Asume el sucesor de presidente del mayor banco estatal de Uruguay que dimitió

El contable Julio Porteiro asumió hoy como nuevo presidente del estatal Banco de la República Oriental del Uruguay (BROU), el más grande del país, en sustitución de Fernando Calloia, quien renunció hace dos semanas tras ser procesado sin prisión acusado de "abuso de funciones".

Porteiro fue compañero de estudios del vicepresidente uruguayo Danilo Astori, considerado el arquitecto de la economía uruguaya y quien recomendó su designación al presidente uruguayo José Mujica.

El nuevo presidente del BROU ocupó el mismo cargo en el Nuevo Banco Comercial entre 2005 y 2006.

Porteiro se licenció como contable en 1965 y se especializó en la evaluación de proyectos de inversión, evaluación de empresas y fortalecimiento de las instituciones en la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos).

Además fue presidente del Colegio de Contadores, Economistas y Administradores del Uruguay.

Calloia fue procesado el 4 de abril por "abuso de funciones" en el caso de la liquidación de la aerolínea de bandera uruguaya Pluna.

La jueza del crimen organizado Adriana De los Santos accedió al procesamiento de Calloia bajo la acusación de haber otorgado de manera aparentemente irregular un aval a la empresa española Cosmo para que pudiera participar en la frustrada subasta de los aviones de la quebrada aerolínea Pluna.

Por el mismo caso también resultó procesado sin prisión y dimitió el pasado diciembre el exministro de Economía y Finanzas, Fernando Lorenzo.

El BROU fue premiado como el "Banco del Año 2013 en Uruguay" por el Latin Finance y recientemente galardonado como el "Mejor Grupo Bancario del Uruguay 2013" por el World Finance

Cuando dimitió, Calloia envió una carta al presidente Mujica en la que defendió su actuación en el caso Pluna y dijo haber tomado decisiones "en circunstancias extraordinarias para el país, que no admitían demoras".

Además, recordó que durante su gestión de nueve años el BROU pasó de estar al borde de la quiebra a tener un patrimonio nunca antes visto en su historia, con más de 10.000 millones de dólares en depósitos del sector privado, una morosidad mínima y beneficios de más de 800 millones de dólares en los últimos tres años.