Freixenet apela a la unidad del sector para impulsar el mercado interno
Sant Sadurní d'Anoia (Barcelona), 30 mar (EFE).- El presidente de Freixenet, José Luis Bonet, ha apelado hoy a la unidad del sector del vino y el cava en España con el objetivo de impulsar la recuperación del mercado interno, muy debilitado tras seis años de crisis y del que no se prevé una clara mejora a corto plazo.
"El sector no ha estado a la altura y esto tiene que cambiar", afirma Bonet en una entrevista con Efe, en la que reconoce que la desunión de las empresas productoras de vino y espumoso ha agravado la caída de la demanda que ha experimentado el sector y su pérdida de posición.
"El sector no sólo ha sufrido la crisis, sino que ha perdido posición porque no se han hecho bien las cosas, y ello tiene mucho que ver con un sector muy disperso, en el que no existe la unidad necesaria", explica el presidente de Freixenet, el principal productor de cava del mundo, que este año celebra su centenario.
Pese a que los principales organismos nacionales e internacionales apuntan a que la economía española volverá a crecer este 2014, Bonet cree que el consumo interno seguirá en una situación "difícil" y que su recuperación será lenta y costosa.
"De hecho, creo que el consumo en España lo ha aguantado el turismo, porque la gente aquí ha perdido poder adquisitivo y, en consecuencia, se ha producido una restricción del consumo y una pérdida de segmentos de calidad", subraya Bonet.
El empresario catalán considera que "lo esencial" para dar un empuje a la recuperación del sector es que las empresas "vayan juntas" y actúen de forma unida a la hora de poner en marcha una serie de acciones que permitan que el vino y el cava españoles recuperen su posición de prestigio en el mercado nacional.
El grupo Freixenet está dispuesto a asumir el liderazgo para lograr este objetivo y ha dado "un paso importante" en esta dirección, al asumir Pere Bonet, director de Comunicación de la compañía, la presidencia del Consejo Regulador del Cava, organismo integrado por viticultores, elaboradores y representantes de las Comunidades Autónomas productoras de espumoso.
"Su intención es conseguir la unión, aunque este es un trabajo largo, que no será de un año", advierte José Luis Bonet.
El máximo responsable de Freixenet asegura que muchas bodegas, sobre todo las más importantes, "ya se han dado cuenta de que el camino es la unión", aunque "lamentablemente siempre hay alguna excepción" y hay empresas productoras de vino y cava que prefieren "ir por libre".
Lo cierto es que la crisis española ha tenido un impacto muy limitado para Freixenet, que exporta el 80 % de su producción a más de 140 países de todo el mundo.
La compañía, que este mes de abril cerrará su año fiscal, estima alcanzar una facturación de 520 millones de euros, una cifra que se ha mantenido estable en los últimos años y que previsiblemente se repetirá en el próximo ejercicio, según Bonet.
"Su posición internacional le ha hecho pasar la crisis con cierta tranquilidad", admite el directivo, que comenta que el mayor crecimiento internacional de la compañía viene ahora de la mano de Latinoamérica, de países como Brasil, México o Argentina, donde Freixenet tiene una bodega, en la provincia de Mendoza.
En total, la empresa cuenta con veinte bodegas en todo el mundo. La última que se integró al grupo, a mediados del pasado año, fue la gallega Agnus Dei, situada en el municipio de Meaño, en Pontevedra, de la denominación de origen Rías Baixas.
Bonet asevera que la compra de esta bodega fue "una buena oportunidad" y que Freixenet seguirá actuando con este estilo "poco planificador", aprovechando las ofertas que aporten valor a la compañía.
"La idea es estar en los lugares en los que se hace buen vino y esto se va haciendo a medida que hay oportunidades", apostilla Bonet.
Fundada hace cien años por Dolors Sala y Pere Ferrer, Freixenet continúa siendo una empresa familiar dirigida actualmente por la tercera generación de la saga, que controla el consejo de administración y la comisión directiva.
Dice Bonet que la intención es mantener el carácter familiar de la compañía, aunque avanza que "probablemente en los próximos diez años veremos cambios" y "una cierta innovación" en la gobernanza de Freixenet.
"Tenemos una cierta tranquilidad y años por delante para poder hacerlo, tenemos que pensar muy bien cómo hacerlo", precisa Bonet.
Añade que la "ventaja" es que esta generación "está cohesionada" y decidida a seguir trabajando en la misma línea, tirando adelante un proyecto empresarial que ya dura cien años.
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