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China frena su crecimiento al 7,4% en el inicio de 2014, menos de lo esperado

La segunda potencia mundial registra su peor dato en año y medio, pero supera previsiones El frenazo no es suficiente como para obligar al Gobierno a tomar medidas inmediatas

Un obrero apila ladrillos para un edificio en construcción en Hangzhou, en la provincia china de Zhejiang.
Un obrero apila ladrillos para un edificio en construcción en Hangzhou, en la provincia china de Zhejiang.WILLIAM HONG (REUTERS)

Todos los actores del mercado llevan semanas pendientes de China, atemorizados por las constantes señales de deterioro económico que ha mostrado el gigante asiático en las últimas semanas. Pero esta supuesta debilidad no se ha trasladado a los datos del PIB del primer trimestre, que arrojan un crecimiento del 7,4% con respecto al inicio de 2013. Este balance, aunque es un frenazo frente al 7,7% del trimestre anterior y supone el ritmo más bajo en año y medio, ha superado las expectativas, ya que analistas y expertos se temían que el PIB bajase hasta el 7,3%. El dato, por tanto, ha animado las compras en las Bolsas internacionales.

Aunque China no ha superado todas las expectativas. Así, otros datos divulgados junto al PIB por la Oficina Nacional de Estadísticas del país (NBS) muestran que la producción industrial creció un 8,8% en marzo respecto al año previo, cuando se esperaba un aumento de un 9%. Las ventas minoristas, por su parte, aumentaron un 12,2%, mientras la inversión en activos de renta fija subió un 17,6% entre enero y marzo respecto al mismo período del año previo. En este caso, las previsiones apuntaban a un alza del 18,1%.

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El balance de la inversión está condicionado por la decisión del Gobierno de empezar a dejar caer a las empresas con problemas para pagar sus deudas, algo sin precedentes en la historia de la República Popular de China. Además de las primeras quiebras, la economía de China tuvo que hacer frente en el primer trimestre a la depreciación del yuan o la contracción del comercio exterior.

El desempeño económico del trimestre evita a Pekín tener que acelerar sus medidas de apoyo al crecimiento mientras sigue adelante con el ambicioso proyecto de cambiar el modelo económico chino. Así, mantendrá su plan de incentivar la expansión ferroviaria para activar la demanda interna y su programa para suavizar las exigencias a la banca, lo que tendría que ayudar a mover el dinero. Con ello, el Ejecutivo espera superar el que es uno de los mayores riesgos que afronta el país: el estancamiento del crédito.

El Gobierno, que mantiene el objetivo de un trasvase paulatino a un sistema más próximo al capitalismo y menos inestable, ha avanzado que su objetivo es mantener el crecimiento en torno al 7,5%. "Es imposible sostener el crecimiento a doble dígito que hemos registrado anteriormente", ha reiterado este miércoles Sheng Sheng, portavoz de la oficina de estadística. En su opinión, la ralentización es "el precio a pagar" por la transformación del país. Según sus datos, el PIB ha alcanzado los 12,82 billones de yuanes (2,07 billones de dólares o 1,5 billones de euros) en el trimestre. Para China, donde el sistema estadístico todavía sufre importantes lagunas, sobre todo en las zonas rurales, crecer por debajo del 7% equivale a lo que en los países europeos o en EE UU sería un escenario de recesión.

Hace apenas una semana, el Banco Mundial avisaba en la Asamblea del FMI que China es, con permiso de la crisis de Ucrania, el principal factor de volatilidad para la economía internacional a corto y medio plazo. En sus perspectivas, el propio FMI rebajó el avance del PIB del 7,7% de 2013 hasta un pronóstico del 7,5%, aunque no veía en ello algo del todo negativo. En su opinión, es necesario que el país, llamado a ser la primera potencia mundial en un futuro, asuma un periodo de crecimiento “más sostenible”, con menos inversión y crédito.

No obstante, no todo el munco comparte la calma del organismo dirigido por Christine Lagarde. Tal y como resumía en estas mismas páginas hace unos días José Carlos Díez, no hay que olvidar que China "explica una tercera parte del crecimiento del PIB mundial". "Además de ser el mayor demandante de materias primas y el principal cliente de la mayoría de países emergentes, también explica tres cuartas partes del crecimiento de la demanda de energía global", añadía este analista y profesor del Icade. "Se entiende que los inversores estén nerviosos y que observen con expectación las escasas y confusas noticias que llegan desde el lejano oriente", afirmaba antes de enfatizar que, sumando "la retirada de estímulos de la Reserva Federal en EE UU y que la crisis del euro que sigue sin resolverse, 2014 se antoja movidito en los mercados financieros".

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