unidos. La instalación en estos países era inevitable ya que muchos de los componentes de los aerogeneradores viajan mal y, además, por razones políticas, industriales, de suministro, de costes o de plazos es vital fabricar buena parte de la producción localmente.
Pese a esto, la gran deslocalización que todos preveían no se ha producido. La empresa ha llevado a cabo varios expedientes de regulación de empleo (ERE) y el cierre de algunas plantas en nuestro país. En 2012 hizo un ERE para 324 personas de su área corporativa y al año siguiente dos ERE por un total de 395 trabajadores en las plantas de Albacete, Tudela, Medina del Campo y As Somozas. Todas estas plantas fueron cerradas, excepto As Somozas, en la que se clausuró una de las líneas de producción. Estas actuaciones han rebajado la plantilla en España desde los 4.391 trabajadores de 2009 a los actuales 3.863. Pero, como en el exterior el número de trabajadores apenas ha subido desde los 1.969 de 2009 a los 2.216 actuales, tampoco se puede decir que la estructura española haya caído mucho en el conjunto del grupo. En estos cuatro años ha pasado de ser el 69% del total a representar el 63,5%. De hecho, la actual estrategia de Gamesa, que renovó presidente —Ignacio Martín es el actual— y equipo directivo en mayo de 2012, es la de que "España y China sean los dos centros principales de producción y suministro para todo el mundo". Gamesa tiene ahora mismo 18 plantas en 11 comunidades autónomas.
Varias razones estarían detrás de la decisión de preservar la estructura operativa en España. Una, que el grueso del know how está aquí. "En España están los ingenieros, el I+D o el desarrollo de los nuevos modelos", comentan desde la compañía. Se espera, además, que en unos años, una vez superada la crisis, el mercado eólico vuelva a repuntar. "España va a necesitar más eólica", aseguran fuentes de la AEE. Más rápida aún va a ser la recuperación del sector en Europa. Habría que subrayar aquí que, si bien Gamesa tiene oficinas comerciales y ventas en países europeos como Portugal, Francia, Alemania, Italia, Polonia o Reino Unido, solo tiene factorías de producción en España, que están llamadas a suministrar el mercado europeo.
El acuerdo con Areva probablemente aumente la carga de trabajo de las plantas ibéricas
Otro factor que aconsejaría mantener estructura en España es el acuerdo recientemente firmado con la francesa Areva para crear una joint venture en eólica marina (offshore). Pese a que Areva va a tener un papel protagonista en materia industrial ya que el grueso de los aerogeneradores que la alianza va a comercializar en los próximos años se van a fabricar en sus plantas, es evidente que mucha carga de trabajo en el nuevo negocio llegará también a las plantas españolas de Gamesa. Aparte de que la compañía española está ensayando su propia máquina para offshore de 5 MW, tendrá un papel importante en el proyecto con Areva en aspectos como la operación y mantenimiento de los nuevos aerogeneradores marinos que se van a instalar en Europa, especialmente en Alemania, Francia o Reino Unido. "La idea es que la joint venture se haga con un 20% del mercado europeo en 2020", dicen en Gamesa.
De ahí que se prevea que la empresa empiece a estabilizar e incluso a aumentar el empleo en España en los próximos años. Pero quizá la razón fundamental de que la compañía haya podido preservar su estructura local es el que haya llevado a cabo una exitosa reorganización de sus actividades. Tras poner en marcha en 2012 su Plan de Negocio 2013-2015, Gamesa ha podido reducir sus costes fijos (de 119 a 65 millones de euros) y variables de tal modo que, con menos ventas, ha conseguido mayores márgenes. Su resultado de explotación (Ebit) recurrente ha pasado desde el 1,7% de 2012 al 5,5% del año pasado. Todo esto le está permitiendo reconquistar su competitividad y aumentar su cartera de pedidos. "El primer semestre de este año los nuevos pedidos han crecido un 54% con respecto al año pasado", destacan en la empresa. Y en el primer semestre de este año, las ventas han crecido un 13,1%, hasta los 1.262 millones, y los beneficios se han casi duplicado, desde 22 a 42 millones. "Este crecimiento del mercado, junto con la nueva estructura de costes, permitirá que Gamesa vaya a presentar fuertes mejoras de sus resultados en los próximos años", augura San Félix.
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