Valls se queja del alto nivel del euro y quiere debatir la política del BCE

El nuevo primer ministro francés, Manuel Valls, se quejó hoy del nivel del euro, a su juicio "demasiado elevado", y de la política del Banco Central Europeo (BCE), cuestión que quiere debatir con sus socios comunitarios.

"Este tema, que va a estar en el centro de las próximas elecciones europeas, quiero abordarlo directamente" porque "corresponde a la UE aportar respuestas concretas a las demandas urgentes de los pueblos", anunció Valls en su discurso ante la Asamblea Nacional francesa antes de someterse al voto de confianza.

Explicó que la recuperación es "frágil" y "hay que apoyarla y acompañarla y que los esfuerzos para la reducción del déficit, para las reformas estructurales, para la competitividad de las empresas, el costo del trabajo, no deben ser barridos por un nivel demasiado elevado" de la moneda única.

El jefe del Gobierno socialista recordó que el euro se ha revalorizado un 10 % desde verano de 2012 y "eso pesa en nuestras exportaciones".

También reprochó al BCE que tenga "una política menos expansionista" que la Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco de Inglaterra o el Banco Central de Japón y, al respecto, indicó que es en la zona euro donde hay "un crecimiento económico menos vigoroso".

Sin reactivación económica -añadió- "todos los esfuerzos de reducción del déficit serán en vano".

Valls dijo que está a favor del mantenimiento de los compromisos de Francia ante la Unión Europea para reducir del déficit, pero "no con la austeridad".

Sin precisar explícitamente si va a solicitar más tiempo para cumplir esos compromisos -bajar del 3 % del Producto Interior Bruto (PIB) en 2015- abogó por un "equilibrio" entre los esfuerzos por recortar los números rojos de las cuentas públicas y las medidas para reactivar la actividad económica.

"Este necesario equilibrio -argumentó- vamos a explicarlo de nuevo a nuestros socios europeos".

Valls subrayó que sigue "convencido de que Francia no puede prescindir de Europa, pero también de que Europa no puede prescindir y no prescindirá nunca de la voz de Francia".